
No es la primera vez que os hablamos de Abylight Barcelona, un estudio de desarrollo español muy prometedor que ha logrado dejar muy buenas sensaciones entre los amantes de la gestión gracias a sus últimos proyectos. Hoy, precisamente, quiero hablaros de uno de ellos en nuestro análisis de Citadelum, un muy interesante título de simulación y construcción de ciudades especialmente diseñado para los amantes de la cultura romana.
Con reminiscencias de Pharaoh: a New Era, y mucho del mítico Caesar, se lanzó el pasado 17 de octubre de 2024 y desde entonces ha estado recogiendo críticas mayormente positivas. En líneas generales, y en ese aspecto me incluyo, a la gente le está gustando lo bien que ha mezclado el carácter de los grandes clásicos con las bondades del desarrollo actual. Eso sí, a veces puede pecar de ser un poco simple y/o de facilitar demasiado ciertos aspectos.
Si bien es cierto que la curva de entrada puede ser algo compleja, una vez lo dominas es fácil de «romper» el equilibrio. ¿Cómo? Por ejemplo, todo se construye muy rápido y podemos moverlo casi sin coste, haciendo que la gestión de recursos y espacio sea mucho más eficiente de lo habitual. Hay quienes podrían pensar que esto es una desventaja, pues facilita demasiado las cosas, pero a mí me ha encantado.
Siendo sincero, cuando tienes 10 juegos diferentes en los que tienes que destrozarlo todo para poder remodelar tu ciudad, da gusto encontrar uno que te ofrezca justo lo contrario. No diré que es el único que lo hace, debido a que no es de esta manera, mas no es tan habitual como cabría de esperar. Por supuesto, estas no son sus únicas cualidades, así que os seguiré hablando un poco más del tema.
Análisis de Citadelum




Tras sorprender a propios y extraños con One Military Camp, Abylight Barcelona ha regresado con un juego de construcción de ciudades que —ante todo— es muy satisfactorio. Empieza con buen pie, ofreciendo una campaña dividida en segmentos entre los que podemos encontrar el tutorial. Y si bien es cierto que este se puede hacer un poco espeso para quienes no son muy avezados en la materia, está lo suficientemente bien diseñado como para que acabemos entendiendo todo a la primera.
Con solo unas pocas horas de juego, uno es capaz de comprender casi por complejo Citadelum, puesto que una de sus grandes premisas es no ser tan complicado como otros grandes proyectos. Sin dejar a un lado la complejidad propia de un gestor de ciudades, me ha dado la sensación de que la curva de aprendizaje es mucho más suave de lo habitual y que el tope de dificultad (en términos de optimizar y dominar el gameplay) tiene un techo más bajo. Esto tiene su lado positivo y negativo.
A cambio de ser algo más simple, es menos frustrante. El nivel de estrés al que puedes llegar es muy inferior al de Manor Lords, por ejemplo, pues este último extraerá todo de ti hasta no dejarte nada. Citadelum es más afable y menos agresivo con sus sistemas de construcción, gestión y progreso, facilitando bastantes aspectos tales como la recolección de recursos, la mejora de los edificios o la gestión del espacio. En ese sentido, diría que la puerta de entrada es más apta para jugadores novatos, aunque pienso que los veteranos también lo pueden disfrutar mucho.
Un juego que innova, pero que sabe hacer bien las cosas


Pero, ¿y cómo funciona todo? No podemos decir que Citadelum invente nada nuevo, pues no lo hace. Es más, recuerda mucho a otros grandes referentes del género al incrustar —por ejemplo— un sistema de caminos obligatorio. O lo que es lo mismo, si construyes cuatro casas, la gente no podrá llegar hasta ellas si no las conectas con el resto de edificios mediante un camino. Con el agua sucede algo parecido: tienes que construir un sistema de acueductos y depósitos de agua para que la gente tenga acceso a ella.
A esto debemos agregarle una fórmula que ya hemos visto en numerosas ocasiones: un sistema de edificios que responden a determinadas necesidades, desde la producción de materias primas hasta el mantenimiento de los edificios, pasando por la correcta distribución del agua o ampliar el número de camas disponibles mediante la construcción o mejora de los hogares. Lo hace todo —como ya he comentado— de manera más simple de lo habitual, haciendo que todo el proceso sea muy fácil de sobrellevar.
Si buscas algo más exigente, seguramente te acabe echando para atrás, pero si buscas algo más distendido, es una opción muy buena. Especialmente porque tras esa sencillez se esconde un juego muy inteligente que ha pensado en casi todo para que ninguna pata flojee en exceso. Si a esto le sumamos el hecho de que las construcciones son muy rápidas y que los tiempos de espera son bajísimos, lo que se nos queda es un constructor de ciudades más frenético (sin llegar a serlo) de lo normal.
Bueno, bonito y barato


Esto aplica muy bien a las misiones del modo campaña, aunque donde mejor me lo he pasado en realidad ha sido con su modo sandbox. Soy una persona que disfruta mucho cuando juega sin límites y es capaz de llevar sus creaciones al máximo. Este modo me ha permitido precisamente eso, y esta es la razón por la que me lo he pasado tan bien con Citadelum. Aparte, integra un sistema de creación de mapas y misiones de la comunidad.
A falta de un modo online (cosa que encuentro lógica, pues no está especialmente diseñado para combatir entre usuarios), es una alternativa interesante. Y sí, un modo multijugador le podría haber sentado realmente bien, pero tampoco me parece que sea el mayor de los errores. Es una carencia que sabe suplir de buena manera gracias a ese creador de la comunidad. Habrá que esperar, eso sí, para ver hasta qué punto es rentable, pues al final todo depende de los usuarios y de sus ganas de crear nuevos mapas.
En lo que respecta al apartado artístico, Citadelum es un juego humilde. No tiene unos gráficos muy locos ni una banda sonora especialmente rompedora. Pese a ello, cumple con buena nota. La dirección artística es de calidad y, en general, podemos hablar de un videojuego mayormente bonito dentro de sus estándares. Si acercas demasiado la cámara, chirría un poquito, pero desde una perspectiva más lejana (la habitual, pues es mejor jugar desde lejos para controlarlo todo) gana bastantes puntos. Si os interesa, ahora mismo está de oferta por 19,99 €.
Análisis de Citadelum: conclusiones



A nivel técnico también cumple con buena nota, pues el rendimiento es notable y los requisitos no son demasiado altos. Si tuviera que pedirle algo, creo que habría sido que le diesen algo más de importancia a la mitología y a la relación de nuestra ciudad con los dioses del panteón romano. Existen y pueden influir en el desarrollo de nuestra ciudad, mas no tienen un impacto tan alto como cabría esperar. No puedo decir lo mismo de la guerra y la política.
Si nos adentramos en un mapa que incorpore relaciones con otros territorios (también los hay sin ellos), tendremos que aprender a bregar con nuestros vecinos para ampliar —o no— nuestro territorio y aspirar cada vez a más. Eso sí, el sistema de combate no es que esté especialmente trabajo, puesto que los conflictos armados se basan mucho en lo que hemos visto en juegos como Total War, pero en una escala muchísimo menor y menos trabajada. Por lo demás, Citadelum sí que ha cumplido nuestras expectativas.
Como constructor de ciudades es divertido y entretenido, se abre a un público bastante amplio y es divertido. Lo que más me ha gustado, sin duda, es lo rápido que funciona todo, ya que no echa el freno casi en ningún momento. Y aunque está claro que hay áreas en las que podría mejorar, opino que han hecho un buen trabajo.


- Es más rápido que otros city builder, por lo que es más dinámico.
- Es muy fácil aprender a jugar. No es muy complejo y construir es muy satisfactorio.
- La dirección artística es notable y, aunque limitado, es bonito.
- La base es inteligente y todo está bastante bien pensado.

- Los combates son mejorables.
- No se explota del todo el sistema de dioses.