
Basim Ibn Ishaq se ha convertido en uno de los personajes más singulares de una franquicia que dice tener 15 años de historia. Tras su para nada desdeñable aparición en Assassin’s Creed Valhalla, el ahora protagonista de nuestro análisis —y de Assassin’s Creed Mirage— se ha convertido en el epicentro de la franquicia tras revivir los orígenes de la saga en un juego que no solo va más al grano que nunca, sino que ha recuperado gran parte de lo que hizo grande a la franquicia allá en sus orígenes.
Con una duración estimada de entre 15 y 22 horas (según lo completistas que seamos), esta nueva entrega ha dejado a un lado el componente RPG para reforzar la idea de que, en efecto, somos asesinos. Recogiendo no pocas mecánicas que el estudio ya desarrolló en Origins, Odyssey o Valhalla, toma un rumbo parcialmente diferente para contaros una historia igualmente interesante y con mucho interés.
Así pues, siendo muy parco, podemos decir que coge tanto un poco de Altair, el primer asesino al que encarnamos, como de sus sucesores. No obstante, es este primero al que más se acerca. No solo porque la historia se desarrolle en Bagdad y recupere el misticismo propio del Oriente Medio, sino porque, además, es menos guerrero y más asesino que nunca. El estudio, inclusive, bromea con este hecho al principio del juego.
Análisis de Assassin’s Creed Mirage | Bienvenidos a la Orden
A fin de cuentas, Basim es un ladrón cualesquiera que, por diversos motivos, quiere unirse a la orden de los asesinos. Para ello intenta demostrar su valía a cualquier precio. Para su desgracia, eso le cuesta la vida a muchos de sus amigos y pone en juego su propia integridad. Pese a ello, lo consigue y, tras unos meses de adiestramiento, se convierte en uno más del grupo. Por el camino, no obstante, «crítica» el uso de las espadas, pues considera (y piensa) que eso está mal visto entre los suyos.
No obstante, su maestra bromea con el tema y le dice que un asesino debe ser capaz de desenvolverse con soltura en cualquier situación y con cualquier tipo de arma. Tiene la mente muy abierta y esto es algo que vemos bien reflejado en Valhalla cuando conoce a Eivor, la antítesis del asesino tradicional. En efecto, Mirage es casi contemporáneo a Valhalla, aunque se desarrolla unos años antes.
En la aventura vikinga conocemos a un Basim ya veterano en los Ocultos y algo entrado en años, mientras que en Mirage es poco más que un jovenzuelo que acaba de terminar su adiestramiento como asesino. Así pues, en lo que respecta a la línea temporal de la saga, funciona como ‘pseudo precuela’ de Valhalla, pero es casi coetáneo. Es un detalle singular y curioso que, sin duda alguna, no podemos obviar.
Redescubriendo el origen de los Ocultos

Todo esto, muy a su manera, nos permite redescubrir el origen de los Ocultos. Más concretamente, sus ritos de iniciación y proceso de aprendizaje. Basim, como miembro novel de la orden, empieza desde cero, lo que nos permite desentrañar algunos de los misterios de su entrenamiento. Así pues, vemos qué conceptos tales como el Salto de Fe son mucho más que un simple recurso visual. Es un eslabón fundamental para los Ocultos al igual que, por ejemplo, la hoja secreta.
Vemos, pues, que nos encontramos en un nicho temporal algo más arcaico en donde cortarse el dedo a uno mismo es tan importante como cualquier otra cosa. Forma parte del rito y es el paso previo a ser aceptado entre los tuyos. Esto, como sabréis, cambió con el paso del tiempo al desarrollar nuevos prototipos de cuchillas, mas es muy curioso verlo en primera persona de manera tan directa.
Por lo tanto, en lo que respecta a la ubicación espacio-temporal, podemos decir que Mirage aporta mucho a la franquicia pese a ser un juego tan «corto» en comparación a los demás. Sin embargo, no quiero que penséis que la duración es un problema, pues no es así. Tras tres títulos cargados de contenido, le ha sentado bien. Hacía falta, sin más, una historia que no nos consumiese semanas de vida para poder disfrutar de ellas.
Ubisoft sigue siendo tan buena como siempre haciendo ciudades

Hablamos, por lo tanto, de una alternativa cuya duración máxima no es un fallo, sino un acierto. Al menos desde mi perspectiva, pues lo cierto es que con tanto lanzamiento he agradecido (y mucho) poder ir más al grano. Determinar si esta es una virtud o un defecto es cosa vuestra, pero mi opinión es esa. Por supuesto, esto está determinado en gran medida por el valor que le he dado a la historia como tal.
Como viene siendo costumbre, la ambientación es simplemente brutal. Uno es capaz de sentir que, de verdad, está explorando la Bagdad del siglo IX. Esta idea se refuerza muy bien debido a que La Orden de los Asesinos y Los Templarios todavía son llamados por sus nombres clásicos, Ocultos y Antiguos, respectivamente. Es decir, que se siente como una precuela tanto en la ambientación propia de la ciudad como de la propia saga.
En ese sentido, puedo afirmar sin miedo a equivocarme que la historia de redención y superación de Basim funciona bastante bien. Refleja de manera muy acertada la dualidad del ser humano que quiere ayudar a los demás, pero que también se mueve por motivos egoístas. Del mismo modo, el organigrama de enemigos y el transcurso de la trama como tal funcionan bastante bien. Por supuesto, al ser más corta, no se desarrolla de manera tan acertada y profunda como Oyddsey, por ejemplo, pero está bastante bien.
La ambientación vuelve a ser el punto fuerte de la historia

Pierde parte de su impacto a cambio de un ritmo mucho más directo en donde nunca dejan de pasar cosas, lo cual no está nada más. Pierde desarrollo y, a cambio, es mucho más ágil de lo habitual. Esto sucede tanto con el argumento como con el mapa. Es, simplemente, muchísimo más pequeño que el de Valhalla. Por lo tanto, explorarlo en su totalidad nos llevará mucho menos tiempo. En cierto modo, es casi un alivio, ya que es posible verlo todo sin dejarse la vida en ello. Por el otro lado, también es verdad que se pierde mucho contexto.
Aun con todo eso, considero que Assassin’s Creed Mirage es muy bueno en todos esos puntos. Sin más, explorar Bagdad es una auténtica delicia y me lo he pasado realmente bien durante el proceso. Tanto la ciudad como sus personajes están realmente construidos, así como la banda sonora y otros aspectos audiovisuales que potencian el sentimiento de inmersión de muy buen grado. Sin más, podemos decir que Ubisoft ha vuelto a sacar muy buena nota en todo lo que respecta a la ambientación.
Todo esto, sin embargo, tiene un pero: la IA. Por mucho que nos pese, el estudio sigue teniendo algunos problemas con la inteligencia artificial de nuestros enemigos. Aunque Mirage hace muchas cosas bien y es realmente divertido, muchos de sus logros se ven empañados por unos enemigos que simplemente no están a la altura. Además de que la variedad es realmente parca, no actúan con demasiada lógica.
Análisis de Assassin’s Creed Mirage | La IA, el gran problema de la saga, regresa con la esencia de los asesinos

Resulta curioso, la verdad, que esto pase en uno de los títulos que más fuertemente recogen la fórmula del título original. En Mirage seremos más asesinos que nunca, teniendo que sobornar a diversos personajes para que nos ayuden a pasar desapercibidos, pidiendo ayuda a músicos para que distraigan a la guardia, etc. Es decir, que reduce la importancia del combate como tal e intenta que nos sintamos asesinos de verdad.
Sin duda, esto es un gran aliciente para redescubrir el mundo de los Ocultos, siendo una forma muy bonita de entender la saga. Sin más, se siente genial acechar a todos nuestros enemigos desde las sombras para sembrar el caos (y la justicia) sin que nadie sepa qué o quiénes somos. Es algo que siempre funciona y que le sienta muy bien. ¿Y cuál es el problema? Que se siente demasiado fácil cuando la IA es incapaz de actuar de manera razonable.
¿Y eso cómo es? Pues porque es bastante estática y repetitiva. En general, nuestros enemigos realizarán siempre las mismas rutas, seguirán el mismo esquema de combate y emplearán siempre las mismas rutinas. Además, es muy fácil darles esquinazo, por lo que el nivel de desafío es realmente bajo en la mayoría de secciones del juego. Inclusive, cuando estás en busca y captura (cuando actuamos y nos detectan, sube el nivel de búsqueda, teniendo que reducirlo quitando carteles, por ejemplo) se siente que son incapaz de actuar con voluntad propia
Un combate más simple de lo habitual, pero igualmente divertido

Esto produce que algunas de sus mayores virtudes no destaquen tanto como podrían. Si hubiesen pulido más este apartado, podríamos estar hablando de un auténtico juegazo. Por desgracia, y por culpa de esto, se queda en un buen juego y ya. Y sí, es muy recomendable, divertido e interesante, pero podrían haber aspirado a un poco más. Sobre todo porque, para lo que muchos es un defecto, para mí es un acierto.
El combate, a diferencia de Valhalla, es bastante más sencillo. A grandes rasgos, tendremos un ataque rápido, un ataque fuerte, un parry, una esquiva, una espada, una daga y unas cuantas herramientas de asesino (cuchilla, dagas a distancia, cerbatana, bombas de humo…). En general, es un juego mucho más simple que sus predecesores, pero esto le ha sentado muy bien.
Al reducir las variaciones de combate, se refuerza la idea de que somos un asesino relativamente novato y un heraldo de las sombras antes que un guerrero. Esto, sin duda, es algo muy grato, ya que de verdad nos exige jugar con la oscuridad y actuar con sigilo. Por eso digo que es como volver a los orígenes de la franquicia. Es algo que he disfrutado.
El regreso de los asesinos

Dejando a un lado ese carácter RPG que tanto le ha caracterizado durante los últimos años, mantiene la ventana de equipo para personalizar nuestro inventario, las barras de vida para entender cómo va el combate o el sistema de mejora mediante herrería. Es decir, que reduce al mínimo exponente lo que vimos en Valhalla en favor de un sistema más simple. Entiendo, por supuesto, que esto no le gustará a mucha gente, pero lo contrario (entiendo) que no habría funcionado.
La idea de Assassin’s Creed Mirage es actuar como un spin-off más ligertido, por lo que agregar más armas (solo tenemos el cuchillo y la espada, junto con la hoja de asesino) tal vez no habría sido productivo. La idea es que sea sencillo y eso se consigue simplificando las cosas. Es por eso que a mí sí que me ha gustado este enfoque aunque técnicamente sea un juego más limitado de lo que estamos acostumbrados.
Pese a ello, son aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de valorar si es juego para nosotros o no. Como ya he dicho, desde una perspectiva subjetiva, sí que lo he disfrutado aun a pesar de que la mayoría de combates se resuman a esquiva, parry, ejecución y a otra cosa, mariposa. Algo especialmente reseñable cuando tenemos en cuenta que la variedad de enemigos también es bastante baja.
Análisis de Assassin’s Creed Mirage | Conclusiones

¿Qué significa todo esto? Pues que Assassin’s Creed Mirage es un juego más modesto de lo que estamos acostumbrados que destaca, principalmente, por su carácter y su gran ambientación. Entretenido y directo, goza de un gran ritmo narrativo y de un enfoque mayormente divertido en donde lo principal es ir al grano y divertirse con su premisa más sencilla de lo habitual.
Visualmente, es bonito, aunque no es nada del otro mundo. Pese a ello, podemos decir que el resultado general es mayormente bueno gracias a la buena dirección artística del equipo creativo y a su (en efecto) gran ambientación. En general, puedo decir que da gusto explorar la ciudad gracias tanto al diseño de los escenarios como por el trabajo de localización y doblaje. Con textos y voces en español, vuelve a destacar en el buen sentido.
A modo de resumen, la manera más fácil de definir a Assassin’s Creed es como un spin-off bien planteado que gustará, especialmente, a los fans de la saga. No es el título más destacado de la franquicia ni lo será, pues funciona -sobre todo—como material complementario. Pese a ello, es divertido y, personalmente, creo que sí que merece la pena.


- La ambientación es tan buena como siempre. Visitar la Bagdad del siglo IX de Mirage es una delicia.
- Vuelve a los orígenes de la saga y nos sentimos más asesinos que nunca.
- Basim es un gran personaje que se construye de manera muy eficiente tanto de manera independiente como con Valhalla en mente.
- Como spin-off funciona muy bien y aporta datos muy significativos.
- Directo y dinámico, es un juego que sabe ir al grano y eso le sienta muy bien.
- No se alarga de manera excesiva. El contenido presente es agradable y entretneido.

- Técnicamente se nota que está más limitado.
- Puede ser demasiado sencillo para quienes busquen algo más denso.
- La IA es bastante mejorable.