‘Aguas oscuras’, review sin spoilers

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Todd Haynes, director de la sofisticada Carol (2015), tiene nueva película en las salas. Nosotros ya hemos visto Aguas oscuras y en esta entrada os contamos qué nos ha parecido.

Para quienes disfrutan con héroes vestidos de traje

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué la gente tiene tan mala opinión de los abogados? Por todos es sabido que los comúnmente conocidos como picapleitos, al igual que tantos otros gremios, se mueven por el interés. Sin embargo, su labor en cuestiones jurídico sociales hace que adopten un cariz distinto, uno que es fácil denunciar. Porque cuando los abogados se posicionan del lado de las grandes corporaciones, en detrimento del pueblo, el ciudadano de a pie puede -incluso debe- cuestionarse hasta qué punto los letrados cumplen con su código deontológico.

En no pocas ocasiones las producciones americanas tienden a desvirtuar los hechos, a ofrecer siempre una visión sesgada de lo que pretenden contar. Quizá esto se deba a la propia percepción en torno a quiénes se encuentran en el centro del universo; siempre alardeado como los líderes del mundo libre. Es por ello que el primer (y mayor) acierto de Aguas oscuras (Todd Haynes, 2019) es contar una historia sin la intención de blanquearla, sin tratar de suavizarla con paliativos y dejando a las claras que una empresa norteamericana es la gran culpable de todo. Bravo.

Es así como Haynes construye un relato que se focaliza en un abogado medioambiental que, por causas del destino, deja el bando corporativista para ponerse del lado de aquellos que más lo necesitaban. Un periplo en que el protagonista, un héroe vestido de traje, planta cara al establishment; una vía perfecta para una propuesta destinada a todos aquellos que busquen justicia social en un mundo que lleva tiempo degradándose.

Aguas oscuras

Aguas oscuras: un estupendo drama

De este modo, Haynes tiene a bien traernos un drama que, aunque arranca a finales de los 90, continúa teniendo ecos en el presente, donde la conciencación medio ambiental es un elemento vital. Una cinta que basa su fuerza en los contrastes; en ese choque de opuestos que supone la ciudadanía frente a las grandes corporaciones.

El caso DuPont es el contexto perfecto para dibujar ese choque de trenes. Unos acontecimientos que permiten a Haynes explorar la vertiente más dramática de sus protagonistas, proponiendo un escenario en el cual el espectador puede tomar partido.

Es más, ese motor emocional funciona también por la fantástica labor de los intérpretes, incluso de los que podrían dar más de sí, como una escueta pero eficaz Anne Hathaway. Mark Ruffalo realiza un enorme trabajo dando vida a un tipo que lo pone todo en riesgo por defender aquello que consideraba justo. Un hombre con infinidad de matices que además cuenta con una buena (y esperable) evolución a lo largo del film. Cierran el cast algunos secundarios de lujo como Tim Robbins o Bill Pulman.

Veredicto

Aguas oscuras es un drama excelente. Una cinta cuyo valor de la justicia es tal que no necesita blanquear los hechos para ofrecer la figura de un protagonista que, como en tantas ocasiones, se percibe como un héroe. En tiempos de cambio climático, un film como este es perfecto para poner en valor hechos que nunca deben volver a repetirse.

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