‘Ace of the Diamond act II’, reseña anime

Tras nuestras primeras impresiones y nuestro análisis a mitad de temporada llega nuestra reseña al completo de 'Ace Diamond act II'

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¡Hola, muy buenas amantes del anime y el manga! Regresamos, una vez más, con una nueva reseña. En esta ocasión, sin embargo, regresaremos meses atrás y recuperaremos nuestras impresiones pasadas sobre Ace of the Diamond act II, un anime del que ya os hemos hablado y que ha sido licenciado por Crunchyroll. A modo de recordatorio, la serie ha sido producida por Madhouse, está inspirada en el manga Yūji Terajima  y cuenta con una primera temporada también licenciada en España. Consta de cincuenta y dos episodios y, a priori —aunque no hay nada oficial— se espera una tercera temporada.

Ace of the Diamond act II

Ace Diamond act II reseña anime

Como tal, Ace of the Diamond act II se define como un anime deportivo de béisbol en donde un grupo de estudiantes tratarán de conquistar el torneo de su prefectura para acceder a los nacionales. Por norma general, el género suele destacar por maximizar el protagonismo de un único personaje. Así pues, solemos encontrar a un único jugador cargado de técnica y carisma. Es un clásico: un chico nuevo llega al instituto y el club de turno está cerrado o acabado. Tras un gran esfuerzo, el jugador de turno logra rescatar el espíritu de los demás y rehacer el equipo de la nada.

En Ace of the Diamond act II podéis olvidar dicha premisa, pues no existe. Tendremos, cómo no, a Sawamura, nuestro indescifrable protagonista, pero será uno más del colectivo. Asimismo, no llegará a un instituto sin futuro, sino todo lo contrario: es reclutado por una ojeadora que ve en él un gran potencial futuro. No solo tendrá material deportivo, sino muchos compañeros, personal preparado y bastante competencia. Así pues, recrea la verdadera atmósfera de lo que debería ser un equipo aspirante a campeón.

Aunque soy un ferviente admirador del anime de deportes, su producción supuso un soplo de aire de fresco. Aunque interesante, resulta ilógico que un equipo montado en un par de meses tenga la capacidad de competir o derrotar a un grupo ya formado, con talento, y que entrena de forma constante; la pericia individual no es suficiente como para destrozar el trabajo de todo un equipo de forma constante. Por eso me gusta Ace of the Diamond act II: enfatiza el valor de la colaboración, la constancia y el equipo.

Para comenzar, resulta inviable acometer el presente análisis sin tener en consideración la primera temporada de la serie. Por consiguiente, si os ha llamado la atención y no habéis visto la primera temporada, dad la vuelta y regresad en un par de semanas; no quiero haceros un spoiler. Dicho esto, comencemos.

Espíritu de spokon

Ace Diamond act II reseña anime
Ace Diamond act II reseña anime

Tras la marcha de los jugadores de tercero, Seidō es capaz de colarse en el nacional de invierno con Furuya como estrella. La tenacidad del pitcher reluce como nunca y, con pulso de hierro, destroza a todos los rivales sin compasión alguna. Mientras tanto, Sawamura se ve relegado a una posición cada vez más secundaria; la frustración le domina. He aquí un punto de inflexión interesante, pues somos capaces de vivir en primer plano el dolor que sienten aquellos quienes no participan en el juego. Por desgracia, el equipo cae derrotado no solo en el nacional de invierno, sino en su siguiente torneo clasificatorio. El entrenador, quien ha recopilado los deseos de todos sus jugadores en una serie de cuadernos, peca en exceso de confiado.

Furuya, por diversos motivos, se viene abajo y demuestra su mayor punto débil: su flaqueza mental. Es ahí cuando aparece Eijun, nuestro querido protagonista, y encadena una serie de partidos impresionantes. El equipo comienza a depositar su confianza en él; el número de la estrella peligra. Mientras tanto, los nuevos jugadores se sumergen en una desesperada lucha por un puesto dentro del equipo. Los eventos se suceden y la trama madura cada vez más. A diferencia de la primera temporada, en esta ocasión conocemos a todos y cada uno de los involucrados. Cuando la primera criba de titulares llega, somos capaces de empatizar con ellos. Ahora sí que nos duele, pues todos ellos son personajes que apreciamos en mayor medida.

Y he aquí una de las grandes primeras características de Ace of the Diamond act II: muestra el dolor del jugador relegado. En otras series, ya sea por número de jugadores, lesiones, etc., siempre se justifica una ausencia. Aquí no. Aquí es la cruda y pura realidad: tus compañeros son mejores que tú, así que te quedas fuera. Todo siempre desde un enfoque muy humano en donde el primero que lamenta sus decisiones es el entrenador Kataoka, quien aprecia a sus discípulos como nadie. No hay gloria sin dolor; el llanto de los compañeros que no lo han conseguido se convierte en la fuerza del que sigue adelante.

Lucha por los que no están aquí

Ace Diamond act II reseña anime

Al mismo tiempo, el compañerismo y la amistad florecen dentro de los titulares, pero también la rivalidad. Somos amigos, pero quiero tu posición, es una ambivalencia constante, porque está el «nosotros», pero también el «yo». Esta constante será una de las principales armas narrativas de gran parte de la serie, la cual sabe llevarla a la perfección. El guion no solo es potente, sino que goza de una narrativa muy atractiva que sabe cuándo poner pausa o cuando acelerar. En ningún momento llega a aburrir y siempre te deja con ganas de más. El único problema de la serie es que, llegado cierto punto, adquiere ciertos vicios del pasado.

Eijun, quien logra hacerse con un mayor peso dentro del equipo, rescata el tópico del protagonista que debe enfrentar adversidades día tras día. Cuando, por fin, se alza como jugador referencia, cae presa de la presión y cede su puesto (temporalmente) a Furuya. Sabe que debe reflexionar, mas se vuelve algo pesado recuperar esa tónica otra vez; ya en la primera temporada, y al comienzo de la segunda, sucedió. Cansa un poco no poder ver cierta estabilidad por parte del guion para con Sawamura cuando por fin obtiene los focos de atención.

En relación al resto del equipo, tendremos de todo, y eso es lo que me gusta. Los habrá quienes acepten su papel y quienes no; el entrenamiento y la tenacidad propias del spokon no nos darán descanso. Siempre habrá algo a lo que prestar atención fuera de los partidos, que al final ocupan una franja de la serie inferior a la que cabría esperar. Lejos de lo que se podría pensar, es genial, pues enfatiza el aspecto humano del equipo y nos regala grandes partidos muy bien medidos dentro del metraje en lo que a escala de tiempo se refiere.

Strike tres: ¡Eliminado!

Ace Diamond act II reseña anime
Ace Diamond act II reseña anime

Como conclusión, el guion es sobresaliente, ya que tiene la capacidad de entretener y enganchar al espectador sin grandes alardes ni giros exagerados o poco creíbles. Todo esto, sin embargo, es gracias al excelente trabajo de Madhouse, que una vez más ha sabido dar con la tecla. No le revelo a nadie un profundo secreto si confieso que, a día de hoy, el estudio responsable de Overlord One-Punch Man es uno de mis favoritos. No por nada, siempre rozan la excelencia en todos y cada uno de sus trabajos; Ace of the Diamond act II no es una excepción.

Para empezar, los efectos de animación. La serie goza de un acabado impresionante a nivel de movimiento corporal y destaca enormemente en cualquier acción referida al tema deportivo. Más concretamente, las escenas en los que cualquiera de los pitchers se enfrenta a un lanzamiento crucial… Simplemente impresionante. El impacto visual que provoca en el espectador es sobrecogedor. De hecho, en más de una ocasión me descubrí con la espalda reclinada hacia delante de pura tensión. Asimismo, no hay que olvidar el impecable uso de la paleta de colores, la cual destaca por sus tonalidades vivas y dota de gran intensidad a cada una de sus escenas.

No obstante, peca de ciertos planos estáticos en la distancia para ahorrar en recursos, aunque en este caso hablaríamos de una constante dentro de la industria más que de un aspecto concreto de la serie. P. D. Las miradas de cualquiera de los personajes cuando quieren mostrar su determinación son una pasada.

Safe!

Ace Diamond act II reseña anime

Para ir terminando, la banda sonora y los efectos de sonido. La OST se compone, un lado, de los openings y los endings. Estos, aunque pueda resultar sorprendente, no son nada del otro mundo. Por su parte, la soundtrack como tal es brillante. No hay temas que marquen un antes y un después dentro del mundo de la animación nipona, pero gozan de gran calidad. Asimismo, acompañan cada escena de manera cuasi perfecta resaltando sentimientos tales como la tristeza o la alegría de manera magnifica. Al mismo tiempo, es capaz de despertar la tensión del espectador, así como su nerviosismo, en cualquier momento. Brillante.

Lo mismo sucede con los efectos de sonido, aunque estos pasan algo más desapercibidos. Me gustaría destacar el momento en que un bate golpea la bola, pues es realmente satisfactorio. A diferencia de otros tantos, ese efecto clave posee un gran énfasis. Además, es adictivo. Es un sonido muy placentero, lo cual tiene mayor importancia de lo que parece, pues destaca el aspecto más importante de cualquier partido: golpear o no la bola. En relación al doblaje, aunque este no sea el término más adecuado para definir el trabajo de los seiyū, es de diez. Por suerte, no es una novedad, ya que estamos muy acostumbrados al alto nivel de los nipones a ese respecto.

Conclusiones

Ace Diamond act II reseña anime
Ace Diamond act II reseña anime

Ace of the Diamond act II (y la primera temporada si no la has visto) es una serie que le recomendaría a cualquier persona sin reparo alguno. Es cierto que está dedicada a los amantes del deporte y el spokon, pero tiene la capacidad de enamorar a casi cualquiera gracias a su precioso acabado audivisual, su gran elenco o su guion. A nivel narrativo es una verdadera delicia que nunca llega a aburrir. Ni siquiera con los entrenamientos o los arcos no relacionados netamente con el béisbol. Pocos fallos puedo atribuirle a la serie más allá de su tendencia a imponer pruebas y más pruebas al protagonista para remarcar su capacidad de superación y su fuerza de voluntad.

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