¡Enfilamos el último volumen —hasta la fecha, pues todavía quedan dos más— de Dragon Quest: Emblem of Roto! Como muchos de vosotros ya recordaréis, nos encontramos inmersos en los primeros momentos del combate final contra Imajin. Confirmados los refuerzos, nuestros héroes no tienen ni idea de que recibirán ayuda, así que inician su combate sin mayor dilación. Entretanto, Draconarius se enfrentará a la última heredera de Roto mientras Arus y Alan unen fuerzas en su contienda particular contra el final boss.
En lo que se refiere a su edición, Planeta Cómic sigue haciendo un gran trabajo con la obra. En formato 14,8 x 21 centímetros y presentación rústica sin solapas —con sobrecubierta— dispone de un total de 264 en blanco y negro; incluye algunas a color. La traducción, una vez más, ha corrido a cargo de Verónica Calafell, de Daruma, quien ha vuelto a hacer un excelente trabajo. Como tal, la edición ha superado los errores del pasado. De gran calidad, tanto la impresión como la maquetación rozan el sobresaliente gracias a la constante mejora de la editorial. Destacan las portadas a color que, además de significativas, tienen pequeños trazos con relieve.
Aviso: esta reseña contiene pequeños spoilers.
Dragon Quest: Emblem of Roto #13
Sinopsis
Imajin ha logrado reunirse con su cuerpo inmortal y se está preparando para desatar su magia de destrucción en el mundo. Mientras tanto, Astea se encuentra con el Rey Dragón en el sótano del Castillo de Trávena, donde se guarda la Esfera de Luz, el objeto mágico necesario para finalmente aniquilar al terrible Rey Demonio. Al mismo tiempo, Arus, sobrepasado por el inmenso poder de Imajin, toma una importante decisión.
Volver a levantarse
Tras caer derrotados, nuestros héroes parecen condenados. Imajin, en una hercúlea demostración, invoca un todopoderoso hechizo que provoca que cientos de meteoritos arrasen el terreno. Protegidos en última instancia por el hechizo metalización, surgen las dudas: «¿Cómo podremos vencer a esa cosa?». La pregunta nace en los corazones de nuestros valientes, ante lo cual Poron —quien recordemos que, hasta hace unos años, era un simple aldeano— se deja seducir por el miedo. Arus, a sabiendas de que aquella lucha podría suponer la muerte de sus queridos aliados, les insta a que vivan felices. Casi sin darse cuenta, convierte su amabilidad en un duro golpe para sus amigos.
Los héroes sagrados se retiran dejando solos a Arus, Alan y nuestra querida hada. Siempre compungidos por la situación, dudan en todo momento de si ha sido la decisión correcta, pero se dan el lujo de disfrutar de sus últimos momentos de tranquilidad. Como quien no quiere la cosa, un aire de pesimismo se instaura en el manga mientras Imajin destroza ciudad tras ciudad sin que nadie se pueda oponer a él. Su fuerza es total y tarda más en viajar de un lado a otro que en devastar una ciudad. Es más, le basta y le sobra un único ataque para destrozarlo todo a su paso.
Arus y Alan saben que su única oportunidad es invocar el poder de Roto de los tres herederos, así que quedan a la espera. O al menos ese era el plan, ya que el primero —llegado un momento y tras ver tanta destrucción— no puede quedarse quieto. El amuleto le elige como el héroe definitivo: es el elegido, pues dispone de todas las cualidades necesarias para serlo. No solo por su valor y su entrega, sino por su capacidad de amar, de liderar y de comprender. Así pues, y tras una escueta charla con Aran, se dispone a luchar una vez más contra Imajin.
Es demasiado fuerte
De esta forma, comienza una nueva contienda. Aliados de forma inesperada con el señor del mar, y tras una serie de duras escenas sorpresivamente descriptivas, una secuencia de Superdescargas aterrizan sobre el cuerpo de Imajin sin lograr darle fin. En las últimas en lo que a reserva de magia se refiere, esperar a la tercera heredera no parece ser una buena opción. No saben si lo logrará, puesto que no saben que está viajando hacia ellos en una suerte de dirigible. Entretanto, Poron, Yao y Killua dudan de su decisión; no hace falta ser un genio para saber que, de una u otra forma, se unirán a Arus de nuevo para la batalla final.
Llegados a este punto, ahora sí, Emblem of Roto ha alcanzado un importante punto de madurez. Lejos de la heroicidad total que impide la muerte de inocentes, se muestra muy realista ante las limitaciones de los personajes. Antaño, muchos protagonistas y secundarios muy queridos cedieron ante las garras del mal, pero ahora han sido miles de inocentes los que han visto como su vida se extinguía sin poder hacer nada por evitarlo. Si bien es cierto que en los últimos tiempos esta dinámica ha vuelto, se nota que es un manga clásico. No por nada, en los tiempos que corren, las series que no tienen miedo en asesinar a sus personajes son, como poco, un reducto dentro de un mar de seguridad.
Dragon Quest: Emblem of Roto 13, conclusiones
Emblem of Roto ha progresado de forma muy adecuada —baches incluidos— hasta alcanzar una fase final prometedora e interesante. Sin llegar a ser esencialmente sorprendente, tiene la capacidad de atraparte con su lectura. Emocionante y llamativo, supone una pequeña distinción respecto a la metodología manga actual. Repitiéndome en conclusiones anteriores, un manga recomendable que disfrutaran, en especial, los más fervientes admiradores de la franquicia.