¡Muy buenas! Hoy os traemos una reseña de un manga muy peculiar y editado —como no podía ser de otra forma— por Fandogamia Editorial: Magical Girl Boy. También conocida como Mahō Shōjo Ore (魔法少女 俺) o Magical Girl Ore, esta obra de Icchokusen Mōkon nos cuenta en clave de humor las desventuras de una joven que se convierte en chica mágica y que, al transformarse, adquiere cuerpo de hombre… La serie está compuesta de dos tomos recopilatorios que vamos a reseñar a continuación. ¡No os lo perdáis!
Sinopsis
Saki Uno es una estudiante de instituto normal y corriente. Lo que no es normal ni corriente es que quiere ser una idol junto a su amiga, porque el hermano de esta es cantante en un grupo y cree que es la mejor forma de acercarse a él (está pilladísima) (su amiga tiene sus propias intenciones, pero eso es otra historia). ¡Al grano, que por unas cosas u otras firma un contrato con un señor… en realidad es una mascota que parece un yakuza, pero la cosa es que firma y se convierte en una chica mágica, pero al transformarse es un tío buenorro! Y tiene que luchar contra demonios que quieren secuestrar al chico que le gusta, y aparecen más tíos mazaos… ¡vaya, que te lo leas!
Retorciendo el cliché de Mahō Shōjo
Sin duda, uno de los principales atractivos de Magical Girl Boy es su concepto inicial. Tanto en su historia principal como en sus personajes, encontramos muchos clichés propios del «género» de chicas mágicas: mascota, chico inalcanzable, enemigo misterioso… Estos elementos, sin embargo, presentan características chocantes y absurdas que provocan situaciones divertidas y, en ocasiones, un poco embarazosas.
Este planteamiento no es tampoco ninguna novedad: durante muchos años hemos sido testigos de obras que, a través del humor o del drama, han cambiado los pilares de las clásicas historias de chicas mágicas. Por ejemplo, está el caso de Madoka Magica, que escondía un gran dramatismo detrás de su estética y dibujo kawaii. Quizás Binan Kōkō Chikyū Bōei-bu Love! es un modelo más cercano a Magical Girl Boy por su tono paródico y por mostrar «chicos mágicos». La diferencia es que en el manga de Icchokusen encontramos gender bender.
Personajes particulares
Como adelantábamos antes, Magical Girl Boy presenta unos personajes especiales. Son divertidos y con carisma que acentúan su personalidad en los tópicos comunes de este tipo de obras. Un ejemplo es la mascota de la protagonista. Lejos de ser mono, tiene aspecto de yakuza —aunque él dice ser adorable—. También encontramos enredos amorosos: el amor platónico de la protagonista parece gustar de su versión masculina. Entretanto, su mejor amiga, y hermana de su enamorado, está locamente enamorada de ella. La plantilla se completa con otros personajes que iremos conociendo a lo largo del manga y que desempeñarán diferentes funciones clásicas del género: el compañero-enemigo, la antigua chica mágica o el enemigo camuflado, entre otros.
No obstante, este toque carismático también tiene su límite. El manga funciona en ciertos tramos, sobre todo los cómicos, pero también se vuelve un poco repetitivo. Asimismo, los momentos más tensos y emotivos son algo más flojos, dando como resultado una historia, sencilla y divertida. Sin embargo, con un concepto así, igual podría haber dado un poco más de sí.
Dibujo
Icchokusen no es un autor precisamente conocido. De hecho, este ha sido mi primer acercamiento a su bibliografía. No obstante, debo decir que he quedado bastante satisfecho con su trabajo en este aspecto. En Magical Girl Boy no encontramos grandes alardes artísticos como paisajes realistas y detallados, pero sí un estilo sencillo, directo y centrado en las expresiones de los personajes.
En líneas generales, debo decir que he visto con acierto cómo Icchokusen Mōkon muestra la alegría, el miedo o la ira en sus protagonistas y secundarios. Además, esta «facilidad» suma tanto a los gags o momentos más cómicos, como a otros con cierto toque dramático. Creo que ha mostrado, en ese sentido, cierta versatilidad que espero que pueda explotar mucho más en el futuro.
Edición: Fandogamia en su línea
Para sorpresa de nadie, Fandogamia Editorial vuelve a confeccionar una edición a la altura de las circunstancias. Los dos tomos españoles son bastante similares a los japoneses, siendo los primeros más minimalistas. Fandogamia apuesta, con mucho acierto, por un fondo blanco despejado en su sobrecubierta que además cuenta con brillitos (laminado BUH) ¡y le sienta de maravilla! El primer tomo posee tonos rosas y el segundo, azules; cada lomo presenta la mitad de una estrella, y al ponerse juntos se forma una completa con la mitad de la cara femenina y la otra masculina… Vamos, un detalle precioso que queda increíble en cualquier estantería.
La parte de atrás de las sobrecubiertas vemos adelantos de lo que encontraremos dentro del volumen, así como anotaciones de la propia Fandogamia. En las cubiertas también encontramos contenido: Icchokusen comparte algunas anécdotas sobre la creación de Magical Girl Boy que no tienen desperdicio alguno. En su interior las páginas son en blanco y negro, salvo alguna al color al principio de cada uno —en el primer tomo hay más que en el segundo, por cierto—.
Con respecto a la traducción, se trata de un trabajo muy bien realizado. Meritxell Sans se encargó de ambos tomos y reconozco que disfruté como un niño de su adaptación. Traducir humor es muy complicado, más viniendo de un autor japonés, pero las expresiones y el vocabulario usado son muy acertados, dando a Magical Girl Boy un aire muy cachondo y chabacano, que es precisamente lo que un manga así necesitaba.
Conclusiones
Magical Girl Boy es un manga fresco, divertido y fácil de leer, que retuerce los estereotipos del magical girl para ofrecernos un espectáculo absurdo, pero con mucho encanto. El dibujo es bastante correcto y el humor funciona, aunque no consigue explotar totalmente su potencial, es una obra interesante, sobre todo para quienes no sean reticentes a obras diferentes e incómodas, en el buen sentido de la palabra.