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¡Aleluya! Parece mentira que esta semana haya podido escribir tan pronto, pero así es. Durante la tarde esperé ansioso para poder ver el nuevo capítulo de The Promised Neverland. Así, en un abrir y cerrar de ojos, llegó el episodio y lo vi. Casi sin darme cuenta. ¿Será porque cuando uno disfruta todo parece suceder más rápido? Tendría sentido, porque la verdad es que este séptimo episodio me ha parecido otro éxito más de la serie.
Krone: ¿una aliada?
El foco ha ido a parar en la hermana Krone, quien «pilló» al grupo en mitad del bosque y se ofreció como aliada del grupo. Ellos quieren escapar, y ella hacerse con el poder de la granja; siendo Isabella la encargada de la granja, una huida sería una catástrofe y la oportunidad de Krone para ascender de puesto. Así, el episodio se centra en la relación entre los jóvenes y la perturbadora hermana.
Una de las escenas más interesantes es, sin lugar a dudas, el encuentro de Norman y Emma con Krone en la habitación de esta última. La hermana, para ganarse la confianza de los chicos, revela información muy valiosa como: ¿Qué hay en el exterior? ¿Hay guardias a las afueras? ¿Existe vida más allá de la granja? Y no solo eso: por fin se consigue dotar a Krone de la inteligencia y el tono perturbador que, desde un principio, se requería. La hermana es capaz de ver más allá de los actos de los chicos e, incluso, les infunde miedo y dudas.
Por ejemplo, cuando Emma y Norman tocan a la puerta y Krone abre, sucede un efecto curioso. La cámara se gira hacia un lado, y dicho movimiento viene acompañado de un efecto de sonido inquietante. Pasamos de un «plano normal» a uno inclinado —también llamado «plano holandés»—, de modo que da una sensación de inestabilidad e incertidumbre… Como este, hay varios detalles así, y, en lo personal, me parecen una de las grandes bazas de esta serie. Es decir, que no solo reproduce el material del manga —bastante fiel en general—, sino que introduce otros elementos y juega con el medio para ofrecer una experiencia igual de enriquecedora que su material de base.
Cómo aprovechar el medio animado
Otro gran elemento que ha conseguido destacar en este nuevo episodio ha sido la luz. Gran parte de la acción ha tenido lugar en momentos nocturnos, y la iluminación del espacio y de los personajes me ha parecido magnífica. En primer lugar, porque se consigue una inmersión brutal, que se combina con la maravillosa banda sonora y los efectos de sonido. Y segundo, porque dota de la fuerza necesaria para provocar sentimientos como esperanza o miedo de forma natural y orgánica.
Asimismo, y aunque algunos diseños en planos medios hayan dejado que desear, los primeros planos han sacado mucho partido a las expresiones de los personajes. Cabe destacar el semblante serio y casi desafiante de Emma en algunas escenas. No obstante, quien se lleva la palma es —una vez más— Krone. Su ansia de poder, su miedo a ser descubierta, su alegría al descubrir el plan de los huérfanos… Parecía que se podía sentir a la perfección cualquier emoción que emanase del personaje.
Y finalmente…
El episodio llega a su fin con pequeño cliffhanger. Isabella se presenta en la habitación de Krone y, cuando parece que va a haber un momento «sangriento», esta se muestra aparentemente amable y le da una carta a Krone. Una carta que parece marcar el final de la hermana en la granja. ¿Qué pasará con ella?
Sobre el episodio creo que queda poco más que decir; salvo algunas fallas menores —estamos ante una serie de salida semanal, es más que comprensible—, la animación sigue siendo notable. El episodio, en lo personal, se me hizo muy corto e intenso, lo cual agradezco enormemente. La música y la iluminación, una pasada, y aunque si comparamos con el manga hay ciertos detalles que no aparecen, se trata de una adaptación magnífica que espero de corazón encuentre su hueco entre los fans de la industria.
¡Y eso ha sido todo!
The Promised Neverland es una serie anime disponible en Crunchyroll y cuyos episodios se estrenan los jueves. La serie se basa en el manga homónimo, licenciado en España por Norma Editorial. Muchas gracias por leer estas líneas y ¡nos vemos la semana que viene!