Uno de los mejores mangas habidos y por haber de la década de los 2000. Y de los últimos años, qué diantres. No hay mejor forma de describir Zatch Bell, un trabajo que ha sabido sobrevivir al paso del tiempo y mantenerse fresco pese a tener más de 20 años de historia a sus espaldas. Eterno, icónico y refrescante. Diferente y único. Hay pocos adjetivos que puedan describir el talento que Makoto Raiku expresó en algo tan singular como una guerra entre demonios.
Y sí, lo confieso: me he dejado llevar por la nostalgia. Me resulta imposible no ver con buenos ojos al que dijo ser uno de los mangas (y animes) que me vio crecer. Junto con él pasé de ser un niño a un adolescente. Hoy, casi 15 años después de disfrutar del manga en España, estoy reviviendo aquellos maravillosos años, pero como un adulto. O eso quiero creer, porque dicen que lo de la edad se lleva dentro y…
Perdón, que desvarío. Para quienes no lo sepan, entre 2005 y 2009, Norma Editorial publicó el manga en España, pero esa edición ya no solo es una reliquia, sino que es casi imposible de encontrar. Parecía imposible recuperarlo. Al menos así era hasta que Kitsune Manga dijo «ya basta». En un movimiento que pocos nos vimos venir, la editorial anunció una reedición que, simple y llanamente, nos hizo soñar.
Hoy, seis meses después, podemos seguir ratificando esas sensaciones. En diciembre de 2022 se publicó el tomo y, tras varias dificultades, la segunda entrega ha hecho lo propio. Lo ha hecho, todo sea dicho, muy bien acompañada, puesto que durante esta se han estrenado cuatro de los personajes más queridos del manga: Megumi, Tia, Parco Folgore y Kanchome. ¿Queréis saber más? Os lo contamos.
Reseña de Zatch Bell n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
Kiyomaro ha recibido el regalo más alucinante de su vida: Zatch Bell, un extraño niño con un libro rojo que contiene un poder increíble y que solo Kiyomaro puede descifrar. En este segundo volumen, nuevos enemigos pondrán a Kiyomaro y a Zatch Bell en aprietos, aunque nuestros protagonistas están dispuestos a todo por cumplir su promesa de ganar la batalla y que Zatch Bell se convierta en el primer rey bueno de toda la historia de los mamodos. ¡La batalla ha comenzado!
| Colección | Zatch Bell vol. 2 de 16 |
| Autoría | Makoto Raiku |
| Traducción | María Ferré Simó |
| Género | Acción, comedia, drama, fantasía |
| Formato | Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta |
| Precio | 17,95 € |
| Tamaño y páginas | 284 págs. en 14,8 x 21 cm. |
| Maquetación | Kitsune Manga |
| Fecha de publicación | 26/06/2023 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
Habiendo hecho las presentaciones, nos toca hablar de la edición- Esta nos ha dejado con buenas sensaciones en general, pero hay fallitos en la corrección del texto. Por lo demás, lo cierto es que pienso que se ha hecho un trabajo bastante decente, por lo que hemos terminado contentos más allá de esos detallitos.
Larga vida al futuro rey de los demonios
Vale, ¿pero y por qué te ha gustado tanto? Para empezar, porque aparecen cuatro de los personajes más icónicos de todo el manga: Megumi, Tia, Kanchome y Folgore. Y si bien es cierto que este último sí que ha envejecido peor de lo que nos gustaría reconocer, su aparición es sinónimo de buenas noticias. Para quienes no conocen el manga, ya os adelantamos que nos van a dejar muy buenos momentos.
Más allá de esto, su presencia en el manga nos permite explicaros que uno de los grandes fuertes de Zatch Bell —más allá del carisma de sus protagonistas— es que dispone de un gran elenco de personajes secundarios. Todos y cada uno de ellos, a su manera, aportan muchísimo. Inclusive, aunque hay algunos que solo aparecen durante unos pocos capítulos (no es el caso de estos cuatro), aportan.
En general, pues, podemos afirmar que Makoto tiene un gran talento no solo como narrador, sino también como diseñador. De una u otra forma, los diversos demonios (mamodo) que van apareciendo son capaces de dejarnos destellos de calidad muy potentes. Y aunque nos olvidaremos de muchos de ellos, es imposible no apreciar su originalidad y su recorrido. Sucede lo mismo con algunos de los humanos con los que se han aliado.
Aunque en muchos casos estos quedan en un segundo plano y/o apenas se les tiene en cuenta, en otros tantos tienen una historia y un trasfondo muy meritorios. Sobre todo porque son capaces de hacer que empaticemos con ellos en un par de páginas. Esto nos sucede, por ejemplo, con Shin, un buen hombre que ha sufrido mucho que se deja ‘manipular’ por su mamodo. Y aunque su aparición es, cuando menos, breve, nos da muchísimo.
Un magio que ha envejecido muy, muy bien
Como él habrá muchos otros. Y sí, nos acabaremos ‘olvidando’ de él, pero su escueta aparición nos permite comprender mucho mejor la realidad que se esconde tras la guerra de los mamodo. Es un ente residual que ofrece mucho más contexto del que cabría esperar de un secundario tan circunstancial. Por supuesto, esto va más allá con Kanchome y Tia, además de Megumi y Folgore, quienes no dejan de aportar en ningún momento.
Por supuesto, nada de esto sería de gran utilidad si el manga no tuviese a dos protagonistas tan carismáticos como Kiyomaro y Zatch. Ambos son el alma del manga, como es lógico, pero no solo porque sean el núcleo de la historia. Desde el primer tomo, sobre todo Kiyomaro, no han dejado de crecer el uno junto con el otro. Dejando a un lado sus miedos, ambos afrontan el presente y el futuro de manera encomiable.
El primero, gracias a Zatch, ha sido capaz de salir del armazón en el que se había escondido por miedo al mundo. Azotado por la indiferencia de sus antiguos compañeros por culpa de su gran inteligencia, decidió construir un muro de arrogancia del que ha logrado salir gracias a algo tan sencillo como la confianza. Aunque su familia le apoyaba y Mizuno, su amiga de la infancia, intentaba ayudarle, necesitaba algo más.
Y ese algo más era ver que el mundo va más allá de aquellos que siempre han creído en él. Puede resultar doloroso, pero a veces es necesario una mano amiga nueva para ver que hay vida más allá. Todo depende, pero en el caso de Zatch es especialmente así debido a la inocencia del mamodo. Él lo ve todo con buenos ojos y su confianza en ciega en Kiyomaro cuando apenas se conocen es lo que logra romper de manera definitiva el cascarón.
Reseña de Zatch Bell n.º 2 | Conclusiones
Por el otro lado, Zatch es poco más que un crío. No obstante, se contagia de la perseverancia de Kiyomaro. Sin dejar a un lado su inocencia (y su alocada manera de ser), se empapa del espíritu luchador de su nuevo compañero humano. Ambos se retroalimentan y se ayudan a crecer, siendo esta una de las grandes bazas del manga. Como protagonistas tienen alma, carisma y margen de evolución. Son justo lo que necesitábamos.
Su manera de relacionarse entre ellos y de enfrentar los problemas es simplemente genial. Combinan muy hábilmente el humor más desenfrenado con la parodia y la acción, pasando por la épica, el drama y la tensión con mucha naturalidad. Están muy bien diseñados… y esto es solo el principio. No dejan de crecer en ningún momento hasta el punto de ser dos de los personajes del marco shonen que mejor representan las cualidades del género.
Y si bien es cierto que no me gusta categorizar las cosas según su demografía, también es verdad que ayudan a entender un poquito mejor aquello de lo que os estamos hablando. Sin más, cumplen su papel a las mil maravillas hasta dejarnos con uno de los constructos narrativos más solventes de los años 2000. Por supuesto, no todo es perfecto, ya que a veces el autor se deja llevar demasiado y se pasa un pelín de frenada.
Ciertas escenas pueden perder algo de impacto debido a la velocidad a la que todo funciona o la excesiva necesidad de hacer grandes planos épicos. No siempre funcionan de la manera adecuada y esto es algo que se puede ver con facilidad. Además, a veces acelera demasiado, dejando que ciertos combates o momentos se pierdan en el marco general de la obra. Pese a ello, el resultado general no solo es notable, sino que te mantiene enganchado hasta el último momento.
- Es un clásico que ha envejecido realmente bien. Pura nostalgia, pero con potencial para las nuevas generaciones.
- La edición roza el sobresaliente. Kitsune Manga ha dado un paso adelante. El formato kazenban le sienta genial.
- Sus personajes tienen un carisma brutal, el ritmo es bueno, la narrativa atrapa y la premisa es interesante.
- Combina muy hábilmente el drama, el humor, la acción y otros momentos de diversas características.
- El dibujo tiene muchísima personalidad.
- Se nota que es un manga algo antiguo en ciertos manerismos e idiosincrasias.
- Pierde unos pocos puntos si se le resta el factor nostalgia.
