Ya lo dijo John Paul Young: Love is in the air. Y que gusto da cuando se adscribe a una historia que se aleja de los tópicos propios del género romántico en el país del Sol Naciente. De hecho, este es uno de los aspectos que más quiero destacar en mi reseña de Una historia de almas gemelas y su volumen n.º 3: pasan cosas. Sí, suceden cosas en el plano amoroso, siendo esto algo que no es tan habitual en la industria del manga. Por suerte, poco a poco hay más mangaka que se atreven a salirse de la norma, dejándonos con historias tan curiosas como esta.
Como es lógico, lo ideal es que haya un poco de todo, pues las narrativas que tiran más de la inocencia de sus protagonistas también tienen su aquel. Lo mejor que nos puede pasar es que el abanico se vaya ampliando, y esto es justamente lo que está sucediendo. La obra de Anashin es un buen ejemplo de ello, aunque no por eso deja de recurrir a ciertos tópicos propios del shojo.
El estilo de dibujo (aunque goza de mucha personalidad) usa motivos que ya conocemos, y la forma de interactuar entre nuestros protagonistas, los problemas que se suceden a su alrededor y/o el concepto de triángulo amoroso siguen estando a la orden del día. No obstante, aquí nos lo ofrecen de manera algo diferente, y es que una de las grandes máximas de esta tercera entrega es que (alerta, se viene un pequeño spoiler, pese a que se veía venir) se ha formalizado la relación entre Iori y Yuki. Así es, ya son pareja, y esto cambia mucho las cosas. Os lo cuento tras repasar la edición de este nuevo tomo.
Reseña del manga Una historia de almas gemelas n.º 3 | Portada, sinopsis y edición
Cuando Yûki se entera del rumor de que Iori siempre ha estado enamorado de una chica, corre a su lado para decirle que ella lo apoyará en cualquier decisión que tome, pero entonces descubre que todo ha sido un malentendido y… ¡¿Iori la atrae entre sus brazos?! Por si fuera poco, tras conocer el amor incondicional de Yûki por él, algo empieza a despertar también en Iori.
Colección | Una historia de almas gemelas vol. 3 de 5 (serie abierta) |
Autoría | Anashin |
Género | Shojo, romance, slice of life |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 128 x 180 mm con 192 páginas en b/n |
Precio | 9,95 € |
Traducción | Marta Moya (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 05/09/2024 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
En lo que respecta a la edición, lo cierto es que el resultado general es bastante bueno. Más allá de algún borde cortado, la sensación es muy positiva, aunque es cierto que hay muchos diálogos en los que he sentido que la definición de las letras no era buena. Por otro lado, tanto la traducción como la maquetación son de calidad, aunque hay algo de moiré en determinadas escenas y viñetas.
Aprendiendo a amar
Dicho esto, y volviendo al manga como tal fuera de la edición, si Yuki e Iori ya están juntos, ¿dónde está la gracia? En gran medida, en la forma en la que cada uno tiene de amar. Por un lado tenemos a Iori, un chico con bastante experiencia en el tema de las relaciones románticas. Ha estado con varias chicas, pero nunca ha sentido ‘amor’ de verdad por ellas. Parece que está descubriendo cuál es su verdadero significado con Yuki, y es la primera vez que siente algo así. Por lo tanto, una de las grandes premisas es cómo Iori aprende a querer a Yuki de manera adecuada.
En el otro lado de la balanza tenemos a Yuki. No tiene experiencia casi en el amor y es que, aunque ha tenido alguna que otra pareja, nunca se ha atrevido a ir demasiado ‘lejos’. El fantasma de su primer amor la persiguió durante mucho tiempo, haciéndole rechazar cierto tipo de avances. Con Iori no siente esto, puesto que sí que quiere descubrir otras cosas, pero a su ritmo. De esta manera, podemos plantear que una de las grandes premisas del manga es cómo ambos personajes aprenden a amar a alguien y, al mismo tiempo, intentan amoldarse el uno a la otra, y viceversa.
Se plantea desde una postura bastante tierna, y hasta cierto punto algo tópica, pues este tipo de premisas no resultan del todo desconocidas. En el manga es muy habitual que presenten historias de un chico que rompe su armazón y descubre el amor tras vivir diferentes experiencias, incluyendo las de carácter sexual, y las de una chica que no mantenido nunca ese tipo de relaciones. Es un tópico del que abusan con bastante frecuencia y que cansa un poco, la verdad.
El cuarto tomo podría introducir el nuevo ‘drama’ principal
Sea como fuere, no puedo decir que Una historia de almas gemelas me desagrade, puesto que es justo lo contrario. Pese a ese tópico, estoy disfrutando de su lectura, especialmente porque Anashin sabe manejar el drama para que no resulte demasiado pegajoso. Por ejemplo, el primer malentendido entre ambos se produce por un tercero sin mala intención, pero se resuelve de la manera más sencilla posible: hablando. Este tipo de detalles tan casuales son los que hacen que una historia se sienta orgánica de verdad. Y es algo muy necesario en un romance.
Los dramones exagerados terminan cansando. Por supuesto, que haya incidencias es algo necesario, pues sino sería una historia plana. Es por esto mismo que la presencia de un amor del pasado que hace las veces de tercero en discordia, pero desde el cariño, le da vida. O lo que es lo mismo, el primer amor de Yuki regresa, pero no quiere interferir en su nueva relación. Quiere ser él quien está con ella, pero no hará nada que pueda dañarla, siendo esta la razón por la que encaja bien de verdad en la historia.
Esas malas sensaciones de los dos tomos anteriores respecto a él se disipan al comprobar que, aun con sus errores, parece buena persona. Y dentro de todo esto, reaparece una figura muy emblemática que puede removerlo todo, aunque no diré quién es. Es extraño en cierto modo, pero le da un extra a la narrativa. Le ofrece un empujón al ritmo y nos presenta una posible línea de desarrollo bastante interesante si se maneja bien. Así que sí, de momento me sigue gustando y quiero saber cómo sigue.
- El dibujo es realmente bonito.
- La historia es entretenida.
- El triángulo amoroso que presenta tiene bastante potencial.
- El ritmo y la narrativa funcionan a buen nivel.
- Sigue abusando de ciertos tópicos del género que ya conocemos de sobra.