Este ha sido un tomo un tanto extraño, ya que Tokyo Urban Fighters n.º 5 se siente más bien como una transición que como otra cosa. ¡Ojo! No digo que esté mal. Simple y llanamente, que resulta un tanto peculiar si tenemos en cuenta que nos estamos adentrando en la segunda fase del torneo.
En una secuencia también bastante errática en la que Kinousuke recupera la fuerza para vivir por él y sus amigos caídos, hemos dejado que el espíritu de la fantasía se adentre un poquito más en nosotros a través de varios pasajes que van más allá de lo humanamente posible.
Hasta hora, Tokyo Urban Fighters llegaba la fuerza de sus luchadores al límite. De hecho, traía no pocas secuencias imposibles de emular en el mundo real. No obstante, siempre lo hacía bajo el amparo de un poderío físico sin igual.
En esta quinta entrega ha introducido cuestiones que van más allá de lo físico y se introducen en el mundo de lo espiritual. Parece, en cualquier cosa, que solo ha sido un breve espejismo con el cual despedirse de un guerrero caído en combate, pero…
Se ha sentido raro. En cierto modo, no parecía encajar demasiado con el tono general del manga. Es más, los diálogos de este volumen también se han sentido un tanto más particulares de lo normal. Narrativamente, podría ser una de sus entregas más flojas.
Tampoco sorprende, ya que Toshiaki Yamada jamás centró su atención en el desarrollo de la trama. Me explico: tiene un hilo conductor y una historia, pero esta nunca fue su principal atractivo. La gran baza del manga siempre fueron sus espectaculares combates y en ese sentido sí que mantiene el nivel. Tanto es así que hasta podríamos decir que aspira incluso a más.
Reseña del manga Tokyo Urban Fighters n.º 5 | Portada, sinopsis y edición
¡Ahora mismo la ciudad de Tokio es un infierno! ¡Un espectáculo monstruoso tan violento como un desastre natural! ¡El duelo entre los campeones Koinosuke Yasuda y Shin-Ookubo llega a su recta final! ¿Quién será el vencedor? Además, el guardián de Ueno, Nekoshi Ookuma, quiere armarse de determinación en su duelo contra Zokuto Shiki, el guardián de Uguisudani, para cobrarse venganza por su amigo, pero…
Colección | Tokyo Urban Fighters vol. 5 de 13 (serie abierta) |
Autoría | Toshiaki Yamada |
Género | Acción, artes marciales, drama |
Formato | Rústica sin solapas con s/cub. |
Tamaño y páginas | 13 x 18 cm con 176 páginas en b/n |
Precio | 9,50 € |
Maquetación | Hidra Manga |
Traducción | Rubén Suárez Abadín (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 11/11/02024 |
Reseña | Volúmenes anteriores |
Dicho esto, y antes de continuar, me gustaría hablaros de la edición. En líneas generales, puedo deciros que está bastante bien. Tanto la traducción como la maquetación cumplen con lo esperado y, más allá de algunos bordes que van demasiado justos para con el límite físico que imponen las propias páginas, el resultado es bueno. Aparte, la impresión también es de calidad, por lo que nos ha dejado con un buen sabor de boca.
Dos combates que no buscan la tensión, sino el crecimiento
Volviendo al tema que nos acontece, lo que podemos esperar de este quinto volumen es la conclusión del duelo entre Koinosuke, el señor de los festivales, y Shin-ookubo, el superidol. Visualmente, el combate es bastante llamativo, aunque el clímax no tiene el impacto que nos habría gustado.
En cierto modo, diría que buena parte de la culpa la tiene el propio Shin, pues sus motivaciones no parecen estar a la altura del torneo. Tampoco su estilo de combate, el cual nos deja un tanto fríos. De hecho, se nota que el autor no le da mucha importancia, puesto que su presencia es poco más que una catapulta para Koinosuke.
Su duelo es lo que permite que el protagonista recupere sensaciones y supere la muerte de su amigo, asumiendo los objetivos de este último como propios. Así pues, refuerza su determinación y desata su verdadero poder, haciendo que el pobre Ookubo se convierta en un mero espectador.
Esto le resta algo de tensión al encuentro, pues en ningún momento parece que Koinosuke pueda perder. Una vez recupera su espíritu de batalla, se nota que es bastante superior a su rival. Todo sea dicho, tampoco es que Yamada-sensei se entrega demasiado con esto.
Le da mucho ritmo, impidiendo que ni este ni el siguiente combate nos abrumen como lectores. Este segundo, de hecho, también sorprende mucho por la forma en que concluye. Es más, es uno de los más humanos, y es el que te permite reconectar un poco con el lado menos fantasioso del manga.
Inclusive, cuesta un poco pillarle el punto a las primeras escenas, pero cuando lo valoras todo de manera más general, lo cierto es que está bien diseñado.
Llegados a este punto, somos plenamente conscientes de que Tokyo Urban Fighter no destaca ni destacará por su desarrollo argumental. Tampoco por sus diálogos. Tras cinco entregas, lo sabemos, pero tampoco es que nos moleste en exceso.
El manga es muy sincero con lo que ofrece y desde el primer minuto te está diciendo que lo que quiere darte son tíos mamadísimos con habilidades muy raras, personalidades histriónicas y capacidades de combate fuera de toda razón.
Tíos mamadísimos que, por supuesto, van a reventarse la cara los unos a los otros de la manera más violenta posible. Su único objetivo es demostrarnos que un buen combate a veces es más que suficiente. Y lo es. Es entretenido. Sin grandes alardes, cumple su objetivo.
Todo sea dicho, no estamos ante un manga que vaya a marcar un antes y un después. No sorprenderá ni te dejará con destellos de genialidad narrativa. Lo que hará será ir dándonos combates cada vez más brutales en donde los luchadores sean capaces de poner a todo el mundo en pie solo con la fuerza de sus puños.
- La edición es de buena calidad.
- Las peleas son una auténtica salvajada. Si te gustan los mangas violentos, esto es para ti.
- El dibujo es de gran calidad. El mangaka gestiona muy bien la sensación de movimiento.
- Los combates son realmente brutales. El nivel de salvajismo es colosal.
- El ritmo de lectura es bueno. Es entretenido.
- La trama y el guion son muy simples. Los diálogos no son anda del otro mundo.
- Si no te gustan los mangas que se resumen en peleas, peleas y más peleas, no es para ti.