La primera vez que hoy hablar de Higashi Eguchi me sentí un poco… desubicado. Al menos en cierto modo. Mangaka particular como pocos, nunca estuvo demasiado de acuerdo con el sistema de publicación semanal de revistas como shonen jump. Pese a ello, no solo tuvo sus pinitos en la industria del manga, sino que —inclusive— llegó a reconocer que la echaba de menos en algún que otro momento. Es más, durante su periplo con esta, nos dejó obras como de la que hoy os quiero traer una reseña: Stop Hibari-kun.
Más concretamente, en esta ocasión quiero traeros mi review del primer tomo. Licenciada por Kimmo Editorial, ha sido uno de los primeros mangas que he leído en este 2024 y, ciertamente, no me arrepiento en lo más mínimo. Diferente y transgresora, me ha sorprendido muchísimo. Sobre todo porque se publicó —originalmente— entre 1981 y 1983. Ahora bien, ¿por qué esto es algo tan inesperado?
Pues porque trata con una naturalidad increíble la transexualidad. Y me alegro mucho, vaya, porque no me esperaba que alguien pudiese concebir una obra de tales características en el país del Sol naciente en aquellos años. Por suerte, el mundo está lleno de sorpresas, y el volumen n.º 1 de Stop Hibari-kun es una de ellas. De hecho, me apena mucho que la serie completa se componga únicamente de tres tomos, pues pienso que dispone una construcción narrativa excepcional teniendo en cuenta cómo era la mentalidad no solo del pueblo nipón durante aquellos años, sino de la sociedad en general.
Reseña de Stop Hibari-Kun vol. 1 | Portada, sinopsis y edición
Tras la muerte de su madre y cumpliendo su última voluntad, el joven Kosaku Sakamoto decide ir a vivir a Tokio con Ibari Ozora. Pronto descubrirá que Ozora es el temible jefe de un clan yakuza. Su primer instinto es huir, pero cambia de opinión cuando conoce a las hijas del mafioso: Tsugumi, Tsubame, Suzume y la encantadora Hibari de la que el adolescente se enamora inmediatamente. Sin embargo, Kosaku no está preparado para el pequeño secreto que oculta Hibari.
| Colección | Stop!! Hibari-Kun! vol. 1 de 3 |
| Autoría | Eguchi Hisashi |
| Género | Humor, romance |
| Formato | Rústico con sobrecubierta |
| Tamaño y páginas | 13 x 19 cm con 276 páginas en b/n |
| Precio | 14,50 € |
| Maquetación | Juan Medina Manrique y Alfonso García Navacerrada |
| Traducción | Carlos Mingo e Irene Tellería Domínguez |
| Fecha de lanzamiento | 20/12/2023 |
Debo decir que Kimmo Editorial me tiene muy malacostumbrado, aunque lo digo en el buen sentido. En líneas generales, la editorial tiende a ofrecer productos de muy buena calidad y este Stop Hibari-Kun no es una excepción cuando hablamos de él como producto. Tanto la maquetación como la traducción son de gran calidad. Aparte, la impresión destaca, pues el tacto y formato de la portada se sienten muy actuales, pero respiran ese aire clásico tan propio de los 80. Es decir, que el resultado final no solo es notable, sino que da gusto tenerlo entre las manos.
El primer trabajo de un mangaka muy adelantado a su tiempo
En cierto modo, podríamos decir que Eguchi es una suerte de adelantado a su tiempo. Demostró una madurez y una sensibilidad muy superior a la media en una época en la que la sociedad decía ser mucho más arcaica. Siendo parcos, los constructos sociales y la intolerancia estaban todavía más a la orden del día. Es por esto mismo que me ha sorprendido tanto no solo que un autor escribiese sobre el tema, sino que una editorial lo lanzase.
Todo sea dicho, el manga se publicó con un tono muy paródico y con muchos gags humorísticos. O lo que es lo mismo, aunque demostró tener una sensibilidad excepcional y trató el tema con mucho cariño, parecía menos serio de lo que en realidad era al tratarlo todo con humor. Por lo tanto, podemos decir que el elemento más importante de Stop Hibari-kun son las risas. No se esconde en ningún momento y, desde el principio, lo aborda todo de manera desenfadada.
La historia empieza cuando la madre de Kosaku fallece por culpa de un cáncer de estómago. Tiempo ha, su padre murió ahogado por culpa de una borrachera, por lo que se ha quedado huérfano. En ese contexto, lo normal sería que el manga empezase de forma bastante dramática, pero ya desde la primera página su creador descarga cualquier atisbo de pena mediante escenas altamente parodiadas y exageradas.
Aprendiendo a entender a los demás… y a una misma
Lo interesante es que, lejos de descuadrarnos, quedan bastante bien. El tono generalmente es el adecuado y, aunque a veces se nota que es un humor algo anticuado en los tiempos que corren, sigue teniendo su aquel. Es más, es hasta divertido, ya que logra arrancarte más de una sonrisa durante el proceso. Sea como fuere, la historia arranca con ese evento y la «adopción» del joven por parte de un viejo amigo de su madre.
El dato es que este es un jefe de la yakuza que estuvo enamorado de su madre tiempo atrás, pero que no llegó a tener nunca nada con ella. Pese a ello, no solo fue a verla en sus últimas horas, sino que, además, aceptó de buen grado hacerse cargo de su hijo. Así pues, y de forma inesperada, Kosaku conoce a su nueva familia. Esta está compuesta por el susodicho jefe de la mafia, así como por sus muy diversos subordinados.
También tiene 4 hijas: Ibari, Tsubame, Suzume y Hibari. El caso es que Hibari es una mujer trans, dato que su padre nos recuerda constantemente durante los primeros episodios al ser incapaz de aceptarlo. Él quiere que Hibari sea un hombre yakuza, por lo que está muy estancado en el pasado. De hecho, hasta llama pervertido a su hija, se niega a reconocer su identidad, etc.
Una progresión adecuada
Esto, siendo sincero, me dejó bastante preocupado. El manga no empezaba muy bien, aunque también era esperanzador. Tanto Kosaku, aunque sorprendido (y más reticente al principio) como las hermanas de Hibari, así como otros miembros de la familia yakuza, ven con total naturalidad a la joven. De hecho, investigando un poco —puesto que quería saber si esto iba a cambiar— descubrí que el padre de Hibari también aprende poco a poco.
Es por esto que digo que el autor, Eguchi, tenía mucha sensibilidad. No solo abordó el tema con toda la naturalidad y el respeto que se merecen, sino que además fue capaz de reflejar muy bien las inquietudes y problemas de una joven trans en aquellos tiempos que corrían. Siempre desde el humor, y descargando mucho la situación, aborda aspectos tan complejos como los análisis médicos del instituto y/o el qué dirán los demás.
Lo mejor de todo es que, aunque es un manga de puro humor, Stop Hibari-kun también es una comedia romántica y maneja muy bien los sentimientos de Kosaku. El joven, desde el primer momento, se siente atraído por Hibari, y se sorprende mucho cuando descubre que es una mujer trans. Esto le genera varios quebraderos de cabeza, pero poco a poco él mismo se va formulando preguntas bastante interesantes.
Reseña de Stop Hibari-Kun vol. 1 | Conclusiones
Por supuesto, este primer tomo no profundiza tanto como nos gustaría en el tema, pero es normal, y es por esto mismo que tengo muchas ganas de leer el segundo. Sin más, no solo me ha generado curiosidad como lector, sino que, además, creo que tiene mucho potencial como obra de carácter social. Todo eso sin olvidarnos de que, al final, su principal función es entretener al lector. En ese sentido, lo hace bastante bien.
La historia se construye con episodios independientes los unos de los otros, pero conectados por sus personajes. Se maneja mucho en el formato gag y no ejecuta historias demasiado complejas, puesto que quiere ser fácil de seguir. Lo es. Y si bien es cierto que esto le resta algo de profundidad narrativa, le confiere otras ventajas tales como, por ejemplo, ritmo. En general, Stop Hibari-kun funciona bastante bien en no pocos sentidos.
Y si bien es cierto que el dibujo se puede sentir algo arcaico, debemos entender que es un manga de los años 80 y que ese era el estilo de aquellos tiempos. Consecuentemente, no debéis esperar un trazo excepcionalmente brillante ni unos dibujos cargados de detalles. No es así, aunque no por eso debemos pensar que es malo. Tiene su encanto y, en realidad, encaja bastante bien con la trama que nos presenta. Es por esto mismo (entre otras cosas) que considero que lo nuevo de Kimmo Editorial se merece una oportunidad. Es un trabajo bastante interesante y con mucho potencial. Personalmente, he disfrutado bastante de su lectura.
- Aunque a veces se pueda equivocar, se nota que el autor se esfuerza por hacer las cosas bien para tratar el tema de manera adecuada.
- Es divertido y entretenido. La premisa es atractiva y el desarrollo es adecuado.
- Sus personajes evoluciona a un buen ritmo y son capaces de dejarnos grandes momentos.
- La historia sabe ofrecer algo diferente dentro del mundo de las comedias románticas.
- El ritmo y la narrativa son buenos y encajan muy bien con su estilo de dibujo desenfadado.
- A veces, algunas de sus bromas chirrían un poco.
- Si no te gusta el humor vía gags, no es una lectura para ti.
