Si algo me ha demostrado Pies Descalzos desde un primer momento es que el pueblo japonés sufrió muchísimo con Hiroshima, pero que el adoctrinamiento era tal que —hasta en aquellas circunstancias— muchos seguían entendiendo la guerra como un bien general al que debían apoyar contra viento y marea. Todos menos unos pocos como Gen, nuestro inestimable protagonista.
Por desgracia, tras tres tomos de más de 600 páginas cada uno, debo decir que el mensaje ha calado demasiado. Durante toda la lectura hemos visto el alterego de Keiji Nakazawa (el autor) manifestaba una y otra vez que la guerra es mala. El mensaje, por supuesto, es adecuado, pero cuando se repite durante más 1.500 páginas, lo cierto es que pierde algo de impacto.
Esto es algo que ya sentí en el segundo tomo, pero que dejé a un lado. Ahora, en esta tercera entrega, he sentido que se centraba demasiado en este tema y no abordaba otras cuestiones interesantes. Por suerte, esto no le resta demasiado valor a un manga que, en líneas generales, funciona bastante bien. Sobre todo en el contexto histórico.
A fin de cuentas, Pies descalzos es un relato desgarrador que narra los eventos acaecidos en el país del Sol Naciente. Desde la perspectiva de un joven huérfano de padre, relata la cruenta realidad a la que se enfrentaron los japoneses tras el ataque americano y de cómo, pese a ello, muchos sacaron fueras para seguir adelante.
Reseña de Pies Descalzos n.º 3 | Portada, sinopsis y edición
Desde que estalló la bomba atómica, hace casi tres años, Gen no había sentido esperanza. Pero quizá es posible que vuelva a ser feliz a pesar de todo. Además de a su familia, tiene a un grupo de amigos con planes para el futuro. No obstante, el desastre de la bomba sigue atormentando a los supervivientes. Entre ellos se encuentra el señor Hirayama, quien antes de conocer a Gen y a su variopinta pandilla estaba convencido de que solo le quedaba esperar la muerte. Acogido como un nuevo padre, recobra las fuerzas para escribir una dura crónica sobre Japón. En ella cuenta el verdadero horror de los hechos acaecidos en Hiroshima. Su voz es la de todas las víctimas… Pero en 1948, bajo la ocupación estadounidense y con la refundación del estado japonés todavía a medias, está prohibido hablar de ello. La tragedia del señor Hirayama no será la única a la que tendrá que enfrentarse Gen; pronto una sombra más fuerte que su espíritu luchador se cernerá sobre quienes más ama.
| Colección | Pies Descalzos vol. 3 de 4 |
| Autoría | Keiji Nakazawa |
| Género | Shônen, histórico, drama, slice of life |
| Formato | Tapa blanda con solapas |
| Tamaño y páginas | 15,2 x 21,1 cm 672 páginas en b/n |
| Precio | 24,95 € |
| Maquetación | Yellowkidsworks |
| Traducción | Víctor Illera Kanaya y María Serna Aguirre |
| Fecha de lanzamiento | 07/09/2023 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
Debido a que ya os expliqué los elementos más importantes de la edición durante la reseña del primer tomo, en esta ocasión me limitaré a deciros que han mantenido el alto nivel de la misma con este segundo volumen. Mediante un tomo muy sólido, una maquetación de calidad y una traducción de gran nivel, Pies descalzos nos ha vuelto a sorprender por su buen hacer editorial. Esto, teniendo en cuenta que hablamos de tomos de más de 600 páginas, no es nada fácil, así que el trabajo de Distrito Manga destaca más todavía.
La cruda realidad del bombardeo de Hiroshima y sus consecuencias
Con esto podemos ratificar una vez más que una de las grandes virtudes de este nuevo Pies descalzos es su impresionante edición. Sin duda, es una auténtica barbaridad, ya que hablamos de tomos de más de seiscientas páginas por poco menos de 25 euros. Si hacemos la comparativa directa con los tankobon tradicionales, sale muy a cuenta, aunque esa es cuestión para otro tema. Prefiero centrarme en lo que tenemos y eso es un nuevo y crudo relato de la guerra y la ocupación estadounidense.
Lo interesante de este tomo es que empieza a mezclar el dolor, la pérdida y la incertidumbre con la esperanza, siendo uno de los tomos que aúpa con más intensidad este nuevo sentimiento. Otrora, durante los dos primeros volúmenes, la encontramos mediante remanentes. En este se hace algo más tangible. Y si bien es cierto que sigue sin ser protagonista, empieza a mostrar algo de luz.
A cambio, muestra las consecuencias de la bomba y la guerra de otra manera igualmente cruel. Ahora que han pasado casi tres años desde que estalló, empezamos a ver algunos de sus primeros efectos secundarios a largo plazo. La salud de muchas personas se resiente por muy diversos motivos. Aunque muchos no lo saben, la bomba se sigue cobrando víctimas, pero mediante un tiempo y unos síntomas diferentes.
Un pueblo que aprende de los errores del pasado… o no
Esto es un tema que vemos con relativa profundidad, aunque diría que —al igual que gran parte de la segunda entrega— aquí el protagonista vuelve a ser el cómo se adaptó la sociedad nipona a esta nueva situación. Es aquí donde aparecen nuevos secundarios muy interesantes, ya que mezclan la desesperanza inicial con la luz de un nuevo mañana. Aun con esas, sigue siendo un relato bastante duro.
La lectura no es fácil y, en general, podríamos decir que el ritmo es algo más lento. La narrativa se resiente tras abordar el mismo tema durante tanto tiempo mediante tomos tan extensos. En general, no es un tebeo que podamos abordar sin más. Hay que tomárselo con calma, puesto que de otra manera puede hasta agobiar. Lo bueno es que, si lo pillamos con perspectiva y nos interesa el tema, es una verdadera joya.
Con sus más y sus menos, Pies descalzos representa muy bien el sentir y padecer de todo un pueblo. Bien ejemplificado por un protagonista al que no podríamos pedirle más, sabe cómo contarnos una historia tan dolorosa sin la necesidad de ser demasiado explícito. De hecho, emplea un dibujo sin grandes alardes y poco detallista para que no nos desviemos del eje principal: el argumento.
Reseña de Pies Descalzos n.º 3 | Conclusiones
Gracias a esto somos capaces de apreciar la crudeza de aquellos tiempos. Solo mediante los diálogos, la narrativa y los escenarios somos capaces de entender que fueron tiempos muy, muy dolorosos. Esto lo transmite realmente bien, siendo otra de sus grandes virtudes. Y aunque no deja de ser verdad que a veces se pierde demasiado en su propia historia y da un par de vueltas de más, el resultado final es bastante positivo.
Llegados a este punto, la mejor conclusión que puedo daros es que no me arrepiento —para nada— de haber iniciado esta aventura junto con Keiji Nakazawa y Distrito Manga. La valoración final es muy positiva, en gran medida gracias al excelso trabajo de la editorial. Mención aparte al equipo de traducción, pues gran parte del mérito recae en su enorme trabajo de localización.
Han logrado que, salvando las distancias, podamos sentir esta historia en nuestras propias carnes. Sin una buena adaptación esto sería imposible, por lo que no puedo evitar querer destacar de nuevo lo bien que lo están haciendo en casi todos los sentidos. Ahora solo nos queda esperar por el cuarto volumen para ver cómo acaba todo. Mientras, esperaré con impaciencia.
- Como autobiografía histórica tiene un valor tremendo al recrear uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad.
- Es un relato con detalles muy íntimos que sabe expresar el dolor y la crudeza de Hiroshima de manera muy sensible.
- Tiene un valor brutal tanto como relato histórico como dentro de la evolución del manga.
- Consigue capturar al lector por su narrativa.
- Los diálogos y el guion son erráticos, generando momentos en donde el ritmo baila demasiado y los escenarios son confusos.
- Es complicado de digerir. Presenta escenarios muy duros y el ritmo a veces se ralentiza demasiado.
