Reseña de My Hero Academia n.º 36 y n.º 37

Posiblemente, si no llevase el manga al día —se pueden leer los episodios de manera semanal de manera gratuita y legal—, el trigesimosexto volumen de la obra de Kohei Horikoshi te dejé con un nudo en la garganta tremendo. Tanto es así que, aunque ya era consciente de lo que iba a ocurrir, y sé qué pasará a continuación, la reseña de My Hero Academia y su tomo n.º 36 me ha dejado con el corazón en un puño. Sin duda alguna, es uno de los emocionales que hemos visto en mucho tiempo. Sin más, es justo lo que podríamos esperar de una entrega que nos ha acercado un poquito más a ese inevitable final.

A fin de cuentas, una vez termine el combate entre Shigaraki, All for One y nuestros héroes, el destino del mundo habrá cambiado para siempre. De hecho, se espera que la obra acabe en Japón este mismo 2024, así que ya os podéis imaginar lo cerquita que estamos de cerrar esta página en la historia del tebeo japonés. Y es que otra cosa no, pero My Hero Academia ha hecho historia. Con sus más y con sus menos, es una de las series que más impacto ha tenido en los últimos años. Por supuesto, no es la única, pero sí que es de las más notables.

Junto a ella hemos vivido miles de experiencias y… Bueno, las de este volumen en concreto han sido especialmente significativas. Y la del siguiente, vaya. Tenso y emocional, ha presentado la que podría ser la conclusión de no pocos eventos dentro de la propia batalla final. De la misma forma, ha presentado varios ases que algunos personajes tenían, le ha dado más peso a otros tantos y, en general, nos ha dejado con ganas de más. De muchísimo más.

Reseña de My Hero Academia n.º 36 y n.º 37 | Portada, edición y sinopsis

He llegado hasta aquí siendo un atípico y acumulando frustraciones en contra de esta sociedad. Es probable que, en comparación con los demás, no tenga ni el poder necesario ni una gran causa por la que luchar, pero aun así…

¡Adelante, Shigaraki! ¡Carguémonos la situación actual, todo lo establecido! ¡Por nosotros!

En líneas generales, creo que estos dos tomos están bastante bien. Sigue la línea habitual de los anteriores, por lo que mantenemos nuestras impresiones de siempre. Es decir, que nos encantaría que tuviese márgenes interiores, aunque entendemos que ya no se puede hacer al alterar la edición anterior por completo. Más allá de eso, tanto la traducción como la maquetación son buenas y, más allá de alguna errata menor, el resultado es bastante notable.

Dadlo todo, héroes

Y es que si considero que el volumen 36 dejó varias narrativas en su momento más épico, el siguiente tomo nos dejó con la boca todavía más abierta. Todo sea dicho, ciertas decisiones no gustaron demasiado, y puedo entender el porqué, mas considero que My Hero Academia se encuentra en un gran estado de forma. O lo que es lo mismo, con sus más y sus menos, estoy disfrutando muchísimo de esta batalla final. Sobre todo porque está consiguiendo que sienta verdadera incertidumbre aun cuando estoy rememorando algunos sucesos que ya he vivido.

En gran parte, esto se debe a que Kohei tiene un talento descomunal sobre el pincel. Sin más, dibuja extremadamente bien. Lo malo de estos tomos es que, al hacer una batalla tan grande, hay ciertas secuencias que se sienten algo caóticas. Esto no es ninguna novedad, pues otros grandes trabajos (como One Piece) suelen padecer lo mismo. Pese a ello, el resultado final es realmente potente. Está a la altura de lo que podríamos esperar de la saga final. Emocionante y dramática, transmite muchísimo en cada momento. Está plagada de grandes secuencias, pequeños giros que revitalizan casi todos los combates y decisiones bastante peculiares.

En cualquier caso, creo que transmite muchísimo y nos acerca todavía más a personajes como Endeavor, Dabi o Todoroki (son muchos más, pero prefiero dejar espacio para sorpresas y no hablar de todos). En cualquier caso, estos han tenido mucho protagonismo, y parte de los presentes tomos abordan no pocos aspectos sobre cómo han evolucionado a lo largo de los últimos meses. Destaca el caso de Endeavor, quien cometió muchísimos errores en el pasado, pero sigue dispuesto a redimirse sin olvidar que es lo que hizo. Sabe que no puede corregir todo el daño que provocó, pero sí que puede ponerlo todo de su parte en busca de un bien mayor… aunque ello implique sacrificarlo todo.

Una evolución constante

Sin duda, creo que tanto él como Todoroki han mostrado una progresión extraordinaria. No es el único. Bakugo es otro de los grandes protagonistas de estos dos tomos y, al igual que padre e hijo, ha progresado una barbaridad. Ha sido capaz de entenderse a sí mismo y, tras su pasada reconciliación con Deku, ha entendido mejor que nunca quién es, quién quiere ser y qué debería hacer. Esto es algo que valoro muchísimo, puesto que, aun inmersos en la batalla final, están progresando muchísimo en el plano mental.

De hecho, diría que esta es una de las mayores bazas de My Hero Academia. Aunque se sigue olvidando de algunos personajes secundarios con mucho potencial, ha sido capaz de hacer que muchos de sus principales (y no tan protagonistas) den muchísimos pasos al frente. Y no lo digo en materia de ocupar la primera plana, sino de mostrar una progresión psicológica acorde a su edad, sus actos, su pasado y/o sus aspiraciones. Dentro de la vorágine de violencia que se está engendrando en el combate contra Shigaraki y AFO, hay otras cosas… Y eso me encanta.

Valoro de forma muy positiva que esta última batalla no sea un simple alardeo de grandes poderes, sino una etapa final en la que muchos personajes están encontrando las respuestas que buscaban. Por supuesto, el combate sigue siendo el gran protagonista, ya que estamos presenciando las batallas más brutales que jamás hemos visto en MHA. La tensión es brutal y se lo están jugando todo. Es un duelo a muerte en tensión constante que no da tiempo ni a respirar. Es abrumador, pero en el buen sentido. Personalmente, me está encantando, y estoy deseando tener ya el volumen 38 entre mis manos para seguir disfrutando de la historia.

• El arco final tiene una pinta tremenda.
• Kohei ha alcanzado el momento cumbre de su obra en un gran estado de forma.
• El dibujo se ha convertido en uno de sus principales baluartes.
• No se podía pedir más emoción en un momento tan clave.

• Algunos personajes se han quedado casi sin desarrollo.