Dicen que todo lo bueno tiene un final. Lamentablemente, es cierto, ya que de otra manera, esta no sería mi última reseña del manga La vida de un mangaka. Por desgracia, estas cosas pasan, aunque a veces puede resultar bastante frustrante. Aunque fuera consciente de que iba a ser así, pues desde el primer momento se anunció como una licencia corta, duele. No obstante, es un dolor asequible. Asumible. Inclusive, hasta disfrutable. A fin de cuentas, ¿hay mejor sensación que acabar una obra cuyo final te deja con buen sabor de boca? Terminar con ganas de más es sinónimo de que has disfrutado del proceso.
Justamente esto es lo que me ha sucedido con La vida de un mangaka, de Distrito Manga. Lo curioso es que, en realidad, no tiene una conclusión clave. Algo hasta cierto punto lógico si tenemos en cuenta que es un slice of life. Aquí no hay un objetivo final, sino que seguimos el día a día de un artista que intenta hacerse un hueco en la industria. Su nombre es Naruhiko y, durante años, intentó encontrar la estabilidad profesional mediante la fantasía, mas no logró alcanzarla hasta que cambió de género.
Para su desagrado (solo inicial, pues enseguida se da cuenta de que lo disfruta tanto o más que la fantasía), acaba escribiendo un slice of life. Así es, en cierto modo, el manga es un espejo de la vida del autor, puesto que tanto el real (Satsuki Yoshino) como el ficticio (Naruhiko) dibujan el mismo género. Sin duda, es una sinergía muy curiosa que acaba dando lugar a una de esas historias que, sin hacer nada del otro mundo, logran alejarte del mundanal ruido durante un ratito. Esa es, sin duda, su principal virtud, mas no es la única.
Reseña del manga completo La vida de un mangaka por su vol. n.º 3 | Portada, sinopsis y edición
Naruhiko Tôno es entrevistado por ser el autor del aclamado manga Wakkamon. Mientras responde a las preguntas, comienza a recordar el infierno que fue la época previa a su debut. Un editor que es como un demonio, plazos de entrega mensuales… Es complicado llegar a ser un mangaka profesional, pero más complicado es mantenerse y vivir de ello. Aunque no parece que este sea el final para Naruhiko Tôno, ¡he aquí el tercer y último tomo de esta historia sobre la insignificante y aburrida vida de un mangaka!
Colección | La vida de un mangaka vol. 3 de 3 |
Autoría | Satsuki Yoshino |
Género | Slice of life |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 13,1 x 18,2 cm con 208 páginas en b/n |
Precio | 9,95 € |
Maquetación | Drac Studio |
Traducción | Gorka Merino Chaparro (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 03/10/2024 |
Reseñas | Reseña del primer tomo |
En general, considero que Distrito Manga ha hecho un buen trabajo —una vez más— con su licencia. En general, el acabado del tomo es bastante bueno, tanto por maquetación como por impresión, aunque hay algunas páginas un poco oscuras. La traducción es de buen nivel y, salvo que se me haya pasado (que podría ser), no hay nada fuera de lo común. Como producto, cumple con nuestros estándares de calidad sin necesidad de hacer algo demasiado loco. Sobrio y sereno, convence entre las manos.
La vida de un artista
Habiendo visto ya sus cualidades editoriales, toca regresar al manga como tal. No obstante, hoy prefiero contaros qué me ha parecido en general. Así que no, no hablaré del tercer tomo como tal, sino de la experiencia general de La vida de un mangaka. A grandes rasgos, podemos decir que es una historia relajada. No debemos esperar grandes eventos, puesto que los ‘eventos’ que tienen lugar son situaciones tales como hacer un viaje a la ciudad, adoptar un gatito o enfrentarse a un apagón.
Son, tal y como podéis comprobar, situaciones muy normales. Si bien es cierto que Satsuki suele escoger los ‘momentos’ menos casuales dentro de la vida de su personaje, estos no dejan de ser muy convencionales. Son momentos importantes en su vida, pero no son nada del otro mundo. Son el resultado de su día a día y su rutina, siendo estos dos elementos que también se exploran durante la lectura. Lejos de lo que cabría esperar, es entretenido, y en gran parte es gracias a su corta extensión.
Como el autor no se alarga demasiado y nos cuenta todo en tres volúmenes, no hay tiempo de aburrirse. La historia goza de un gran ritmo en todo momento, en gran parte gracias a su cuidada narrativa. Tierna por momentos, se construye de manera muy empática. Es fácil conectar con sus personajes y/o esbozar una sonrisa cuando cualquiera de sus protagonistas tiene una ocurrencia y/o le sucede algo bueno.
La magia de lo cotidiano
Todo sea dicho, es complicado que el lector promedio español se sienta representado en esta historia. Aunque es un slice of life, se centra en las vivencias de un autor que vive en un pueblo bastante aislado del país nipón. Seguramente, muchos de vosotros sí que reconozcáis algunas de las situaciones que vive, pero de manera distante. ¿Es un defecto? No lo considero así, ya que nos muestra una forma distinta de vivir la vida. Una a la que nosotros, mayormente, no estamos tan acostumbrados.
Curiosamente, es capaz hasta de darte envidia. Por ejemplo, a mí me dieron ganas de ir a pescar tras leer uno de sus episodios, y considero que esto es algo realmente positivo. A cambio, eso sí, a veces te deja con ganas de un poquito más. Inclusive, su final no termina de cerrar del todo la historia, ya que es muy abierto. ¿Por qué? Pues porque la vida de Naruhiko seguirá como siempre, y es que su vida como mangaka no da un vuelco más allá del principio. Su nueva serialización es la que revitaliza un poco su rutina, pero no es un gran evento.
Es, como ya comentado, una consecuencia lógica de su duro trabajo. No debéis esperar, por lo tanto, grandes giros ni dramas demasiado exacerbados. Los problemas que puedan surgir son menores, ya que la idea es relajarse leyendo, no lo contrario. No exalta nuestras emociones ni nos trae grandes reacciones. Es comedido, tanto para lo bueno como para lo malo. Por suerte, funciona bastante bien, y es que al alejarse del típico slice of life que se centra en el romance, es capaz de darnos algo distinto dentro de lo cotidiano.
Reseña del manga completo La vida de un mangaka: conclusiones
Con todo esto sobre la mesa, ¿qué conclusión os puedo ofrecer? De buenas a primeras, que La vida de un mangaka me ha gustado. Pese a que es cierto que le cuesta un poco arrancar y que no tiene un final con demasiado impacto incluso dentro de su género, el trayecto es disfrutable… siempre y cuando te gusten este tipo de historias. Si buscas algo con más empaque, este manga no es para ti. En caso contrario, o si te apetece probar algo que se aleje del típico shonen en el que no dejan de ocurrir cosas, te lo recomiendo.
Sobre todo porque es cortito. Tres tomos no son demasiado, así que hacerse con esta licencia no conlleva un gran riesgo ni a corto ni a largo plazo. Personalmente, no me arrepiento de haberle dedicado mi tiempo. Es más, pese a que no pueda afirmar que es una lectura indispensable ni que cambie el género, sí que os puedo decir que tenía muchas ganas de ver qué ocurría en este último tomo. Vaya, que me hizo ilusión y le tenía ganas tanto al segundo como al tercer volumen.
El primero fue una sorpresa agradable, mientras que los dos siguientes un viejo amigo con el que tenía ganas de reencontrarme. Sin ser perfecto, La vida de un mangaka tiene ese efecto. Cuando empiezas a leer, no puedes parar, y no porque sea sorprendente, sino porque es fácil conectar con él al tiempo en que (válgase la redundancia) desconectas del mundo. Es plácido y tranquilo, por lo que se disfruta mucho cuando —simple y llanamente— quieres olvidarte un poco de todo y vivir la tranquilidad de un pueblecito que casi nadie conoce.
- El dibujo es muy agradable.
- La edición es de gran calidad.
- La premisa es entretenida.
- Narrativamente mejora con cada tomo.
- Dentro de su reducido número, el elenco es bueno.
- El cierre, incluso dentro de un slice of life, no tiene demasiado impacto.