Tiempo ha, Distrito Manga tuvo a bien de presentarnos una nueva licencia de la que ya os hablé con anterioridad. Han pasado poco menos de tres meses desde aquel entonces y, por suerte, he podido regresar a su mundo. En efecto, hoy os quiero traer una nueva reseña con La tienda de bicicletas de Takahashi n.º 2 como protagonista. Por suerte, en esta ocasión no se presenta ante mí como un desconocido, sino como un viejo amigo con nombre y apellidos: Arare Matsumushi.
Durante aquella primera entrega no sabía quién era ni en qué había trabajado, pero en apenas un par de volúmenes ha conseguido que sea capaz de identificarla casi al segundo gracias a su particular estilo. Hoy día, pues, no es que pueda decir que sea de mis mangakas preferidas, pero sí una muy particular. Sobre todo gracias a ese arte que ya he mencionado, pues no sé de muchos que tengan un trazo similar.
Y no digo que sea la mejor, sino que tiene mucha personalidad, lo cual no se dice pronto. En una industria en la que cada vez hay más artistas con estilos y narrativas genéricas carcomidas por el isekai y la fantasía, encontrar a una ‘novata’ que apuesta por algo diferente siempre es refrescante. Sobre todo en el ámbito del romance josei y los slice of life.
De hecho, esta pequeña carta de presentación ya os debería dar algunas pistas (si es que no la conocéis) de lo que podríamos esperar: una historia sin grandes contratiempos en donde la magia está en los pequeños gestos y en el día a día de, en este caso, una pareja que está dando sus primeros pasos.
Reseña de La tienda de bicicletas de Takahashi n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
Hanno Tomoko, también conocida como Panko, es una oficinista de 30 años a quien no se le da bien socializar ni expresar sus opiniones con claridad, pero eso cambia cuando conoce a Takahashi, un joven macarra y dueño de una tienda de bicicletas que se gana su confianza con su corazón bondadoso. Aun así, desde su primer beso, Panko tiene dudas: ¿están saliendo? ¿Se estará aprovechando de ella?
| Colección | La tienda de bicicletas de Takahashi vol. 2 de 6 (en publicación) |
| Autoría | Arare Matsumushi |
| Género | Josei, drama, romance, slice of life |
| Formato | Rústica con solapas con s/cub |
| Precio | 9,95 € |
| Tamaño y páginas | 172 páginas (b/n + color) en 13 x 18 cm |
| Maquetación | Futurbox Project |
| Traducción | Raquel Viadel |
| Fecha de lanzamiento | 11/09/2023 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
En general, puedo decir que este segundo tomo tiene una buena maquetación, impresión y traducción. Destaca para bien en la mayoría de facetas, siendo un volumen de carácter recio y que está bien encuadrado. Podemos decir que funciona bastante bien y que responde a nuestros estándares de calidad, siendo un lanzamiento adecuado en términos de calidad.
Un amor que progresa poco a poco
De buenas a primeras, debo decir que este segundo tomo me ha gustado bastante y me ha dejado con ganas de más. No obstante, también nos ha dejado entrever que, en efecto, Arare es una autora con poca experiencia. Esto lo hemos podido ver en Hanno Tomoko, nuestra protagonista, ante cierto evento de su vida. En un giro de los acontecimientos bastante triste, sucede «algo» que, aunque no está mal llevado, carece de la profundidad necesaria. En lo que tendría que haber sido una situación muy dramática, apenas hay unas pocas páginas que exploren la cuestión.
Y no porque se lo guarde para dentro, sino porque parece que lo supera todo demasiado rápido. Sé que es complicado hacerse una idea sin contaros qué ocurre, pero tampoco os quiero spoilear. Sea como fuere, esto me sirve para deciros que, aunque la obra sigue mereciendo la pena, a la mangaka le cuesta manejar ciertos sentimientos. Por suerte, esto no ocurre con el tema romántico, ya que en esa área sí que se desenvuelve mucho mejor.
Esta temática la domina bastante mejor, por lo que ciertas carencias que presenta como escritora dramática las suple sobradamente como dramaturga romántica. En ese sentido, aunque aún le queda un largo camino por delante, sí que es capaz de crear una trama interesante y entretenida gracias a algo tan simple como el contraste.
Takahashi, el (ahora sí) novio de Panko es un joven con apariencia de macarra. En general, llama mucho la atención, tanto para lo bueno como para lo malo, siendo un hombre bastante atractivo, pero socialmente prejuzgado por tener el pelo tintado y/o varios pendientes. Hanno, por su parte, es una joven que encaja mucho en el espectro cultural nipón, pero también muchas cosas que contar.
No hables mál de mis seres queridos
Es más, en general, podríamos decir que es una joven más bien retraída, tímida y sin mucha confianza, pero no es así. En general, Panko prefiere no hablar para que la gente no se sienta mal, o eso se infiere cuando uno de sus compañeros de trabajo menosprecia a Takahashi. Ahí alza la voz por primera vez en mucho tiempo, pero es solo el principio. Cuando su jefe le echa la bronca a una de sus compañeras de manera injustificada, la defiende. Al menos a su manera.
Vemos, pues, que Hanno solo necesitaba un pequeño empujón para ser quien es en realidad y mostrar más autoconfianza. Curiosamente, Takahashi, sin hacer nada, es quien la impulsa, ya que ella empieza a ser algo más directa. No con él, pues en ese sentido sigue siendo una mujer bastante tímida, pero sí en su día a día. Lo bueno es que no debemos entender al hombre como motor del cambio de la mujer, sino como un apoyo.
Panko reafirma su independencia al actuar emitiendo sus propios juicios de valor siendo Takahashi un simple ejemplo. Podría haberlo sido cualquier otra persona, pero en este caso tiene su valor porque nace a raíz de el «me da igual lo que piensen los demás mientras yo esté a gusto conmigo mismo». Y no lo dice. Es una lección indirecta.
Ella no es la única que aprende, por supuesto, puesto que Takahashi también empieza a comprender ciertos aspectos de su personalidad que tal vez deba trabajar. Una vez más, no lo dice con un discurso oral directo o un pensamiento, sino que se ve reflejado en pequeños gestos.
Reseña de La tienda de bicicletas de Takahashi n.º 2: conclusiones
Todo esto nos deja con una premisa con potencial que, eso sí, solo acaba de empezar. Estas ideas podrían ser poco más que una desacertada impresión que se diluya con los siguientes tomos. Pese a ello, el principio me está gustando, ya que muestra de manera muy natural la forma en que Hanno y Takahashi se van conociendo como pareja. Lo que no me gusta es que sigue ciertos dogmas sociales bastante arcaicos.
Por ejemplo, la mejor amiga de Hanno va a dejar su trabajo porque se ha quedado embarazada, cosa que en cualquier otra situación no me importaría. No obstante, la sociedad japonesa es muy suya con esos temas, así que soy incapaz de ver esa escena con inocencia. Sobre todo cuando Hanno lo acepta de manera tan natural. Me hace ver que ciertos prejuicios sociales están muy incrustados en el manga, incluso de manera inconsciente.
Por el otro lado, creo que también podría ser una crítica, ya que a Hanno la molestaba continuamente su jefe. De hecho, tiene comportamientos que podríamos considerar agresiones sexuales como, por ejemplo, pedirle besos continuamente. Hanno siempre se ha quedado callada para evitar montar un lío, pero este primer gesto en defensa de su otra compañera de trabajo nos dice que esto podría cambiar. Si lo hace, estaré muy contento.
Mientras, pues, me conformó con la que está siendo una lectura agradable y entretenida en donde, para contradecir el espíritu de los slice of life, sí pasan cosas, pero de manera más superficial. Los problemas se resuelven pronto y no se profundiza demasiado en ellos, siendo poco más que una catapulta para el romance de sus dos protagonistas.
- Tiene un estilo de dibujo bastante único, aunque te tiene que entrar de buenas a primeras.
- Maneja bien los tiempos.
- Es entretenido y sus personajes tienen carisma.
- Aborda temas interesantes desde una perspectiva llamativa.
- Hay ciertos caracteres sociales que no sé si me agradan o desagradan al no entender cómo los está encuadrando. Necesita más tiempo para aclarar esos puntos.
