Hace unos dos meses tuve la suerte de encontrarme con una de las licencias más peculiares que he visto en mucho tiempo dentro del mundo de los isekai y los otome. Adquirida por Kitsune Manga, me demostró que otro tipo de historias son posibles, incluso dentro de un género tan trillado. Dicho esto, incluso antes de empezar mi reseña de El funcionario que se convirtió en villana n.º 2, podréis inferir que —en efecto— se trata de un manga que me está gustando bastante.
Y es que, lejos de quedarse en una simple parodia, la obra de Michiro Ueyama ha ido a más, combinando de manera muy hábil la curiosidad que siempre genera un mundo de fantasía con el humor que solo podría nacer de un padre de familia de más de 50 años que ha reencarnado en videojuego de romance. ¿Lo mejor de todo? Que Kenzaburo, nuestro protagonista, es un hombre hecho y derecho. Para él, la única respuesta posible es ver a todo el mundo desde la perspectiva de un adulto.
O lo que es lo mismo, no hay segundas intenciones. Cada una de sus palabras es la de un padre de familia amoroso que no puede evitar verlo todo desde su particular perspectiva, al tiempo en que piensa en sus propias vivencias. Por si te parece poco, el autor rompe otra pared poco habitual: conecta el mundo real con el isekai a través de un televisor.
Lejos de desconectar a Kenzaburo de su familia, tanto su hija como su mujer (especialmente la primera) aprenden que pueden ayudarle tomando los mandos del videojuego, avanzando la historia y/o seleccionando ciertas respuestas en el menú. Todo ello mientras ven los pensamientos de su padre como un cuadro de diálogo. ¿Queréis saber más? Os lo cuento… tras hablar de la edición.
Reseña de El funcionario que se convirtió en villana n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
Un buen día, Kenzaburo Tondabayashi, un funcionario de 52 años, casado y con una hija, se reencarna como la villana Grace Auvergne en el videojuego otome “Magical Academy: Love & Beast”. Kenzaburo, a pesar de no estar familiarizado con los juegos otome, intenta interpretar su papel como la villana que es Grace, pero cuando está frente a Anna, la protagonista del juego —quien es más joven que su hija Hinako— y a los guapísimos intereses amorosos del juego, sale su lado paternalista a flote, ¡lo que hace que se gane el cariño y la admiración de todos! Grace (Kenzaburo) es ahora quien se encargará de activar la ruta de Anna con uno de los chicos y no piensa dejar pasar ni una sola oportunidad. ¿Será capaz Grace de cumplir su papel como villana?
| Colección | El funcionario que se convirtió en villana vol. 2 de 6 (serie abierta) |
| Autoría | Michirou Ueyama |
| Género | Comedia, fantasia, isekai |
| Formato | Rústica con solapas con s/cub |
| Precio | 9,95 € |
| Tamaño y páginas | 160 páginas (b/n) en 13 x 18 cm |
| Maquetación | Futurbox Project |
| Traducción | Makoto Morinaga |
| Fecha de lanzamiento | 12/02/2024 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
Dicho esto, y antes de seguir, ¿qué podemos esperar del manga en materia de edición? En líneas generales, El funcionario que se convirtió en villana mantiene la calidad de los últimos trabajos de Kitsune Manga. Así pues, y en general, podemos decir que el resultado es positivo. Aunque hay algo de moiré, la maquetación y la impresión son buenas, así como la traducción.
Un isekai que sabe ser original
Dicho esto, volviendo al tema que nos acontece, quiero resaltar una de las principales virtudes de El funcionario que se convirtió en villana: es un manga que saber ser más original de lo normal dentro de su género. Acostumbrado a historias mucho más tópicas, resulta especialmente refrescante ver a un autor que sabe hacer algo distinto. Partiendo de su protagonista, no recuerdo haber leído nunca nada parecido. Un claro ejemplo de esto es la manera en la que su familia entiende qué está pasando.
Su hija no recordaba haber dejado la tele encendida, pero entonces ve que uno de sus juegos preferidos ha actuado solo, sino que, además, las respuestas que da una de sus protagonistas son diferentes… y le recuerdan mucho a su padre. Sin dudarlo ni un solo segundo, asume que es él y, tras decirlo a su madre, esta lo acepta de inmediato. De esta manera, El funcionario que se convirtió en villana rompe cualquier atisbo de drama y tensión que pudiésemos contemplar.
De hecho, estos gestos hacen que el primer tomo se sienta mejor, pues había ciertas partes que cojeaban. Gracias a esta singular e inverosímil evolución, no es que tenga más sentido, pero se siente mucho mejor. Ahora entendemos que no hubiese momentos de tristeza ni duda. Su autor, con mucho tino, ha decidido que la suya será una lectura ligera, alegre y agradable. Y aunque está claro que esto presenta problemas de coherencia en la narrativa, lo cierto es que funciona.
Fantasía otome… desde la perspectiva de un padre de familia
Esto no aplica solo a la relación de Kenzaburo con su familia, sino también a la de este con el mundo que le rodea. Interpretando el papel de Grace, una joven noble comprometida con el príncipe del reino, lo aborda todo desde una perspectiva muy paciente. Entiende que los adolescentes pueden cometer errores y que la mejor manera de guiarlos es siendo comprensivo, pero dejándoles las cosas claras. Y ese es un ejemplo de muchos. Siendo sincero, no me esperaba que una historia tan paródica pudiese hasta dejar lecciones de moral.
Sea como fuere, tampoco es que se centre demasiado en ellas. El eje principal de la historia es la fantasía y el humor, destacando en ambos de buen grado. De hecho, diría que una de sus principales bazas es lo bien que presenta todas sus particularidades, de tal manera que no solo generen curiosidad, sino que además encajen perfectamente. Saber ser algo más serio cuando le toca, pero nunca se toma en serio del todo al presentar la mitad de las escenas con Kenzaburo interactuando con el mundo como Grace.
Y es que Grace era una joven con un destino aciago por delante, pero gracias a Kenzaburo parece que tiene más opciones. La pregunta es… ¿Qué pasará con ella cuando recupere su identidad? ¿Lo hará? Al no saber que ha pasado con ella en realidad, tengo muchas dudas de cómo se resolverá todo sin ser un sinsentido. Por suerte, sigue siendo pronto para preocuparse por este tema, así que de momento me basta con disfrutar de lo que me están ofreciendo.
Reseña de El funcionario que se convirtió en villana n.º 2 | Conclusiones
Habiendo llegado a este punto, poco puedo deciros más allá de que en apenas dos tomos puedo decir que El funcionario que se convirtió en villana me está gustando bastante. Sin ser una obra demasiado rompedora, maneja el tema con bastante habilidad y sabe sorprender con su inverosímil sentido del humor. Exacerbando los tópicos propios de ambos géneros, isekai y otome, sabe encontrar su propio hueco, y eso es algo que no todos pueden decir.
Curiosamente, debajo de esa capa de humor esconde mensajes muy interesantes, por lo que la valoración que me queda es bastante positiva. Algo que tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que la idea general que he estado transmitiendo durante la presente reseña es que estoy disfrutando de su lectura. De hecho, tengo ganas de seguir leyendo y me apetece mucho ver cómo evolucionarán las cosas a medida que la trama se compoque.
Es más, aquí voy a mantener lo que ya os dije en mi primera reseña, puesto que considero que refleja muy bien mi opinión: «Todo esto y más han hecho que termine apreciando mucho esta nueva licencia de Kitsune Manga. Es uno de los relatos isekai más originales que he leído en mucho tiempo. Y eso que en realidad no es tan innovadora. A fin de cuentas, coge los temas más habituales del género, pero dándoles un giro muy importante. Por suerte, no solo funciona realmente bien, sino que además es muy entretenido. Tengo ganas de seguir leyendo y espero que el segundo volumen se estrene más pronto que tarde».
- La forma en que le da la vuelta a los tópicos del isekai y las series de villanas.
- Su desenfadado sentido del humor y estilo de dibujo.
- Su narrativa directa y entretenida.
- La manera en la que presenta y desarrolla a sus diferentes personajes.
- Lo fácil que asume en el personaje principal que está en otro mundo.
