¡Vaya sorpresón! Os voy a ser sincero: no me esperaba cerrar el año con un manga tan singular que me gustase tanto. Por suerte, durante mi reseña de El funcionario que se convirtió en villana me he encontrado con una historia simplemente increíble. Sí, tal y como ya habréis podido intuir, me ha encantado. Lo mejor de todo es que la razón es muy simple: es muy entretenida. Parodiando todo lo que el isekai nos ha enseñado durante los últimos años, recoge el testigo de otras grandes obras para reventarlo todo a golpe de humor.
Y es que, tal y como muchos de vosotros ya sabréis, una de las nuevas modas del isekai pasa por enviar a un joven cualesquiera a un juego otome. En su defecto, también se han viralizado las narrativas en la que una chica de buen corazón se reencarna en la villana de la novela de turno. Para mi sorpresa, El funcionario que se convirtió en villana coge todo eso y lo revienta a base de humor. Así pues, sí, estás buscando algo diferente, tal vez esta sea justo lo que necesitas.
Todo sea dicho, no quiero dejarme llevar por la emoción, pues está claro que El funcionario que se convirtió en villana no es perfecto. Aunque es divertida, no quiero que me malentendáis: no te vas a partir la caja ni te vas a tirar al suelo de risa. Es muy complicado que un manga logre algo así. Lo que sí consigue es que se te escape más de una sonrisa mientras devoras todas y cada una de sus páginas, disfrutando de su disparatada forma de entender el género.
Reseña de El funcionario que se convirtió en villana n.º 1 | Portada, sinopsis y edición
Kenzaburou Tondabayashi es un funcionario de cincuenta y dos años que fallece en un accidente de tráfico. Sin embargo, poco después abre los ojos y descubre que se ha reencarnado en Grace Auvergne, la hija del Duque, y más importante aún, la villana de un juego otome.
Colección | El funcionario que se convirtió en villana vol. 1 de 4 (serie abierta) |
Autoría | Michirou Ueyama |
Género | Comedia, fantasia, isekai |
Formato | Rústica con solapas con s/cub |
Precio | 9,95 € |
Tamaño y páginas | 160 páginas (b/n) en 13 x 18 cm |
Maquetación | Futurbox Project |
Traducción | Makoto Morinaga |
Fecha de lanzamiento | 27/11/2023 |
Dicho esto, y antes de seguir, ¿qué podemos esperar del manga en materia de edición? En líneas generales, El funcionario que se convirtió en villana mantiene la calidad de los últimos trabajos de Kitsune Manga. Así pues, y en general, podemos decir que el resultado es positivo. Aunque hay algo de moiré, la maquetación y la impresión son buenas, así como la traducción.
Un cambio inesperado para bien, ¿con consecuencias en el futuro?
Pero… ¿Y cómo lo hace? Muy simple: a través de un padre de familia de 52 años que —al parecer— fallece tras ser atropellado por un camión al salvar a un niño. Como es lógico, que un hombre de mediana edad reaparezca en un mundo de fantasía con características de otome es, cuando menos, llamativo. Más todavía si tenemos en cuenta que no conoce el juego de verdad. Solamente sabe de su existencia porque su hija lo tenía y solía hablar de él en el salón. De hecho, estos datos nos dejan con un mal sabor de boca.
A diferencia del protagonista prototípico, Kenzaburou Tondabayashi es un feliz padre de familia con esposa e hija. Aunque no lo podemos verificar, su relación con ambas parecía ser buena, por lo que sí que ha dejado a alguien atrás. Posiblemente, a las personas más importantes de su vida. Es ahí —precisamente— donde más falla, pues no parece extrañarlas pese a que las menciona continuamente. Infiero que esto cambiará con el paso del tiempo y que, en realidad, no es tan importante.
A fin de cuentas, el autor no pretende construir una narrativa excepcionalmente seria. Su historia es más bien desenfadada, así que es normal que no se detenga mucho en los pormenores de su reencarnación. Y aunque no puedo evitar pensar que una mera mención habría estado bien, tampoco puedo decir que eso enturbie demasiado la lectura.
El mundo desde la perspectiva de un padre de familia
Más que nada, porque la he disfrutado mucho. Creo que Kitsune Manga ha encontrado una pequeña joya que sabe rescatar las bondades de un género muy trillado con un giro bastante interesante. Sobre todo porque también funciona como un ejercicio de comprensión. Kenzaburou es muy comprensivo y lo ve todo desde el punto de vista de un padre de familia. Asimismo, es alguien relativamente perceptivo, por lo que no da pie a confusiones ni dramas.
Si hay una disputa entre estudiantes por el origen plebeyo de la protagonista, es capaz de interceder para que nadie acabe en mal lugar. Entiende que las gentes que hay a su alrededor son adolescentes y que sus personalidades todavía se están moldeando. Así pues, intenta responder con estímulos positivos para ayudar a todo el mundo a alcanzar la mejor versión de sí misma. Y aunque muchas veces lo haga de manera inconsciente, lo logra.
Por supuesto, todo esto tiene matices muy humorísticos. Como es lógico, Kenzaburou no ve a nadie de manera extraña. Para él son niños y ni se le pasa por la cabeza cualquier otra cosa. Además, está casado, pero no deja de ser divertido ver cómo, con su actitud caballeresca, hace que el afecto de todos crezca. De hecho, incluso se deja caer la idea de que a la protagonista del otome le podría interesar de manera romántica.
Reseña de El funcionario que se convirtió en villana n.º 1 | Conclusiones
Consecuentemente, el autor juega con la idea de que la villana es odiada por todos y revierte la situación, haciendo que la heroína sea su mejor amiga y que sus allegados aprendan a valorarla por quién es y no por su posición. Además, entiende por qué la villana, cuyo nombre es Grace, pudo terminar convirtiéndose en lo que es. Las altas expectativas, la dureza (no con maldad) de su instrucción o las restricciones de su día a día terminaron por superarla.
Algo lógico si tenemos en cuenta que fue así toda la vida, menos de pequeña. Cuando era una niña, era cariñosa, alegre, cercana y amable, pero la tensión de ser una noble hizo que no todo fuese como debía ser. Al menos en favor de la trama del juego original. Cuando tomas eso en cuenta, te das cuenta de que, aun desde la parodia, El funcionario que se convirtió en villana es un manga más profundo de lo que parece.
Todo esto y más han hecho que termine apreciando mucho esta nueva licencia de Kitsune Manga. Es uno de los relatos isekai más originales que he leído en mucho tiempo. Y eso que en realidad no es tan innovadora. A fin de cuentas, coge los temas más habituales del género, pero dándoles un giro muy importante. Por suerte, no solo funciona realmente bien, sino que además es muy entretenido. Tengo ganas de seguir leyendo y espero que el segundo volumen se estrene más pronto que tarde.
- La forma en que le da la vuelta a los tópicos del isekai y las series de villanas.
- Su desenfadado sentido del humor y estilo de dibujo.
- Su narrativa directa y entretenida.
- La manera en la que presenta y desarrolla a sus diferentes personajes.
- Lo fácil que asume en el personaje principal que está en otro mundo.