Reseña de Dragon Quest VI: Los reinos oníricos #2, el rey que nunca dormía
¡Hola, muy buenas amantes del anime y el manga! Es el turno, una vez más, de Dragon Quest. En esta ocasión continuaremos allá por donde lo dejamos con el primer volumen de Los reinos oníricos, una de las últimas licencias de Planeta Cómic sobre el universo creado por Square. La obra, que cuenta con guion y dibujo de Masaomi Kanzaki, ha sido lanzada al mercado en formato rústico sin solapas. La edición, en blanco y negro, cuenta con 192 páginas.
Sinopsis
Con el fin de ultimar los preparativos para el festival, Botsu parte desde su pueblo natal, Monte Rueca, hacia la ciudad de Ganga. En su camino, es atacado por un monstruo que le hace caer por un gran agujero desde donde alcanza a contemplar los legendarios «reinos oníricos». Además, durante la noche del festival, Botsu escucha el mensaje divino del espíritu de la montaña, el cual le dice que debe partir en un viaje para averiguar cuál es el misterioso destino que tiene que cumplir. Para empezar, deberá ir al Castillo de Somnia.
El Rey Somnus lleva muchos años sin dormir gobernando su reino con el único objetivo de derrotar a Murdaw. Como es probable que el Rey sepa algo sobre los reinos oníricos, Botsu se alista como miembro potencial de los soldados del castillo, donde formará equipo con el testarudo de Ebanisto para la prueba de ingreso. Durante el examen, un monstruo aparece en la «Torre del Desafío» y ambos se enfrentan a él en una ardua pelea, logrando finalmente obtener la victoria con la ayuda de Arañazos.
Edición y traducción
Por un lado, a nivel de edición podemos dividir nuestro análisis en dos partes. En primer lugar, la sobrecubierta. Aunque el diseño es bonito, se siente falto de calidad. Me sucedió lo mismo con el primer tomo y la verdad es que chirría un poco. El lomo, como tal, es bonito y luce bien en la estantería, pero la imagen de presentación… No me ha gustado. Además, el material se siente un tanto endeble. Por otro lado, dentro de la edición podemos hablar del manga como tal. Tanto la calidad del papel como del tomo en general es bastante buena. El acabado final, aunque no perfecto, es notable. En resumidas cuentas, un buen trabajo a nivel de edición.
Sobre la traducción, nada que objetar. Tanto la fuente como el vocabulario empleados, así como la elección de expresiones, es muy correcta. La lectura es ligera y sencilla, se siente muy liviana y coherente con el dibujo. Por consiguiente, a nivel de traducción se puede afirmar que estamos ante un tomo sobresaliente que acepta sus características y premisas de manera natural. El equipo de traducción sabe a qué público está dirigido y aciertan de pleno en su trabajo.
Una historia clásica de héroes y villanos
Si bien ya lo mencioné en mi anterior reseña, creo que es adecuado destacar, una vez más, la linealidad del argumento. No por ello, recuerdo, considero que el guion sea malo. El devenir de la historia continúa por una ruta en la que no se producen grandes sorpresas. De hecho, todo es bastante lineal. Botsu, el héroe, prosigue su viaje para reunir a un grupo de compañeros con los que salvar al mundo. Tras resolver diferencias con Ebanisto y formar dúo con el guerrero, se une Mencía, una joven maga. Nuevos rivales, nuevas demostraciones de poder y una clara tendencia a la bondad. Nuestro protagonista no desea acabar con los monstruos. No ve en ellos al enemigo: su deseo, al parecer, es la paz entre humanos y monstruos. De hecho, es a raíz de este deseo que desata algunos de sus mejores momentos durante el segundo volumen.
No por ello Dragon Quest VI: Los reinos oníricos deja de ser una opción interesante. Pese a no contar con una línea argumental innovadora o sorprendente posee una grandísima ejecución narrativa; la acción es clara y entretenida. Es imposible sentirse perdido o no querer saber más. Ya sé, en cierto modo, qué es lo que va a pasar. No obstante, quiero seguir leyendo. Me gusta descubrir más del universo que esconde esta adaptación manga de Dragon Quest. Y creo que eso es lo mejor que nos puede ofrecer este tipo de historias: el placer de una lectura relajada, pero intensa e interesante.
Un elenco bien planteado
De la misma forma en que la historia no innova, tampoco lo hacen sus personajes. No así parte de su diseño, un tanto alejado de aquello que solemos encontrarnos en algunos casos; Ebanisto comienza a ser toda una sorpresa a nivel de diseño. Mencía, aunque sigue el esquema de chica pura e inocente, plantea una interesante duda respecto a la evolución de la historia. Y quedan, aún, dos miembros del equipo. A uno, por los extras que incluye el volumen, ya lo conocemos; del quinto no sabemos nada. Tengo que decir que, aun con todo, no creo que el reparto sea malo. Empero, su evolución hasta la fecha es nula. Al tiempo, el campo de los secundarios crece, pero de manera muy secuencial; no gozan de importancia. En ese sentido, podríamos resumir la historia en un grupo pequeño de personajes que interactúan con un mundo un tanto corto, pero no por ello menos entretenido.
Conclusiones
Mantengo mi opinión: Dragon Quest VI: Los reinos oníricos merece la pena. Es más, creo que este segundo tomo ha aumentado el valor de la serie. La colección se antoja como prometedora y es que, a raíz de su ya confirmada extensión (10 tomos) sabemos que no se andarán por las ramas. Una historia rápida, que va directa al grano. Parece claro que no se alargará por mero placer; la intención del autor no es elongar su obra lo máximo posible, sino contar aquello que quiere y nada más. Los amantes del universo de Dragon Quest, eso sí, lo disfrutarán un grado más que el resto (probablemente). Un manga que cumple sobradamente con sus pretensiones: entretener al lector.