A lo largo de los últimos meses he tenido el placer de descubrir a Yumi Tamura, una autora con un potencial tremendo que ha conseguido conquistarme gracias a su gran capacidad como narradora. Si bien es cierto que como dibujante creo que aún tiene que dar un paso hacia delante y tiene que progresar, tiene mucho talento y, en realidad, es capaz de compensar fácilmente sus carencias gracias a su habilidad como guionista. De eso, precisamente, es de lo que quiero hablaros hoy en mi reseña de Don’t Call it Mystery n.º 4.
Y es que, a grandes rasgos, esta cuarta entrega me ha recordado —una vez más— que un buen diálogo es más que suficiente como para hacer que una historia sea interesante. Si a esto le sumamos un cuerpo narrativo basado en el misterio y el suspense, pues más que mejor. Por desgracia, este tipo de trabajos se desinflan muy fácilmente, pues cuando se acaban las incógnitas, la magia se diluye. Para nuestro agrado, esto no está ocurriendo en la obra de Tamura.
Pese a todo, sí que he visto creído ver su primer altibajo. Algo lógico si tenemos en cuenta que este volumen #4 hace las veces de transición. Por un lado, cierra la saga del tercer tomo y, por el otro, da los primeros pasos de la siguiente. Entremedias, presenta un par de historias bastante interesantes, pero que no terminan de despuntar al mismo nivel que las anteriores.
No tiene tanto impacto como la primera historia o el segundo misterio. Pese a ello, sigue teniendo mucho gancho, por lo que mi primera conclusión es que tengo ganas de que se estrene el quinto volumen. Así pues, aunque no es su mejor lanzamiento hasta la fecha, sigue generando curiosidad. Sigue siendo interesante y eso es lo más importante.
Reseña de Don’t call it Mystery n.º 4 | Portada, sinopsis y edición
Los Kariatsumari, una familia con mucho dinero, se han estado peleando por una enorme herencia durante numerosas generaciones, y esta vez la disputa está siendo feroz. Con el avance de la competición por la herencia, surge la sospecha de quién puede estar moviendo los hilos. Como consecuencia, Shioji y sus primos descubren las verdaderas intenciones del sospechoso y ponen fin al conflicto. Sin embargo, una vez termina una aventura, siempre comienza otra nueva. ¿Cuál será el próximo caso en el que se verá envuelto Totonô?
| Colección | Don’t call it mystery vol. 4 (en publicación) |
| Autoría | Yumi Tamura |
| Género | Josei, drama, misterio |
| Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
| Tamaño y páginas | 13,1 x 18 cm con 192 páginas en b/n |
| Precio | 9,95 € |
| Maquetación | Yellowkidworks |
| Traducción | Maite Madinabeitia (Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 02/11/2023 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
Para variar, Distrito Manga ha presentado un producto de nivel con una buena maquetación, traducción e impresión. En general, la editorial ya nos tiene muy bien acostumbrados en ese sentido, por lo que este tercer volumen no iba a ser distinto. Y aun a riesgo de sonar repetitivo, puedo decir que es un producto de calidad que cumple con nuestros estándares de calidad en la mayoría de ámbitos, por no decir todos.
Un pequeño bajón que no empaña el resultado general
Ahora bien, ¿qué es lo que podemos esperar de esta cuarta entrega? De buenas a primeras, Don’t Call it Mystery baja un poco el ritmo durante los episodios que componen el presente tomo. En consecuencia, la narrativa se resiente en la comparativa directa frente a otros volúmenes. Sin más, es peor que los anteriores, pero eso no significa que la serie haya dado un retroceso. Aunque pueda parecer contradictorio, no es así, y se explica mediante ese periodo de transición.
Como ya he comentado con anterioridad, aquí presenciamos el final de la saga anterior y asistimos al comienzo de la siguiente; estas se entrelazan a través de dos historias cortas. En la primera conocemos a un hombre con amnesia que afirma haber puesto una bomba, mientras que en la segunda asistimos a una conversación bastante particular entre Totonô y un paciente de hospital.
El problema es que ninguna de estas tiene demasiada fuerza, puesto que acaban demasiado rápido. Además, se rigen demasiado por la casualidad. En general, uno de los mayores defectos de Don’t Call it Mystery es que es poco creíble que alguien acabe siendo testigo o protagonista de tantas historias inverosímiles sin buscarlo de manera fehaciente o dedicarse profesionalmente a la investigación.
Los diálogos siguen siendo muy buenos
Esto le resta credibilidad, algo muy importante si tenemos en cuenta que la historia no se sustenta en la ficción. El mundo no es diferente al que nosotros mismos conocemos, por lo que a veces cuesta empatizar con la lectura cuando tenemos esto presente. Lo bueno es que, en general, esto no se hacía muy evidente con los casos anteriores, pues sí que parecían fruto de la casualidad. Estos últimos no, puesto que son demasiados en muy poco tiempo y luego los justifica de manera algo errática.
Si somos capaces de perdonar esto y pensar en el futuro, Don’t Call it Mystery sigue siendo una lectura interesante. Aunque se ha tropezado, los diálogos siguen siendo bastante buenos y, en general, es un manga entretenido. La construcción general de la obra es positiva y, hasta la fecha, las sensaciones siguen siendo muy positivos. Este breve traspié no ha cambiado mi opinión sobre él, por lo que quiero seguir leyendo para ver qué nos depara el futuro.
Sobre todo porque la nueva trama sí que tiene pinta de ser muy interesante y está bastante mejor justificada de buenas a primeras. Jugando con acertijos numéricos, entra en escena una muchacha bastante singular que promete poner patas arriba de nuevo la historia, pero en el buen sentido de la palabra. Consecuentemente, la conclusión final es que genera curiosidad. Mucha curiosidad.
Reseña de Don’t call it Mystery n.º 4 | Conclusiones
Al mismo tiempo, vemos que el interés de Totonô por Garo es real y genuino, aunque seguimos sin saber de qué forma. Podría ser algo meramente platónico, acercarse al romanticismo, ser simple curiosidad… Hay muchas opciones diferentes, pero está claro que nuestro protagonista tiene muy en mente al asesino. Y es que, aunque este acabó con la vida de alguien, parece que no ha dejado de empatizar con él.
Inclusive, hasta nosotros podemos hacerlo, pues lo que hizo fue acabar con la vida de quien dio muerte a su hermana de la manera más vil posible. Algo hasta cierto punto lógico si tenemos en cuenta que esta persona no solo demostró no estar arrepentida, sino que parecía darle igual haber asesinado a alguien. Es por eso que la venganza de Garo se nos hace muy humana.
Sea como fuere, esto no viene tanto al caso, pues el susodicho Garo está presente sin estarlo. No aparece de manera directa, pero parece que él también está interesado en Totonô. A fin de cuenta, algunos de los eventos que vive nuestro protagonista son provocados por este, lo cual nos deja con un curioso juego del gato y el ratón en donde no se terminan de buscar, pero siempre se acaban «encontrando» de manera indirecta.
- El protagonista tiene un carisma brutal.
- El desarrollo de la historia tiene mucho gancho y la historia es entretenida.
- Los diálogos son muy potentes.
- La introspección psicológica, humana y social que realiza es simplemente brutal.
- El dibujo puede seguir mejorando.
- Se sigue extrañando a un elenco de secundarios más constante.
