La reimpresión de Oliver y Benji en España terminará en apenas cuatro volúmenes, por lo que la reseña del presente Capitán Tsubasa n.º 17 es una de las últimas que prepararé. Esto no significa que todo vaya a acabar dentro de poco, pues —recordemos— la publicación de esta obra es de carácter cuatrimestral. Por lo tanto, todavía un año y medio (aproximadamente) para darle fin y tener la colección completa en nuestra estantería. Esto está provocando que la lectura sea menos continuista de lo que nos gustaría, pero se disfruta igual.
Sobre todo porque Ozora Tsubasa, alias Oliver Atom en muchos países, se está enfrentando a un desafío mundial de verdad. Junto con sus compañeros de la selección sub-16, el crack japonés está entendiendo la verdadera fortaleza del fútbol en todo su esplendor. Y es que aunque ya sabe lo que es disputar más de un partido fuera de su país de origen, no es lo mismo esto que enfrentarse a los mayores talentos de todo el globo.
La situación es tal que así: Japón está compitiendo en el primer Campeonato Mundial sub-16. Tras superar varios escollos, logran recobrar el espíritu y suman tanto a Misaki como a Tsubasa al equipo. Con ellos en él, logran superar su primer encuentro contra Italia, rompiendo la teórica imbatilidad de su defensa y guardameta en una remontada que se propicia como época. No obstante, el desafío no ha hecho más que empezar, pues frente a ellos (ahora) se encuentra Argentina, uno de los países en los que más se vive el fútbol.
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 17 | Portada, sinopsis y edición
La selección japonesa finalmente participa en el primer torneo internacional juvenil. Los japoneses se enfrentan a Italia en el partido inaugural de la competición. Gracias a su excelente portero Zino Hernández y a una estrategia impecable, ¡Italia logró abrir el marcador al inicio del segundo tiempo! ¡Taro Misaki luego entra al campo, marcando el regreso del famoso dúo dorado con Tsubasa! ¡Y enseguida, el dúo da la charla poniendo a Italia en peligro!?
Colección | Capitán Tsubasa vol. 17 de 21 |
Autoría | Yoichi Takahashi |
Género | Deporte, drama |
Formato | Rústica con solapas con s/cub |
Tamaño y páginas | 12,8 x 18 cm con 336 páginas en b/n (ambos) |
Precio | 13,95 € |
Maquetación | Planeta Cómic |
Traducción | Marc Bernabé y Verónica Carafell (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 22/11/2023 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Aunque la edición (por culpa de la versión original, pues esto no es un fallo al uso de Planeta Cómic) sigue sufriendo en algunos paneles por la presencia de no pocos personajes de pelo blanco muy pálidos y sin trazos definidos, el resultado general sigue siendo bueno. La traducción y la impresión es de calidad, lo cual se transcribe en un manga con una gran adaptación idiomática y un soporte recio. Le habría sentado bien incluir márgenes internos más grandes para facilitar la lectura, pero la maquetación sigue siendo mayormente positiva.
El mundo es gigante
En lo que respecta al manga, podemos decir que Capitán Tsubasa se mantiene bastante bien dentro de sus propios estándares. Debido a que ya se encuentra en uno de los momentos cumbre de la historia, se siente algo más de tensión, aunque lo cierto es que nunca frena. En líneas generales, la obra tiene un ritmo relativamente alto, pues que salta de competición en competición casi sin descanso. Esto tiene su lado bueno y su lado malo. Por una parte, mantiene siempre cierto grado de atracción al generar contenido con un contenido directo.
Por el otro, se siente cierto sentido de la progresión. Lo bueno de esta reedición es que, aunque la publicación cuatrimestral ralentiza ciertos procesos, hace que todo se sienta bastante mejor. Leído de una sentada puede perder algo de empaque, pero a cambio te da una trama que funciona de manera realmente ágil. En el sentido de la progresión que he comentado, si no te enfocas en uno de los jugadores principales, sientes que falta algo.
Sea como fuere, el propio título de la obra lo dice: esta es la historia de Ozora y de nadie más. Al final todos son personajes complementarios de su vida, por lo que es normal que el 90% de los escenarios le tengan a él como principal de una manera u otra. Por lo tanto, aunque las jugadas de equipo son una constante y hay muchos futbolistas que tienen momentos realmente brillantes para ellos mismos, debemos entender que el autor (Yoichi Takahashi) nos quiere hablar de esto.
Contra los mejores
Por supuesto, en la ecuación también entran esos otros jóvenes talentos que se enfrentan al crack nipón o se convierten en sus compañeros de equipo. Seguramente, Misaki sea uno de los que más brilla en ese sentido, pues siempre ha destacado como el mejor complemento de Ozora. Ambos se entienden genial y cuando están juntos en el campo pasan cosas. Por supuesto, Tsubasa no es el único gran talento joven que hay en el mundo, y esto queda muy claro tanto en el duelo contra Italia como en el de Argentina.
De hecho, este último es el que más destaca, pues la presencia de Díaz nos deja muy claro que el japonés todavía puede mejorar mucho. Por momentos no sabemos quién de los dos es mejor o más decisivo, siendo la conclusión del partido quien nos dará la respuesta. Y aunque los que ya vimos la obra original sabemos qué pasará, prefiero no decir nada para no desvelarle la sorpresa a esos pocos que estén disfrutando por primera vez de su lectura.
Sea como fuere, mis impresiones generales siguen siendo las mismas. Tal vez un poco más positivas, porque estos partidos de la sub-16 me parecen bastante mejores que los primeros en no pocos sentidos. Es por esto mismo que sigo diciendo que Capitán Tsubasa es una gran adquisición para los nostálgicos y un manga que, pese a no haber envejecido tan bien como nos gustaría, hizo historia por muchos motivos.
- Es pura nostalgia.
- Sigue siendo un buen spokon.
- Tiene un gran valor coleccionista gracias a su gran edición.
- Algunos secundarios comienzan a tener más importancia.
- Nos empieza a enseñar que los protagonistas no ganan siempre.
- Abrir la trama al mundo y a Europa le da más bagaje.
- Ha envejecido algo peor de lo que nos gustaría reconocer.
- El dibujo sigue fallando en cuanto a proporciones y definición, y lo seguirá haciendo hasta el final.