La industria del manga siempre ha tenido una relación con el deporte. Desde tiempos inmemoriales, diversos artistas han tratado de crear muy diversas obras construidas sobre distintos deportes. En ese sentido, el fútbol siempre ha tenido un apego especial por el país del Sol Naciente, siendo uno de los más populares. Hoy, en nuestra reseña de Capitán Tsubasa n.º 15, hemos vuelto a regresar a uno de los primeros que se atrevió a ir un paso más allá.
En efecto, Oliver y Benji, también conocida como Supercampeones, fue una de las primeras series spokon que intento ir un paso más allá con algo distinto. Y aunque está claro que el paso del tiempo no le ha sentado tan bien a ciertas herramientas narrativas, lo cierto es que sigue siendo historia del manga. A fin de cuentas, no solo fue uno de los primeros mangas deportivos en romper fronteras, sino que es uno de lo más famosos.
Por méritos propios, Captain Tsubasa ha protagonizado muy diversas entregas y periodos de tiempo, recorriendo tanto la infancia como la adultez de sus protagonistas. Así pues, hemos crecido junto con ellos y hemos visto como Tsubasa, ese joven chaval nipón, se atrevía a conquistar el mundo con su fútrbol y su entusiasmo. No obstante, todo tiene un comienzo, y este decimoquinto volumen es, precisamente, el comienzo de ese movimiento internacional.
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 15 | Portada, sinopsis y edición
Empieza la esperadísima final entre el Nankatsu y el Meiwa, tras la que uno de los dos conjuntos se situará en la cima de todos los equipos juveniles de fútbol de Japón. Se suceden los aguerridos ataques en ambas áreas, ¡y el Nankatsu abre el marcador! Sin embargo, Tsubasa, Misaki y Wakabayashi se lesionan…
| Colección | Capitán Tsubasa vol. 15 de 21 |
| Autoría | Yoichi Takahashi |
| Género | Deporte, drama |
| Formato | Rústica con solapas con s/cub |
| Tamaño y páginas | 12,8 x 18 cm con 344 páginas en b/n (ambos) |
| Precio | 13,95 € |
| Maquetación | Planeta Cómic |
| Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 13/09/2023 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
Dicho esto, uno de los primeros apartados que podemos valorar es la edición. En ese sentido, Planeta Cómic ha vuelto a realizar un buen trabajo, aunque el formato original de la obra niopona tenía ciertas pegas. Al usar a muchos personajes rubios, por ejemplo, vemos como ciertos entintados y perfiles pierden algo de calidad, mas no es culpa de la edición española. Fue cosa de la japonesa, quien ya tuvo algunos problemas por eso y porque el trazo de estos episodios tuvo algunos problemas. Más allá de eso, el trabajo de Planeta ha satisfecho, una vez más, casi todas nuestras expectativas.
Allá van con el balón en los pies, pero ahora en Europa
Por primera vez en mucho tiempo, Ozora ha conocido el sabor de la derrota. En las finales, el favorito de todo el mundo cedió ante las arremetidas de un Hyuga inconmensurable que, ahora sí, ha demostrado todo su potencial como jugador. Con esto, el autor abre dos nuevas líneas que no tardarán en unirse. Por un lado, recupera momentáneamente el foco de Wakabayashi. El portero nipón, ahora recuperado, nos pone su atención en Schneider, el clon alemán de Tsubasa.
Sí, por un segundo pensé que nuestro protagonista se había decolorado el cabello, pero no, era solo su creador haciendo el vago, creando un diseño tan parecido que hasta genera confusiones como esta. Bromas aparte, con este acto, el mangaka abre el manga al mundo presentándonos al que —probablemente— será el nuevo rival a batir junto con el recién proclamado como campeón Kojiro Huga.
La introducción de este personaje no es aleatoria. Además de destacar que está a punto de debutar con el Bayern de Munich tras abandonar su anterior club, el manga abre sus fronteras al presentar un artículo de periódico en el que se nos explica que Tsubasa se va a tomar un descanso para recuperarse de sus leciones. Por lo tanto, se perderá la primera fase de preparación.
Espera, ¿preparación de qué? De la selección sub-16. Ahora que la mayoría de competiciones nacionales han terminado, Japón prepara un viaje a Europa con los mejores jugadores jóvenes del país. Entretanto, el lesionado sigue empeñado en viajar —ahora sí que sí— a Brasil para continuar con su formación junto con Roberto en una de las regiones que más intensamente vive el fútbol.
El fútbol japonés está más verde de lo que sus jugadores creen
De esta manera, sin prisa, pero sin pausa, el autor establece las bases del futuro dejando muy claro que el fútbol estudiantil quedará en un segundo plano. Al menos de manera temporal, pues está claro que con estos primeros movimientos nos introduce en un nuevo arco que podría para muy largo. En el proceso, además de juntar a los mayores talentos del fútbol nacional, recupera a viejos conocidos como, por ejemplo, Misaki.
Sea como fuere, no es su momento de brillar y, siendo sincero, es un soplo de aire fresco, pues somos capaces de ver un poco más de otros jugadores. Esto destaca especialmente cuando la sub-16 viaja a Alemania para enfrentarse al equipo de Genzo, el Hamburgo. El guardameta demuestra en cuestión de un instante que ha crecido de manera espectacular y que su estancia en Europa no ha sido en balde. Tanto es así que detiene prácticamente todos y cada uno de los tiros especiales de sus paisanos poco después de declarar que ningún equipo japonés podría derrotarles sin la presencia de Ozora.
Por supuesto, esto es un reto muy claro, cosa que podemos comprobar cuando en un flashback comprobamos que el portero le pide a sus compañeros que no defiendan. Que les dejen chutar. Y así lo hacen durante un buen rato, pero nada funciona. Tal es la situación que el Hamburgo decide contraatacar más pronto que tarde, anotando un primer gol muy fácilmente y demostrando que, en efecto, Karl Henz Schneider es un jugador diferencial.
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 15: el desafío de Genzo Wakabayashi
Los nipones logran mantenerse a duras penas gracias a la buena actuación de su portero, pero el dominio del Hamburgo de Genzo y Schneider es total. De hecho, Hyuga es vencido 1 vs. 1 en potencia, lo cual evidencia la calidad del futbolista alemán. Aparte, cuando chuta a puerta, Wakabayashi ni se inmuta; lo detiene fácil, por lo que parece evidente que van a caer derrotados. Es ahí cuando aparece Tsubasa, quien ha viajado a Europa para reunirse con los suyos, pero no juega.
Llegados a este punto, no os contaré que más sucede, puesto que no quiero spoilearos la conclusión de este primer encuentro. Lo que sí os quiero contar —y es por eso que hoy me he centrado mucho en el «qué sucede»— es que este decimoquinto tomo es uno de transición. Aunque tenemos un partido, funciona como introducción a la trama del fútbol europeo y al nuevo desafío de Tsubasa y sus compañeros.
En ese sentido, el manga nos ofrece un soplo de aire fresco y una trama más emocionante al subir el nivel de los competidores. A fin de cuentas, el Viejo Continente es la cuna del fútbol y, como tal, tiene muchos equipos de gran calidad. Frente a ellos, el desbordante talento japonés sigue muy verde, por lo que tendrán que luchar contra viento y marea. Sin más, me parece un cambio interesante y que nos permite seguir entiendo por qué Oliver y Benji fue tan importante allá en su tiempo.
- Es pura nostalgia.
- Sigue siendo un buen spokon.
- Tiene un gran valor coleccionista gracias a su gran edición.
- Algunos secundarios comienzan a tener más importancia.
- Nos empieza a enseñar que los protagonistas no ganan siempre.
- Abrir la trama al mundo y a Europa le da más bagaje.
- Ha envejecido algo peor de lo que nos gustaría reconocer.
- El dibujo sigue fallando en cuanto a proporciones y definición, y lo seguirá haciendo hasta el final.
