
Aunque la periodicidad de estos y otros mangas en formato kazenban cambiará próximamente debido al nuevo sistema de publicaciones de Distrito Manga, sigo disfrutando como un auténtico enano de reseñas como las de Beck n.º 7. Algo lógico si tenemos en cuenta que, como ya he comentado en otras ocasiones, es una de mis series preferidas. Y aunque una parte de este escrito está marcado por la nostalgia, también están muy presentes las expectativas.
Hay quienes dicen que hablar de algo que nos hizo muy felices cuando éramos apenas unos críos, siempre saca lo mejor de nosotros, y de la obra en cuestión. Por el otro lado, otros muchos consideran que, en realidad, siempre se es más crítico, pues la morriña tiende a desmoronarse con el paso del tiempo cuando nos volvemos a enfrentar a conceptos pretéritos. Por suerte, Beck no es uno de esos trabajos.
Aunque está claro que le tenía muchas ganas, los defectos que acumuló por el paso del tiempo siguen ahí. Véase, por ejemplo, el personaje de Ken’ichi Saitou. Quien dice ser el maestro de la guitarra de Koyuki (menos mal que ahora aparece menos) es un ejemplo de cómo hacer mal las cosas, y eso no lo vi cuando era un crío. Por el lado contrario, también estoy pudiendo redescubrir que, en realidad, el manga era mucho mejor de lo que lo recordaba.
A fin de cuentas, hay muchas ideas que, siendo poco más que un jovenzuelo, era incapaz de entender. Ahora, años después, y con mucha más experiencia a mis espaldas, estoy pudiendo ver algunas de esas realidades que —inconscientemente— omití. Es por esto mismo que, aunque el manga tiene más de 15 años (20 si usamos su primera publicación como punto de partida), lo estoy pudiendo disfrutar como nunca.
Reseña de Beck n.º 7 y n.º 8 | Portada, sinopsis y edición

Tomo 7. Tras la épica actuación de BECK en el Greatful Sound, a Koyuki se le presenta la oportunidad de su vida: ¡un contrato de grabación como solista para Leon Sykes! Este es el golpe de suerte que ha estado esperando, pero, en lugar de aceptarlo, decide seguir a su corazón e intentar reunir a BECK de nuevo. Sin embargo, aunque cada miembro ahora tiene sus compromisos, ¡una inesperada gira por Estados Unidos unirá a la banda! No obstante, Ryûsuke ha desaparecido y…
Tomo 8. Tras finalizar con éxito su gira por Estados Unidos, Koyuki y la banda regresan a Japón y deciden que es el momento para la producción de un nuevo miniálbum. Sin embargo, gracias a las artimañas de su archienemigo en la industria, Ran, ninguna discografía quiere firmar con la banda… Por suerte, Sato consigue un contrato con un pequeño sello independiente, pero, debido a un proceso de grabación desastroso, el sencillo debut de BECK, Human Fly, no logra alcanzar el objetivo de ventas…
Colección | Beck vol. 7 y vol. 8 de 17 (aproximación) |
Autoría | Harold Sakuishi |
Género | Shônen, comedia, drama, romance, slice of life |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 21 x 15,2 cm con 416 y 408 páginas en b/n |
Precio | 17,95 € |
Maquetación | Olivia Osanz, Montse Muñoz y Jordi Colina (Daruma) |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 02/11/2023 y 01/02/2024 |
Reseñas | Reseñas de los volúmenes anteriores |
Por supuesto, esto no sería posible sin una edición a la altura. Distrito Manga me tiene muy malacostumbrado, aunque lo digo en el buen sentido. Si bien es cierto que a veces tiene algunos fallitos con los bordes físicos y algún que otro diálogo ligeramente cortado por estos mismos, la edición es muy buena. Tanto la traducción como la impresión son de un nivel muy alto. Además, la maquetación cumple mayormente con nuestras expectativas. En resumen, que merece mucho la pena y luce genial en nuestras estanterías.
De visita en el país del rock and roll

Ahora que nuestros protagonistas han llegado a Estados Unidos, las cosas han cambiado. No sin problemas, demostraron en numerosas ocasiones que el país del Sol Naciente se les quedaba —en cierto modo— pequeño y que, en realidad, tenían potencial para mucho más. Por supuesto, Beck sigue estando muy lejos de este objetivo, pues la fama internacional es algo que se les escapa. Sin embargo, su viaje por el país de las (en teoría) oportunidades podría darles ese primer empujón.
Por desgracia para ellos, las cosas no son nada fáciles, pues están teniendo que aprender a sobrevivir sin Ryusuke. Por méritos propios, el guitarrista estrella del grupo tiene un carisma sin igual y las cosas no son iguales sin él. O al menos así debería ser, porque su ausencia, y el viaje por EE. UU., está permitiendo que el grupo entero crezca sobremanera. Esto ya lo comenté allá en su momento, pero ahora va a más. Sobre todo cuando hablamos de Koyuki.
Antaño muy introvertido e inseguro, el cantante principal (junto con Chiba, quien ha resuelto muchos de sus problemas personales) de Beck ha dado un paso hacia delante. Gracias a esto, cuando los muchachos se reencuentran, el grupo alcanza un nuevo nivel. Funcionan mejor que nunca, aunque no sin algún que otro contratiempo. Las rencillas entre algunos de sus integrantes siguen muy frescas y las exigencias de sus contratistas no son ninguna tontería.
Una historia atemporal que sigue siendo tan interesante como siempre

Pese a ello, se las van apañando muy bien, lo cual nos deja con uno de los tomos más interesantes hasta la fecha. Sin hacer ninguna locura ni enfrentarse al mayor reto o concierto de sus vidas, nos sorprenden con simples relaciones humanas. En ese sentido, la séptima entrega de Beck me ha dejado un gran sabor de boca. Sin más, aunque esto es algo que se mantendrá, me deja con ganas de más.
Yo ya sé qué es lo que va a pasar, cómo evolucionará cada trama y quiénes resolverán sus conflictos más importantes. Soy consciente de cómo evolucionará la relación de Maho y Koyuki, cuál será el destino final de los integrantes del grupo y a qué desafíos se tendrán que enfrentar. Es decir, que el manga no me puede sorprender. Pese a ello, está logrando que siga muy enganchado a su argumento. Aunque sea consciente del futuro, me sigue llamando la atención con mucha fuerza.
En lo que viene siendo una relectura, más que un primer vistazo, Beck ha logrado que sienta lo mismo (o más) que en su origen. Siendo sincero, no creo que esto sea nada fácil, siendo este el motivo por el cual le doy tanto valor al manga pese a que es una obra antigua. Además de haber envejecido muy bien, tiene gancho más que suficiente como para que queramos leerlo de nuevo una y otra vez.
Reseña de Beck n.º 7 y n.º 8 | Conclusiones

Tanto es así que, por ejemplo, cuando me adentré en el octavo volumen, volví a vivir (casi) con la misma intensidad la saga en la que el grupo intenta producir un nuevo disco para darse más a conocer en Japón y reafirmar su regreso. Todo ello mientras Koyuki y Maho viven la que podría ser su pelea, por denominarlo de alguna manera, más grande hasta la fecha. La distancia entre ambos se acorta y se agranda por momentos, resaltando los dramas juveniles propios de gente de su edad.
Todo ello junto con una revelación que pondrá en aprietos la estabilidad emocional de ambos. Aunque son una pareja estable y llevan un tiempo juntos, las cosas no son nada fáciles, y el volumen número 8 se centra especialmente en todos esos temas. Es más, se podría entender que tanto esta como la siguiente entrega serán las que determinen (hasta cierto punto) el futuro de ambos personajes, puesto que todo empezará a cambiar por culpa de algo tan sencillo como crecer.
Cada uno tiene su propia manera de entender el futuro y empieza a ser el momento de entender cómo quieren afrontarlo: juntos o no. Este tema no se explora tanto, pero se trae a coalición mientras se abre una nueva línea narrativa que, sin más, te deja con ganas de todavía más. Siendo sincero, aunque ya me leí el manga en su momento, siento que la espera se me va a hacer eterna… Lo cual es una muy buena señal.


- Empieza muy, muy bien. La premisa, la narrativa y los diálogos son muy buenos.
- Es diferente, pues el manga musical no es algo especialmente abundante.
- Personajes carismáticos realistas con trasfondos interesantes.
- La trama cada vez engancha más y el dibujo transmite muchísimo.

- Hay temas que no explora con demasiada profundidad.