Tiempo ha, Distrito Manga me sorprendió con una licencia bastante particular. Hoy, meses después, he tenido el placer de regresar a ella mediante la reseña de After School Dice Club n.º 2. No obstante, considero que aquesta mi review será diferente a lo habitual, pues no hablamos de un manga que se caracterice por la progresión de su historia. No así con sus personajes, la gran premisa de esta obra es presentar muy diversos juegos de mesa a través de sus protagonistas. Así pues, más que trama, hay un concepto mediante el cual se construyen historias independientes interconectadas por sus jugadoras.
En este caso, se repiten, y será así siempre, ya que casi todos los juegos acaban siendo presentadas por ellas. Por supuesto, me refiero a Aya, Miki y Midori. Estas tres jóvenes estudiantes de instituto son las responsables de desarrollar cada premisa desde una perspectiva muy interesante. A fin de cuentas, Midori es una experta en juegos de mesa, mientras que sus dos nuevas amigas son bastante novatas. Gracias a esto, y desde el principio, que se tengan que explicar las normas de todos los juegos no solo encaja con la lectura, sino que se siente muy natural.
Por supuesto, esto no impide que haya más personajes o desarrollos. Por ejemplo, en esta segunda entrega se presenta a Emilia, una muchacha de nacionalidad alemana que adora los juegos de mesa. Del mismo modo, tanto Shota como Ryuji tienen sus momentos, lo cual nos ofrece breves destellos de algo más. Por su parte, el dependiente de la tienda de juegos de mesa en la que trabaja Midori, Takeru Kinjyio, mostrará por qué es una de las figuras más respetadas de la ciudad en lo que respecta a juegos de mesa. No obstante, y antes de seguir, hablemos de la edición.
Reseña de After School Dice Club n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
Los exámenes de la convocatoria ordinaria han terminado y, ahora, las vacaciones de verano y el festival cultural están a la vuelta de la esquina. Pero el consejo de estudiantes está bajo mínimos y por ello la vicepresidenta, Ren, propone a Midori formar parte del consejo y asegurarse un buen futuro. Sin embargo, el sueño de Midori es ser diseñadora de juegos y, para poder conseguirlo, ¡no puede dejar su trabajo en la tienda de juegos de mesa!
| Colección | After School Dice Club vol. 2 de 10 |
| Autoría | Hirô Nakamichi |
| Género | Comedia, slice of life, vida escolar |
| Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
| Precio | 15,95 € |
| Tamaño y páginas | 13,1 cm x 18,1 con 384 páginas en b/n |
| Maquetación | Yellowkids |
| Traducción | Luis Alis Ferrer (Nagareboshi) |
| Fecha de lanzamiento | 11/01/2024 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
En general, como viene siendo habitual cuando hablamos de Distrito Manga, no podemos ponerle pega alguna al contenido y producción del manga. En materia de impresión, maquetación y traducción cumple con todos nuestros estándares de calidad. De esta manera, la editorial nos ha vuelto a recordar que es una de las más en forma del mercado español en estos momentos.
Más y más juegos de mesa para todo el mundo
Ahora que hemos solventado este aspecto, podemos seguir hablando del manga, aunque me gustaría empezar con una queja. Sin motivo alguno, Hiro Nakamichi, el autor, decidió que era buena idea arrancar el volumen con una imagen de Midori en bañador. Y dirás… ¿Qué problema hay? Pues que tanto esta imagen —en realidad— es puro fanserive a través de una joven de 15 años. Siendo sincero, no me esperaba algo así. Tampoco que hubiese un capítulo de playa, aunque cortado en ciertos segmentos.
Es algo a lo que no le daba cabida. Y si bien es cierto que no puedo decir que empañe el valor del manga en general, sí que me ha parecido desubicado. Pero bueno, tal vez solo sea cosa mía, porque, por lo demás, After School Dice Club sigue destacando por lo mismo de siempre. Sus virtudes son las mismas y eso es algo que espero que se repita con cada lectura. ¿Y cuáles son? La primera y la más importante de ellas, su capacidad para hacer que cada juego de mesa se sienta interesante incluso desde un manga.
Considero que esto es algo bastante complicado, mas es capaz de hacer que se sienta mínimamente interesante. Hay historias más atractivas y otras menos llamativas, pero el resultado final es el mismo: curiosidad. Siempre te acabas preguntando qué juego presentará… por si lo conoces o no. Todo sea dicho, me encantan los juegos de mesa, así que no puedo evitar analizarlo desde una perspectiva más subjetiva de lo normal. Me interesa porque me identifico con sus jugadores en muchos casos y/o porque conozco los títulos que presentan. Eso es algo que me ayuda a conectar con la lectura, puesto que me permite revivir recuerdos bastante bonitos.
Lo verdaderamente importante son los personajes
Sea como fuere, eso es algo personal, pero es cierto que puede ser una de las claves para hacerse con este manga. La otra es la progresión de sus personajes. Tanto Midori como Miki están madurando mucho y, aunque se sigue notando que son muy jóvenes, tienen algo a lo que quieren llegar. Por un lado, tenemos a Miki, quien no solo está superando aquellos años en los que le hacían, sino que cada vez mira más hacia delante. Por su parte, Midori continúa con su sueño de ser diseñadora de juegos de mesa y nos deja varias lecciones en el proceso.
Además de no dejar que otros pisoteen su sueño, lo da todo por ello sin dudar al respecto. Ahora bien, tiene muchas cosas que aprender, y entenderá que el orgullo no significan nada cuando tu objetivo es hacer feliz a los demás. Así pues, ambas, de una manera u otra, muestran su progresión, siendo esta la trama que debemos ir extrayendo de cada encuentro que se da a través de los juegos de mesa. Durante el proceso también conoceremos a otros personajes y/o descubriremos algunas facetas inéditas de los mismos.
Al final, aunque todo se rigue por esos juegos de mesa, hay algo más, y es por esto que After School Dice Club fue capaz de durar tanto tiempo. Siendo sincero, 19 volúmenes (en España serán 10) de juegos de mesa, sin otra cosa más que partidas entre sus personajes, habría sido algo francamente aburrido. Sí, se habría sentido bien en sus comienzos, pero se habría diluido más pronto que tarde.
Reseña de After School Dice Club n.º 2 | Conclusiones
Es por esto mismo que me alegra ver cómo ese algo más empieza a crecer y el autor le da más importancia a las interacciones de sus protagonistas y a su crecimiento como personas. Todo ello mientras introduce alguna que otra trama romántica (no es lo que más nos interesa, todo sea dicho) junto con otros elementos igualmente llamativos. Al final, si sigues leyendo no es porque quieras ver otro juego de mesa más, sino porque te apetece ver qué revelará este de sus jugadores.
Esta es una de las gracias del manga. Al final, cada partida sustrae datos interesantes: es una persona competitiva, no le gusta perder, ansiaba una rival capaz de enfrentarse a ella en igualdad de condiciones, era su forma de conectar con alguno de sus familiares… Todos, de una manera u otra, aprenden o enseñan algo cada vez que juegan, y eso es lo que te acaba motivando a mantener la lectura. Eso y que es una lectura muy relajada, perfecta para disfrutar de chill con una taza de chocolate caliente en la mano junto. O con tu gato en el regazo.
Se me entiende, ¿no? Pues eso es lo que importa. Dicho esto, sigo pensando que After School Dice Club es una lectura entretenida y que tiene su aquel, pero que está especialmente diseñada para quienes disfrutan de los slice of life en los que no pasa nada del otro mundo. Tranquilo y sin grandes contratiempos, no busca dar una sorpresa detrás de otra, sino que disfrutemos junto a su autor de su gran pasatiempo: los juegos de mesa.
- La premisa es bastante original. No hay muchos mangas que hablen sobre juegos de mesa.
- Las tres protagonistas tienen una construcción más interesante de la que parece de buenas a primeras.
- El arte es muy bonito. Es agradable a la vista.
- La lectura es dinámica y sencilla. Es fácil seguirle el ritmo.
- La narrativa funciona bien.
- Al centrarse tanto en los juegos de mesa, si no te llaman la atención, no tiene tanto gancho.
- El dibujo es bastante simple.
