Hoy es un momento triste, pero al mismo tiempo feliz; siempre nos duele cuando nos despedimos de una buena serie, aunque igualmente nos alegramos por aquellos autores que saben cuándo poner punto y final. Esto es lo que nos hemos encontrado en nuestra reseña de La librera calavera n.º 4, un manga licenciado por Fandogamia que nos ha sorprendido muy gratamente a lo largo de los últimos meses. Y como no quiero entreteneros, os digo qué me ha parecido.
Portada, sinopsis y edición
Honda, basándose en sus experiencias reales, cuenta a través de su cadavérico alter ego cómo fue trabajar en una librería especializada en cómics. Atender clientes peculiares, la colocación de los títulos, el trato con las editoriales… ¡Aderezado de humor y compañeros de trabajo tan excéntricos como los clientes! Una forma perfecta para conocer, desde el contexto japonés, cómo funciona la industria del manga y sus puntos de venta.
En este último volumen, Honda se va de viaje a Taiwán para conocer a libreros y editores extranjeros… claro, que lo hace liada por Foca, su editora. Allí verá cómo es el trabajo de adaptar una obra japonesa como la suya a otro idioma y las particularidades del mercado del manga fuera de Japón, además de los nuevos sistemas de distribución digitales y sus particularidades.
¡Incluye una barbaridad de contenido extra, como las páginas originales publicadas en el Twitter de la autora, material promocional creado para librerías, ilustraciones inéditas y mucho más!
Serie y volumen | La librera calavera Honda-san n.º 4 (de 4) |
Autor | Honda |
Género | Comedia, slice of life |
Demografía | Shōjo |
Formato | Formato tankoubon B6, con inserto de una página a color. |
Precio | 8 € |
La línea editorial sigue siendo la misma. Destacamos el buen hacer y la traducción de Fandogamia, que ha sabido suplir la falta de episodios de este último volumen con material adicional. La lectura se siente parca y, en realidad, cuando terminamos, sentimos que falta algo. Eso, por desgracia, es inevitable; por mucho contenido extra que incluyan, al final no hay nada comparable a un episodio como tal.
En su conjunto, La librera calavera Honda-san es un buen manga en cuestiones de maquetación, impresión y traducción. Hay pequeñas fallas en viñetas muy concretas, pero el resultado final es mayormente notable. No podemos ponerle pegas al manga, siendo una adquisición positiva si valoramos tanto de manera global como individual.
Reseña final: La librera calavera Honda-San n.º 4
Tras publicar su último volumen, La librera calavera Honda-san se despide de nosotros con una sonrisa y un hasta luego. Fiel a su obra, la artista nos ha ofrecido un final sin grandes alardes narrativos ni diálogos esencialmente grandilocuentes. Al igual que durante los tres primeros volúmenes, la tónica ha sido la misma de siempre: la de un relato relajado que pretende empatizar con los lectores a través de una narración en primera persona.
Esto es algo que podríamos destacar en los cuatro volúmenes. Sobte todo si tenemos en cuenta que, en realidad, la mangaka no nos ofrece ningún tipo de nudo narrativo más allá de su despido (se marcha ella) de la librería en la que trabaja. Esto, por desgracia, se presenta de manera algo repentina y es que, de golpe y porrazo, la autora nos explica que se ha marchado de su lugar de trabajo.
A cambio, escribe su volumen más diferente hasta la fecha, ofreciéndonos una serie de visitas editoriales y viajes de trabajo en diversos países asiáticos. Más allá de eso, lo cierto es que La librera calavera Honda-san no ha evolucionado casi nada a lo largo de sus 34 capítulos. El personaje siempre se ha mantenido en la misma línea, tanto para bien como para mal.
Todo lo bueno llega a su final
Como lectura, esto tiene sus pros y sus contras. Por un lado, ha logrado destacar como comedia de situación tipo slice of life y como introspección autobiográfica. Honda, mediante su estilo de dibujo desenfadado, su personalidad parcialmente introvertida y su peculiar sentido del humor, ha mantenido una línea de diseño muy estable.
Desde la perspectiva de un lector avezado, esto tiene una cosa muy buena: es fácil establecer una conexión tanto con la autora como con el personaje. Por el lado contrario, la ausencia de algún giro de guion y/o evento imprevisto nos impide disfrutar de cualquier tipo de clímax, desviando nuestro interés a la cotidianidad y la rutina.
Durante este cuarto tomo, nos damos todavía más cuenta de que Honda no pretende romper el género en ningún momento, siendo algo conformista tanto en la trama como en la narrativa. Carece de impacto, pero lo compensa con una sensibilidad muy bien definida y una estructura bastante agradable a la vista. A diferencia de otros grandes del género, su objetivo no es ser una referencia, sino ofrecernos un momento de distensión y relax.
Un manga continuista, en el buen sentido, pero con poca evolución
Esta es una descripción que suelo utilizar mucho, pero es ese tipo de manga que disfrutar mientras disfrutas de un café recién hecho —o un chocolate caliente, por ejemplo— mientras te arropas en tu sillón favorito. O mientras te dejas caer sobre el césped recién regado. Inclusive, en la piscina de ese amigo al que solo visitas en verano. Es, por su propio peso, un manga para estar de chill y desviarte del mundo.
Por suerte, pese a no disponer de un diseño especialmente llamativo, Honda es capaz de medir con gran habilidad cuál es el estilo que mejor le encaja. A lo largo de la historia, hemos visto a multitud de compañeros ocultos tras máscaras, diseños faciales antropomórficos, papeles y bolsas, etc. Con este estilo tan particular, logra captar nuestra atención.
Posiblemente, si la obra hubiese sido más largo, esto habría terminado siendo algo tedioso, pero es gracias a su extensión (son solo 4 tomos) que no llegamos a aburrirnos. Así pues, podemos decir que tanto la editorial como la artista contemporizan bien el ritmo de su obra para no cansar a los lectores. Hoy día comprendemos todavía más el motivo por el cual decidieron licenciar su adaptación animada; encaja muy, muy bien.
Reseña de La librera calavera Honda-San: una despedida y un viaje por Asia
Habiendo expresado todo esto, podría deciros que La Librera calavera Honda-san es un tebeo muy sincero que ofrece justo lo que promete. Directo, sencillo y ligero, no sorprenderá por su gran desarrollo argumental ni por su sorprendente narrativa. No es lo que pretende, aunque esto pueda no gustar tanto a quienes busquen un manga algo más potente. Sea como fuere, dentro de ese espectro de series a las que me gusta definir como «lecturas de chill», logra encontrar su nicho y su público.
Es una lectura interesante que podría merecer una oportunidad si crees que es buena para ti. ¿Y cómo puedes saberlo? Pues prestando atención a sus géneros (slice of life y comedia) y teniendo en cuenta todo lo que te he dicho anteriormente. Para ir terminando, quiero decir que este cuarto tomo es el más diferente de todos, pero también es el que menos episodios ofrece. Fandogamia, queriendo completar un poco la colección para no desmerecer el término de la misma, lo compensa agregando algo de material adicional. No es lo mismo, pero se agradece.
- Es divertida y relajante.
- El dibujo es muy ameno.
- Es muy sincero con lo que ofrece. Se maneja bien como slice of life.
- Los diseños, aunque no sean nada del otro mundo, son interesantes.
- El concepto es atractivo.
- Saber más sobre el mundo editorial japonés siempre es bien.
- Fandogamia ofrece una buena edición.
- Como es cortita, no llega a aburrir ni cansar. Mide bien los tiempos.
- No tiene ningún gancho narrativo concreto.
- Los personajes evolucionan muy poquito.
- A veces sientes que en realidad no ha pasado nada.