Hay quien dice que un buen final marca la calidad de una obra, y lo cierto es que estoy bastante de acuerdo con esa afirmación. No obstante, hay ocasiones en las que es complicado determinar cuán importante ha sido este en realidad. Mientras preparaba mi última reseña del manga Farewell, My Dear Dramer con su volumen n.º 7, pensé mucho en esta particularidad. A fin de cuentas, Naoshi Arakawa nos deja con un cierre bastante atípico.
Uno de esos que, en realidad, te recuerdan que lo importante (en muchos casos) no es el destino, sino el recorrido. Esto es algo que ejemplifica a la perfección en esta séptima entrega, una de las más futboleras de todos. Y es que durante su lectura no solo eres capaz de reencontrarte con el mejor fútbol femenino, sino que, además, te das cuenta de que las personas se rigen muchas veces por sus circunstancias.
Véase, ejemplo, caso del entrenador. Aislado y distante, poco a poco va conectando con sus jugadoras… Hasta el punto en el que lamenta no haberse implicado más desde el principio. Esto motiva un cambio sustancial en él, dándolo todo por ellas, convirtiéndose tanto en el entrenador como en el mentor que se merecen. Mientras tanto, las tres grandes protagonistas de esta historia (Soshizaki, Onda y Suo) pierden parte del peso que han estado soportando durante toda la historia para, finalmente, formar parte de un todo más grande.
Las Warabis pasan de ser un equipo trabajador con varias estrellas a un conjunto con una estrategia y una idea colectiva que llevan a cabo tras un largo entrenamiento. Con mucho sacrificio, entienden que cada jugadora puede aportar algo diferente y que no hay que intentar ser otra persona. ¿Queréis saber más? Os lo contamos tras hablar de la edición.
Reseña del manga Farewell, My Dear Cramer n.º 1-7 | Portada, sinopsis y edición
El Kôrenkan, que incluye entre sus filas a Mika Kurusu, la mayor goleadora a nivel nacional, y a Ume Fujie, una genio defensa lateral, despliega un estilo de juego híbrido que le permite jugar a su antojo con el Warabi. Por desgracia, las warabis encajan el primer gol del encuentro. Por si fuera poco, acaban la primera parte con una abrumadora inferioridad numérica debido a la expulsión de Soshizaki. Tras el descanso, el cambio de posición de Suô y de Shiratori empieza a dar sus frutos y consiguen acercarse al marcador con un dos a tres. ¿Conseguirá el Warabi ganar este último partido?
| Colección | Farewell, My dear Cramer vol. 7 de 7 |
| Autoría | Naoshi Arakawa |
| Género | Shônen, spokon, comedia, deportivo, drama |
| Formato | Rústica con sobrecubierta reversible |
| Tamaño y páginas | 15 x 21 cm 368 páginas en b/n |
| Precio | 15,95 € |
| Maquetación | Guillermo Binnin (Drac Studio) |
| Traducción | María Lagóstena Zamora (Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 04/04/2024 |
| Reseñas | Reseña de volúmenes anteriores |
Pasando de la individualidad de cada tomo a la valoración colectiva de la obra en general, puedo decir que Farewell, My Dear Cramer es un ejemplo muy bueno de cómo hacer las cosas bien. A fin de cuentas, cuando citamos a Distrito Manga, en realidad hablamos de una de las editoriales manga más destacadas del país. Algo que ejemplifica durante todo el manga, ofreciendo una gran calidad de traducción, maquetación e impresión. Vaya, que nos da un producto con una gran calidad-precio que no decepciona.
Un futuro incierto, pero prometedor
Y es que, en efecto, esta reseña va más allá del séptimo y último volumen. En estas líneas quiero deciros lo mucho que me ha gustado el manga en general… No sin antes destacar lo bien que ha manejado su autor el ritmo en casi todo momento. Lo único malo de todo esto es que, en realidad, te deja con ganas de más. En lugar de cerrar con un gran torneo, te deja con la miel en los labios, dejándote muy claro que las Warabis y el fútbol femenino japonés tienen un futuro prometedor gracias a esta nueva generación de futbolistas.
Todo, en parte, nace gracias a Naoki, esa exjugadora profesional que les mostró el mundo y les legó a las nuevas generaciones una consigna muy clara: el futuro es vuestro, aprovechadlo. Esa idea, subyacente durante casi toda la lectura, solo toma el protagonismo durante unas pocas páginas, pero coge mucha fuerza al ver cómo evolucionan no solo las Warabis, sino algunas de sus máximas rivales. Todo ello ensalzando el espíritu tanto individual como colectivo. ¿Está mal que Onda tenga como único objetivo divertirse? ¿Está mal que algunas jugadoras quieran abrir el futuro y expandir el fútbol profesional?
El entrenador, Fukatsu, lo deja muy claro: los adultos no tendrían que ponerles presión alguna a las chicas, pero está bien que ellas entiendan el fútbol a su manera. Hay miles de caminos y todos son buenos, siempre y cuando los disfrutes. Lo interesante es que, en realidad, una vez terminas de leer, te das cuenta de que no hay una verdadera protagonista. Aquí la verdadera ganadora es la institución del fútbol femenino. Por supuesto, las Warabis son coprotagonistas y llevan todo el peso argumental, pero al final todo es por y para el sueño de vivir el (que no del) deporte rey.
La magia del fútbol femenino
Muchas de estas cosas no las entiendes hasta que terminas el manga. Es por eso mismo que, en realidad, me quedé un poco frío con el final. Y no porque sea malo, sino porque es atípico. En lugar de darte una conclusión concreta, te deja con un mundo repleto de posibilidades. No sabes quién vence, quién cae, ni que será del torneo nacional. Sin embargo, te das cuenta de que eso no es importante. La clave está en cómo un grupo de jóvenes futbolistas crecen tras caer derrotadas.
Caer está permitido, levantarse es obligatorio. Y esto no va solo por ellas. Fukatsu, por ejemplo, se había rendido con el fútbol tras su lesión, pero aprende a amar de nuevo del deporte gracias a sus nuevas discípulas. Son ellas quienes, en realidad, le llevan en volandas durante gran parte de la historia, siendo su responsabilidad responder al final. Sin embargo, al final no deja de ser un secundario más. Son Onda, Soshizaki, Shiratori, Tase, Echizen y compañía quienes se dejan la vida sobre el césped.
Son ellas las que más sufren, las que peor lo pasan y las que más tienen que perder. El fútbol estudiantil termina a los 3 años y el futuro del fútbol profesional es un misterio. Inclusive, su presencia en cada torneo pende de un hilo. Una derrota las podría dejar sin jugar todo el año, y ese miedo siempre está presente. No obstante, no lo nombran activamente casi nunca, pues sus sueños son superiores a sus temores.
Reseña del manga Farewell, My Dear Cramer n.º 1-7 | Conclusiones
Y sí, entiendo que todo esto que os estoy diciendo es bastante abstracto, pero es que el manga lo es… A no ser que te lo leas entero. Es un cúmulo de ideas maravillosamente ejecutadas y con un elenco de gran calidad en donde la forma de contar la historia lo es todo. Lo bueno es que Naoshi es tremendamente bueno en ese sentido, pero no es una sorpresa. Ya en Your Lie in April nos demostró que era un autor diferente a los demás. En Farewell, My Dear Cramer nos lo recuerda con más fuerza que nunca.
Es por esto mismo que le recomendaría su lectura a casi cualquier amante del manga. No es necesario que te encante el fútbol, puesto que ofrece muchísimo más que deporte. Por supuesto, si disfrutar de él, pues más que mejor, pero tiene el don de romper esa frontera para darte algo más. Lo único malo de todo esto es que, como se enfoca tanto en el colectivo, final deja muchos temas personales sin resolver. Sí, ofrece respuestas para muchas de sus jugadores, pero a veces no se sienten demasiado detalladas. Esto es algo que pasa también con el ya mencionado final.
Se nota que, más que cabos, le gusta trazar plumas y hojas sueltas que vuelen a su libre albedrío. Y no para que interpretemos qué puede pasar, sino para dejarnos muy claro que la vida es un lienzo en blanco sobre el que no hay nada escrito. Él nos da mucho, pero siempre con la idea de ir más allá a través de un mensaje que supere a su propia historia. ¿Lo mejor de todo? Que no solo lo consigue, sino que hace que disfrutes enormemente del proceso. En resumen, Farewell, My Dear Cramer es una lectura que le recomendaría a casi todo el mundo. Sin más, me ha encantado, y mi único arrepentimiento es tener que despedirme de ella.
- El resultado final es realmente bueno. El ritmo y la narrativa son de gran calidad.
- Como spokon ofrece un sentido deportivo realista y orgánico.
- Gran sensibilidad narrativa y buena construcción de personajes.
- Diseño atractivo, buena edición y mejor dibujo.
- Deja varios temas de carácter más individual sin explorar.
