Seguimos con nuestras reseñas de Capitán Tsubasa, y en esta ocasión os hablaré del sexto volumen (de veintiún entregas) de la nueva edición que está publicando Planeta Cómic. Siguiendo la costumbre, haría una introducción sobre la historia, el autor, el manga o la editorial, pero lo cierto es que tras cinco entregas, empieza a ser redundante, así que hoy iré un poquito más al grano.
Lo que sí haré es deciros que, una vez más, la edición destaca por las mismas bondades de siempre: buena maquetación, buena traducción y buena impresión. Flaquean ligeramente las portadas, pues son algo simples, pero la edición (formato kazenban) es muy efectiva; queda muy bien en la estantería y ofrece una buena organización de contenido. A grandes rasgos, un buen manga licenciado por una editorial que demuestra que tiene mucha experiencia en la edición de tebeos nipones.
Sinopsis
Empieza la esperadísima final entre el Nankatsu y el Meiwa, tras la que uno de los dos conjuntos se situará en la cima de todos los equipos juveniles de fútbol de Japón. Se suceden los aguerridos ataques en ambas áreas, ¡y el Nankatsu abre el marcador! Sin embargo, Tsubasa, Misaki y Wakabayashi se lesionan… ¡¡El Nankatsu está en un grave aprieto!!
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 6
El sexto volumen de Capitán Tsubasa nos transporta a la final del torneo, siendo este uno de los partidos más emocionantes por méritos propios. De hecho, es a partir de este tomo cuando somos capaces de comprender, de verdad, los motivos por los cuales la serie se volvió tan, tan popular tanto en Japón como occidente. Si bien es cierto que la narrativa y el ritmo no han envejecido del todo bien, sigue siendo un spokon con mucho sentimiento. Se nota que su autor, Yōichi Takahashi, es un verdadero fanático del fútbol.
Tal vez no maneje del todo bien las líneas narrativas de los personajes secundarios, pero sucede justo lo contrario con los protagonistas. El duelo entre Mark Lenders y Oliver Atom, aquí Hyûga Kojirō y Ōzora Tsubasa, es muy épico. Sucede de igual forma con Genzo Wakabayashi, quien vuelve a brillar con luz propia gracias a su carácter, su temple y su pasión. Son, sin lugar a dudas, quienes más destacan, aunque durante toda la final somos capaces de vislumbrar buenos destellos de calidad de otros tantos jugadores.
No por nada, una final que ocupa unas 300 páginas de contenido sin alcanzar el resultado final… Pues la verdad es que da para muchos momentos. Es por eso mismo que he comentado que es en este volumen cuando entendemos el porqué de su popularidad. Es emocionante e intenso. Es más, aunque ya conozco el resultado y sé, más o menos, qué va a suceder, me sorprendo a mí mismo leyendo con bastante atención. Tal vez no de una sentada, pero sí de forma relativamente frecuente.
El paso de los años en uno de los grandes clásicos de la historia
No es una lectura esencialmente refrescante, pero tiene algo especial. Es muy posible que sea la nostalgia, aunque hay algo más. Capitán Tsubasa es una de esas historias con chispa. Si la comparamos con alguno de sus congéneres actuales no saldrá muy bien parada, aunque es poco probable que ninguna de estas mismas alcance la relevancia, la importancia y el calado de ella. No por nada, fue una de las series que abrió el mercado de la animación nipona en España. Es una, que no la única, de las precursoras del anime y el manga en occidente.
Por algo será ¿no? Más aún si tenemos en cuenta que España, desde siempre, ha sido un país muy futbolero. Su relación con Oliver y Benji, ahora Capitán Tsubasa si nos ceñimos a la licencia manga de Planeta Cómic, es muy longeva. Por eso su lectura es especial más allá de una narrativa un tanto tosca o un dibujo claramente ochentero. No tiene la gracia ni la definición del arte nipón contemporáneo, pero perdura y sobrevive. De hecho, gran parte de su encanto es ese carácter antiguo. Por eso me gusta.
Además, volver a releer y revivir aquellos viejos partidos de adulto tiene un no sé qué muy especial. Durante un tiempo me reí, al igual que muchos otros, del meme del partido eterno, de los campos gigantes y de los tiros imposibles. Ahora los aprecio de otro modo. Tienen lógica, sentido y coherencia dentro de las características del género de aquella época. Y es por eso mismo que pienso que, aun con todo, Capitán Tsubasa es un buen manga.
Conclusiones
Mi conclusión final es, en realidad, un poco la de siempre. El manga de Capitán Tsubasa y la nueva edición en formato kazenban es un homenaje a los nostálgicos y a los amantes de la franquicia. Interesante también para los más peques de la casa, es una obra que destaca por su valor de coleccionista y por el factor nostalgia. Y la verdad es que en esos dos puntos destaca muy para bien, porque Planeta Cómic está haciendo un buen trabajo con la maquetación y la edición. Las portadas son algo flojas, eso sí, aunque se nota que están muy inspiradas en la tradición japonesa.