Es muy probable que no pocos jugadores suspiren con nostalgia al escuchar el nombre de La mina perdida de Phandelver. Es normal, pues hablamos de una de las aventuras primigenias —de hecho, si no me equivoco, es la primera— de DnD 5e. Ahora, años después, no solo ha regresado, sino que ha vuelto completamente traducida al español junto a una continuación muy, muy interesante. Así pues, en esta reseña de Phandelver y más allá: el obelisco despedazado hablamos tanto del relanzamiento de una aventura ya clásica de Dungeons and Dragons como la puesta en escena de la continuación de la misma.
Esta primera parte se compone de cuatro capítulos y sirven como preludio de algo más grande, pues nuestros aventureros terminarán sus andaduras a nivel 5. A continuación, si nos gusta su temática, podremos seguir durante otros ocho capítulos más. Al finalizar la aventura, nuestros protagonistas habrán alcanzado el nivel 12, desvelando que los entresijos y secretos del obelisco son mucho más de lo que parecen. A fin de cuentas, a nivel 12 uno ya empieza a tener un nombre relativamente importante en el universo de DnD.
Al menos en lo que respecta a fuerza de combate y capacidades, pues se obtiene acceso a un buen puñado de hechizos y habilidades de alto nivel. Por lo tanto, de buenas a primeras, cuando uno saca a la palestra Phandelver y más allá: el obelisco despedazado, termina hablando de una campaña de duración media con un toque muy clásico, pero con varias escenas, ideas y conceptos argumentales que lo acercan a la idea de «horror cósmico» al integrar tramas relacionadas con los azotamentes.
Reseña de Phandelver y más allá: el obelisco despedazado
En lo que respecta a la narrativa, lo cierto es que Phandelver sigue la estructura típica de Dungeons and Dragons. A través de los distintos ganchos que el juego nos propone, acabamos involucrados junto a nuestra party en una aventura que es mucho más grande de lo que parece al principio. Sin desvelar nada muy concreto para evitar cualquier tipo de spoiler, tenemos que adentrarnos en una mina para rescatar a un conocido/contratista que ha sido secuestrado.
Por supuesto, lo que podrían parecer unos goblins o bandidos comunes, al final son algo más, y están involucrados en una trama que escala muy rápidamente. Como es lógico, en determinado momento de la aventura (cuando termina la primera la aventura original de la mina, básicamente) tenemos la opción de retirarnos, pues está claro que el contrato es mucho más complicado de lo que estipula en un comienzo. Si deseamos seguir, podemos hacerlo, y es ahí cuando empieza la segunda parte de la campaña y el verdadero eje de la misma.
En cierto modo, La mina perdida es algo así como un prólogo largo, mientras que El obelisco es quien nos revela todos los secretos reales tras el pueblo de Phandelver y todo lo que ocurre a su alrededor. Es ahí cuando pasamos también de una historia típica a una narrativa también algo tópica, pero que sabe ir un paso más allá gracias al horror al que nos somete. Sin llegar a ser un escenario demasiado grotesco, permite que el terror propio de los azotamentes y otras criaturas bastante siniestras hagan suya cada escena.
Dos aventuras muy entretenidas no tan conectadas como parece
Todo sea dicho, hablamos de una aventura en donde el mazmorreo está a la orden del día. Si bien es cierto que tendremos buenas escenas de rol y unos cuantos personajes interesantes, lo cierto es que hay mucho mazmorreo. Aparte, aunque ambas campañas dicen estar unidas la una a la otra por determinados personajes, no se sienten del todo conectadas en muchos momentos. Tanto es así que hasta podríamos jugar con partys diferentes y no sentir un gran cambio, siendo este uno de sus mayores defectos.
Es más, esta segunda parte se acerca más a lo que vemos en aventuras de Reinos Olvidados, ya que el horror cósmico es quien gobierna la sección de villanos, pero en la primera solo tenemos algún (como mucho) detalle que nos pueda hacer pensar en ellos. Aquí, personalmente, recomiendo mucho a los DM que metan mucho contenido propio para hacer que la trama se sienta más conectada, puesto que falta un puente con más impacto narrativo que el que nos ofrecen.
Pese a ello, no podemos decir que sea una mala aventura, pues no lo es. La estructura es bastante interesante, y es divertida de jugar. Presenta varios misterios con un gancho bastante intenso, por lo que no será raro que nuestros jugadores quieran saber qué está ocurriendo por puro placer. El desarrollo general de la trama es bastante orgánico una vez estamos dentro de la segunda parte y el desafío evoluciona de manera correcta. Es una buena campaña para novatos y jugadores avezados, pues mide muy bien los tiempos.
Mazmorras everywhere
Al final, eso sí, no debemos olvidar el hecho de que es una aventura que le da muchísima importancia a las mazmorras. Estas vertebran casi todo su contenido, por lo que vamos a pasar muchas horas explorando minas, cuevas y lugares normalmente ocultos a la vista. Habrá numerosos combates y nos encontraremos con toda suerte de criaturas, tanto en el exterior como bajo las profundidades del subsuelo. Eso sí, no es especialmente complicada. El reto es interesante y no necesitaréis hacer min-max para cumplir con sus diferentes propuestas.
Si jugáis con algo de cabeza y no tenéis una suerte estúpidamente terrible, podréis superar casi cualquier combate de manera solvente. En general, pues, deja un buen sabor de boca, aunque podría haber funcionado mucho mejor si hubiesen conectado ambas aventuras de manera diferente. Ambas mitades son buenas, y lo cierto es que cumplen con lo esperado, mas considero que tendrían que haber modificado más La mina perdida para que su correlación con El obelisco sea mejor.
Más allá de eso, Phandelver y más allá: el obelisco despedazado es un buen material para casi cualquier amante de Dungeons and Dragons. Explora temas interesantes, agrega villanos atractivos y ofrece una progresión muy notable. Se disfruta como aventura de exploración y mazmorras clásicas bajo el amparo del horror cósmico, por lo que al final me marcho con una sensación positiva. Es divertido de jugar y considero que puede gustar a muchos tipos de jugador.
- Es una campaña entretenida.
- Los enemigos que aparece molan.
- El ritmo narrativo y de mazmorreo es bueno.
- Falta algo de conexión entre las dos aventuras.