Voy a empezar esta reseña de El corazón de las cartas con una declaración de sinceridad: siempre me ha gustado muchísimo Yu-Gi-Oh!, pero nunca he profundizado demasiado en su universo. Consecuentemente, al explorar las entrañas de la franquicia a través del relato de Pablo Fernández-Vega Padilla, lo he hecho desde la perspectiva de un usuario menos avezado de lo que me gustaría reconocer.
A raíz de esto, no puedo sino alabar la labor de documentación ejecutada por el autor bajo el paraguas de mi propio desconocimiento. O lo que es lo mismo, puedo afirmar que lectores menos versados en la materia (como yo) lo disfrutarán muchísimo. A fin de cuentas, desvela no pocos misterios al tiempo en que ofrece su visión subjetiva de la franquicia. Por el lado contrario, soy incapaz de explicaros si las informaciones que ofrece sorprenderán a los fans más acérrimos de la saga.
Infiero que sí, pues gran parte del constructo general de la obra se sustenta en una mezcla de información objetiva y narraciones subjetivas. Así pues, no se erige como una mera enciclopedia, sino que mezcla muy hábilmente este concepto con el de ensayo. A caballo entre ambos, coge lo mejor de un lado y otro, definiéndose con una única palabra: «entretenido».
Por supuesto, este tipo de adjetivos tienen un componente muy personal, pues lo que a mí me ha parecido agradable, para otro podría ser justo lo contrario. En consecuencia, resulta complicado establecer un juicio de valor definitivo por el carácter propio de este. Pese a ello, mis impresiones son las que son y, como tales, señalan que me ha gustado. Así, sin más. Esa es la primera conclusión que os puedo ofrecer.
Reseña de El corazón de las cartas | Yu-Gi-Oh! El duelo que cambió el mundo
Por lo demás, considero que lo ideal es remitirnos a los hechos, siendo este el motivo por el cual es importante destacar el organigrama del libro. Es decir, su estructura. En general, podría deciros que esta es bastante sólida y que funciona de manera muy orgánica. Si bien es cierto que hay algunos epígrafes que pueden hacerse algo más lentos, como el del metajuego y el funcionamiento del juego de cartas como tal, lo cierto es que el resultado final es bastante positivo.
Sea como fuere, es igual de cierto que —más allá de alguna partida casual y una temporada un poco más fuerte de mi parte— nunca he sido tan fan de las cartas físicas como tal. Lo mío eran, principalmente, el manga, el anime y sus muy diversos spin-off. En ese sentido, mi valoración sigue siendo positiva, pues considero que, pese a esto, es capaz de aportar un poco de todo.
Dividido en capítulos, podemos diferenciar entre Contexto; Etimología; Manga; Yu-Gi-Oh! temporada 0; Yu-Gi-Oh! duelo de monstruos; juego de cartas; conclusión; agradecimientos; y referencias documentales. Cada uno tiene sus propias secciones, destacando, esencialmente, el apartado del manga, siendo este al que más énfasis le da. Por desgracia, es en este índice donde detectamos algunos errores menores de corrección, como el «dé y el epoca«de «de su época» que aparece en el índice o la ausencia de tilde en el «que» de «qué tenían los duelos de monstruos». No obstante, más que un error de escritura, parece que las tildes en esos casos se han desplazado.
Una obra de fans para fans
Más allá de estos detalles, y algún fallo sin tanta importancia, lo cierto es que El corazón de las cartas es un trabajo con mucho mimo y cariño. La producción editorial es de gran calidad, como viene siendo costumbre con Héroes de Papel. Esto lo vemos —especialmente— en la impresión y maquetación, así como en la calidad de los materiales. Sin más, sienta bien tanto en las manos como en la estantería. Además, se luce mucho en lo visual, aunque hay algunas secciones (como la del manga) en las que se extrañan más imágenes.
Por desgracia, aquí entiendo que no es cosa del autor ni de la editorial, sino de los duenos de los derechos en Japón. Más concretamente, de los derechos de autor y el copyright; no es el primer, ni será el último, libro que no puede usar imágenes oficiales de un manga porque no han cedido los permisos, solo Cthulhu sabe por qué. Por lo demás, debo decir que El corazón de las cartas tiene mucha alma. Siendo redundante, es puro corazón.
Aunque corro el riesgo de equivocarme, estoy completamente convencido de que Pablo Fernández-Vega Padilla es un fan de la saga en casi todas sus formas. Esa es la impresión que me ha transmitido al leer su texto. De hecho, en ciertos momentos he sentido que El corazón de las cartas era un diálogo entre él y yo, siendo esta una gran virtud. Por suerte, esto es bastante habitual cuando hablamos de Héroes de Papel y sus colaboradores, puesto que no es la primera vez que me he marchado con esta sensación.
Puro corazón
En lo que respecta al escrito en términos generales, puedo deciros que la prosa es fácil de seguir. La redacción es sobria y las ideas están bastante bien ordenadas. Como ya he comentado, algunos epígrafes pueden hacer un poco largos —sobre todo por esa ausencia de imágenes—, pero se lee con gusto. Al menos este ha sido mi caso, pues cada lector es un mundo. En el mío, pues estoy muy contento con lo que me he encontrado.
Personalmente, esta lectura me ha servido para conocer con algo más de calma un universo que siempre me ha gustado, pero al cual no me había lanzado del todo… Hasta ahora. He aprendido más de lo que esperaba mientras me dejaba llevar por la nostalgia. Algo que, en cierto modo, creo que todos compartimos, aunque con cierto pesar. Justo al final, editando el texto tras conocer la noticia, el autor nos recuerda que, por desgracia, Kazuki Takahashi ya no está entre nosotros.
Intentando rescatar a una mujer que se ahogaba, se lanzó al mar, pero quien acabó feneciendo fue él. El autor recuerda este detalle y nos deja un último epígrafe muy personal en el que, en cierto modo, representa el sentir que muchos tuvimos por aquel entonces. No podía imaginar mejor cierre. Ni más triste.
- Es un libro puro corazón. Se nota (o eso pienso) que es de un fan para otro fan.
- La edición es de gran calidad.
- El trabajo de documentación y la exposición de los datos.
- La organización general del texto.
- La elección de los núcleos temáticos y la narrativa.
- Se extrañan algunas imágenes más en ciertos apartados.
- Alguna errata menor en la edición.