Eiichirō Oda se va a tomar 3 semanas de descanso y hay gente que se lo ha tomado a mal. El día 8 de marzo de 2024 se hacía público el fallecimiento de Akira Toriyama a los 68 años, no son buenos días para el manga que llora a uno de los más grandes de todos los tiempos. Esto provoco que el manga de Dragon Ball Super entrara en un hiatus indefinido como era de esperar… menos para una parte de los «fans»(va entre comillas porque dudo que a esta gente le importe un poco siquiera Dragon Ball) que protestaron ante el paréntesis de la serie, demostrando muy poca humanidad.
Toyotaro necesita descansar, necesita aceptar la perdida y cuando sea capaz de volver a trabajar conseguir volcar todo su amor hacia Toriyama para continuar con su obra. No es una tarea fácil, quizá sea algo que no consiga. En la industria del manga ya ha habido varios ejemplos de mangas que sus autores no consiguen terminar como Berserk tras el fallecimiento de Kentaro Miura a los 54 años. El mismo Osamu Tezuka dejo inacabado Phoenix tras morir con 60 años. Y aquí es donde comienza mi reflexión sobre One Piece y Eiichirō Oda.
El descanso de Eiichirō Oda tomado como una mala noticia
Se ha dado a conocer que Eiichirō Oda se va a tomar 3 semanas de descanso y que sumando más descansos habrá 4 capítulos en dos meses. Pues los titulares han sido hablando de «Malas noticias para los fans de One Piece», cuando es todo lo contrario. Recordemos que en 2019 Eiichirō Oda dijo que quería acabar el manga en 5 años. Los que vamos al día con la serie sabemos que finalmente se le fue de las manos. Y todo esto repercute en el mismo Oda incrementando su estrés y su carga de trabajo, que se ve aumentada además con su participación como consejero en el live action producido por Netflix.
Japón tiene unos estándares de trabajo excesivamente alto que cuestan su salud y su vida a muchos trabajadores, como de enferma tiene que estar una sociedad que acuña un término para la muerte por exceso de trabajo: Karoshi. El mismo Oda confeso dormir 3 horas al día debido a sus jornadas laborales y su mujer e hijas lo visitan una vez por semana en su lugar de trabajo. ¿Es esa manera de vivir para alguien?
Pues aún es peor, a sus 49 años y debido a su diabetes y que padece gota, tiene que hacer un seguimiento diario de su presión arterial. Muchos esperamos cada nuevo capítulo de One Piece con ansia, pero lo que realmente queremos es que Oda no se nos muera antes de tiempo y pueda disfrutas de una larga jubilación una vez acabado el manga.
Los artistas no os deben nada
Con cada anuncio de retrasos en capítulos, de series que entran en hiatus o cualquier otra situación que retrase un lanzamiento de este estilo provocan un fenómeno extraño. Todas las redes sociales acaban llenas de mensajes en los que llaman vagos a los artistas, sea cual sea el gremio. Me gustaría pensar que son de gente que no ha trabajado en su vida y que no sabe lo que cuesta sacar adelante un proyecto por más pequeño que sea.
Esto se debe en parte al tiempo gastado con una obra en concreto y One Piece es una obra que requiere tu tiempo. Cuanto más tiempo gastamos en una obra, más nos implicamos en ella, incluso haciendo parte importante de nuestra vida o nuestra personalidad. Pero por mucho que nos impliquemos en una obra, el autor no nos debe nada. Eiichirō Oda no está obligado a terminar One Piece, George R. R. Martin no tiene por qué terminar Juego de Tronos. Esto nos tiene que entrar en la cabeza.
Hay muchas series que se van a quedar sin terminar, yo mismo tengo en mi estantería todos los tomos editados en España de D.Gray Man y de Hunter X Hunter y soy consciente de que es muy posible que no llegue a ver el final de estas dos series, aunque parece que Yoshihiro Togashi está volviendo a trabajar en esta última. Que una serie no termine no influye en su calidad.
Una última reflexión
Me acuerdo como si fuera ayer cuando me levantaba para ver una serie nueva sobre un pirata que se estiraba mientras peleaba con un payaso y con un señor con unas garras largas. Tenía 15 años. Y ya han pasado unos cuantos, tantos que ya disfruto de One Piece con mi hijo y no me hago a la idea de lo que va a ser poder llegar a ver el final de la serie con él. Pero para eso hace falta que tanto Eiichirō Oda como todos los implicados se tomen las cosas con más calma. No hay prisa. Todos tenemos que aprender a disfrutar de aquello que se nos da sin forzar a nadie a perder su salud por traernos un poquito más de contenido.