No hay absolutamente nadie que se escape a la adicción de su serie favorita, de los momentos de tensión que esta provoca, y a la intriga de la misma. Hoy os traigo todas las fases por las que pasamos cuando estamos en esa situación.
Interés
Has oído que es una gran serie pero realmente no sabes qué esperar y te acercas con más curiosidad que otra cosa.
Fascinación
Tras varios capítulos estás enganchado a la serie y esperas con ansia cada nuevo episodio.
Aislamiento
Sin saber cómo te descubres a ti mismo anulando planes para quedarte en casa y dedicar todo tu tiempo libre a ver la serie.
Rabia
Justo cuando creías compartir una extraña conexión con la serie, los guionistas matan a tu personaje favorito y juras que nunca más la verás.
Aceptación
Descubres con asombro que, no importa qué ocurra en la serie o incluso en el mundo real, eres incapaz de dejar de verla.
Euforia
Algo maravilloso ocurre en la serie y de nuevo recuperas la ilusión por la ficción.
Obsesión
La serie se ha convertido en tu único tema de conversación y objeto de divertimento.
Paranoia
El temor a que la serie acabe te atormenta cada noche.
Desolación
El último episodio de la ficción se aproxima y te preguntas qué será de tu vida.
Optimismo
Tras semanas escribiendo cartas a la productora para pedirles que retomen la serie, aceptas que no volverá y te preparas para comenzar una nueva ficción.
Fotogramas publicó con anterioridad este artículo.