Cuando me enteré de que iban a sacar un party-game deportivo protagonizado por el Demonio de Tasmania, el Pato Lucas, Lola Bunny y compañía, decidí en cuestión de instantes que quería —al menos— probarlo. Fruto de ese impulso nace este análisis de Looney Tunes Wacky World of Sports, lo nuevo de Bamtang Games. A quienes gustan de los juegos basados en series infantiles, ficciones televisivas y similares, seguramente les suene, pues son los responsables de otros juegos tales como Nickelodeon Kart Racers o DreamWorks All-Star.
Quienes ya hayáis probado alguno de estos títulos, seguramente os podáis hacer una idea aproximada de lo que os espera. No obstante, de base, Looney Tunes Wacky World of Sports es una experiencia más simple que la de estos otros trabajos. Y es que, aunque en la práctica apuestan por una mayor diversidad, lo cierto es que cuatro deportes se antojan como demasiado pocos. Siendo realista, esta es —probablemente— la mayor pega de un juego que podría haber aspirado a un poco más. Esa y que no dispone de modalidades online.
Siendo realistas, es una condición que seguramente se explique por sus características, y es que se entiende más como un juego familiar y para los más jóvenes de casa que una obra para usuarios más adultos. Al menos esa es la sensación que me ha generado, puesto que en este último ámbito se puede sentir algo más parca. De hecho, le pedí a mi sobrino pequeño que lo probase, para hacerme una idea, y la verdad es que él se divirtió bastante.
Análisis de Looney Tunes Wacky World of Sports
Es por esto mismo que creo que es necesario ofrecer un foco realista respecto al público objetivo de este título, o al menos esas son mis impresiones. Todo sea dicho, ¿qué es lo que nos ofrece el juego? Pues la verdad es que una de cal y otra de arena. Los cuatro deportes presentes en Looney Tunes Wacky World of Sports son tenis, fútbol, golf y baloncesto. Sin duda alguna, el primero es el que mejor se siente de todos, seguido del fútbol, y así progresivamente.
El primero es bastante divertido, y es que es el que mejor se ajusta a la cámara y la jugabilidad del juego. Pudiendo elegir entre tres tipos distintos de golpe, mecánicamente es bastante sencillo, pero funciona. Sobre todo cuando le agregas a la ecuación el jugar con tu sobrino (este ha sido mi caso) al tiempo en que caen distintos obstáculos Acme a la pista. La sensación es positiva y el control de los personajes y los tipos de golpe no están nada mal diseñados.
El fútbol sigue ese camino, aunque con algo más de caos. Cuesta pillarle el punto, pero en su desenfreno hay una nota positiva y un buen regusto. Siendo parco, también logra ser entretenido gracias a la ausencia de las faltas y su alocada premisa. El golf podría haber funcionado mejor de haber apostado por una jugabilidad más desarrollada, mientras que el baloncesto flojea por culpa de una cámara que nos impide entender del todo bien que pasa en cada lado de la pista.
Un party-game para los más peques
Lo malo es que, en realidad, sentí que lo había visto todo demasiado rápido, y es que más deportes le habrían sentado muy, pero que muy, bien. En lo que respecta al esquema general, recuerda a otros juegos (como los de la saga Mario) en los que cada personaje —aquí tenemos nueve— tiene sus propios atributos de fuerza, inteligencia y habilidad. Estos valores afectan a su rendimiento en cada deporte, y la verdad es que sí que se sienten únicos a su manera. Su gameplay, aunque similar, sí que ofrece variaciones reales, lo cual es un detalle positivo.
En cierto modo, es un juego que ofrece claroscuros. Mientras que el tenis brilla por su calidad, y el fútbol sorprende por ser algo así como una versión simplificada de Mario Strikers, el golf y el baloncesto decepcionan por su falta de pulido. Y es una lástima, la verdad, porque creo que de haber ampliado el repertorio de juegos y haber agregado un buen online, tendríamos algo bastante más interesante a nivel general.
Sin embargo, tal y como ya he comentado, debemos entender al público que está dirigido, y considero que han apostado por algo más simple debido a que está orientado a un público más joven. Desde esa perspectiva, algunas de las quejas o dificultades que yo he podido enfrentar son menos importantes, tal y como ya pude ver al encontrar a mi sobrino riéndose durante un buen rato.
Eso es todo, amigos
Intentando ser menos estrictos bajo esa misma premisa, creo poder afirmar sin miedo a equivocarme que es un juego interesante si lo quieres expresar desde una perspectiva más familiar. Al ser tan sencillo, se acerca a todas las edades, convirtiéndose en una buena manea de que nietos y abuelos, por ejemplo, compartan su tiempo libre en el mundo de los videojuegos. Con esto en mente, y teniendo en cuenta que esta parece haber sido la idea que ha perseguido el estudio, puedo decir que no está nada mal y que, inclusive, nos puede dar varias horas de diversión. Tiene su aquel y, en realidad, la esencia es puro Looney Tunes. Si os interesa, el juego dispone de versión física para Nintendo Switch y PS5, siendo esta primera en la que considero que más puntos ganas. Cuando sumas la portabilidad a la ecuación, lo cierto es que es un título interesante para compartir un ratito con tus colegas.
- El fútbol.
- El tenis.
- Es pura esencia Looney Toons.
- Las diferencias entre personajes.
- La ausencia de un modo online.
- La falta de más deportes.