Visualmente, Inside es una obra maestra. Su manejo de la iluminación y la fotografía complementa perfectamente todo lo que hace Burnham. Las transiciones son fluidas y es… Es perfecta. Todo lo que se le puede pedir a una película hecha durante uno de los eventos más traumáticos para occidente en las últimas décadas.
Un comienzo… de aquella manera
Conocí a Bo Burnham poco antes de que decidiese retirarse de la comedia en vivo en 2016. Dos años antes, más o menos. Sin embargo, después de ver su especial, me siento algo más cercano a él. Siempre ha cabalgado la fina línea entre edgelord y alguien interesado en mejorar el mundo (con su comedia). Sus vídeos y monólogos siempre pasan del humor de un quinceañero descubriéndose a sí mismo en —suspiro— 4chan y el de un socialista haciendo el capullo en Twitter. Él mismo es consciente de ello y lo dice abiertamente en un momento dado.
Ah, por cierto, lo del socialismo no es una exageración. No solo parafrasea una de las frases socialistas-anarquistas por antonomasia: «de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades». A través del único otro personaje del especial (Socko) hace una deconstrucción de cómo funciona el capitalismo en la opinión de muchos socialistas de salón. Es más, Burnham nunca ha sido conocido por su sutileza. No obstante, este especial, quizás porque es algo personal, resulta algo más brutal que otro material suyo. Ahora bien, no soy un experto en el cómico, pero sí alguien que le ha escuchado con bastante asiduidad.
Así pues, verle volver a lo que le caracterizaba, a lo que le catapultó a la fama, resulta refrescante. Es cierto que, en algún momento, el especial pierde fuerza. Pero Burnham, maestro editor, sabe exactamente cuándo pasa y pregunta al público, abiertamente, si está mirando el móvil. Porque sabe que es complicado mantener la atención del público y es consciente de que la gente está enganchada a sus teléfonos. De ahí que estructure todo en una serie de cortos. Lo hace para mantener la atención de toda persona que cometa la imprudencia de ver el especial. También, todo sea dicho, porque es su estilo.
El especial
Hace unos cinco años, Burnham empezó a tener ataques de ansiedad al actuar en directo. Así pues, decidió que iba a dejar de hacerlos. Como dice en Inside, en 2020, por primera vez en años, quiso hacer un especial. Como todo el mundo sabe, en 2020 el mundo se fue a lo que coloquialmente se llama la mierda. Eso, sin embargo, no impidió que él hiciese su especial. Como humorista, su deber es ayudar al mundo con sus chistes. Si tu casa está en llamas, no te preocupes, él te llamará para contarte un chiste. Explica muy claramente que él es una fusión entre Malcolm X y Weird Al. La verdad es que sí que tiene una voz parecida a Weird Al. En cualquier caso, el humor es lo que nos hace falta ahora, él lo sabe mejor que nadie. Después de todo, hay que escuchar a los hombres blancos.
¿Cómo se hizo?
Burnham grabó este especial a solas. No sabéis lo increíblemente admirable que es eso. Solo conseguir sus encuadres —no hablemos ya de su edición y juegos de luces— podría llevarle horas. Grabar algo de manera competente con la ayuda de una persona es complicado de por sí. Hacerlo solo es virtualmente imposible. Todo resulta más impresionante todavía sabiendo que… que está solo. Porque una cosa es hacer algo por tu cuenta y otra cosa es hacerlo a solas.
Volvamos al especial
Como todo lo que ha hecho Burnham antes, hay una saludable dosis de cinismo. Por ejemplo, White woman’s Instagram me pareció una vuelta al viejo Bo, aunque sí que tiene un giro de cariño dentro que lo potencia bastante. Quizás ese número estaba ahí por obligación al Bo que una vez fue; ese chaval edgy que conquistó el corazón de todos los niños (sí, niños) edgy del momento. Su público eran colegas emporrados en salones tirando vídeos desde un ordenador desvencijado. Desde el principio, todas y cada una de sus canciones y chistes y programas han ido de algo. Inside no es una excepción.
Algunas tienen como objetivo blancos mucho más claros, como el capitalismo “amable”, mientras que otras se enfrentan a algo mucho más difuso. Por ejemplo, internet y lo que nos ofrece (un poco de todo todo el rato). Y, desde luego, si alguien puede hablar de lo que internet le puede hacer a una persona, ofreciéndole todo a la vez todo el rato, es él: uno de los niños de internet. Bueno, no solo uno de ellos, sino uno de aquellos que, desde el comienzo, se dedicó a criticar todo aquello que rodeaba su carrera y el mundo musical/humorístico en el que creció y evolucionó.
Por supuesto, toda crítica que hace a través de su plataforma es automáticamente recuperada; la tragedia de la popularidad masiva, supongo. Aun con todo, la crítica sigue ahí. Sí, podemos decir que dicho ataque hecho desde una posición de privilegio debiera ser inmediatamente desechada. No obstante, dicho enfoque me parece fundamentalmente miope, si no, incluso, deshonesto. Por ejemplo, Neil Gaiman ha criticado alguna vez cómo funciona el mundo editorial anglosajón. ¿Debiéramos ignorarle por ser un escritor publicado? No. Precisamente porque sabe cómo funciona habría que escucharle. Por eso los incesantes ataques de Burnham contra… su propia generación, básicamente, son punzantes.
Todo el mundo sabe lo terrible que es estar a solas
Burnham montó todo a solas. Imagino que ha estado viendo a más gente a lo largo del proceso. No ha podido dedicarse sistemáticamente a enseñarnos su interior durante un año. Por otro lado, sí, es posible que haya alargado artificialmente el proceso para darse a sí mismo algo que hacer para evitar tener que enfrentarse a una realidad en la que parece no sentirse entendido. Esa realidad en la que parece que, cada vez que sale a escena, está solo ante el peligro. No conozco el proceso creativo de Burnham y no sé si conocerlo sería algo bueno. Quizás resulte más agradable imaginar que es como el mío. Como el que nos muestra en la película, rodeado de un desastre de material de referencia y objetos y “juguetes”.
Outside
El especial termina (¿spoilers?) con Burnham, por fin, tras años sin pisar un escenario, saliendo de su casa mientras el mundo le mira y se ríe. El plano se queda ahí, con Bo asustado en la puerta de su casa, sin poder volver al interior. Después de exponerse, ¿qué le queda que no sea volver al exterior? Pero bueno, no tengo ni idea de nada, así que quiero que sepáis que os quiero.