
La industria del videojuego no siempre necesita creativos que innoven en todos y cada uno de los apartados de su obra. A veces, simple y llanamente, queremos algo que tome lo mejor de una fórmula ya conocida y le dé una o dos vueltas para hacer algo propio. Hasta cierto punto, esto es lo que ha hecho Metal Eden, un juego anunciado recientemente en el State of Play y del que hoy os traemos una preview tras tener acceso a él durante unos días.
Las sensaciones han sido mayormente positivas, aunque resulta complicado que no lo sean cuando tu referente es DOOM. Así es, el equipo de Reikon Games se ha inspirado —o al menos esa es la sensación que tengo— en la legendaria obra de id Software. ¡Ojo: inspirado, que no copiado! Es muy importante establecer esta diferencia y dejar claro que el estudio ha demostrado tener personalidad propia.
Sin ella, no podríamos hablar de un juego interesante. Ahora bien, debéis tener en cuenta que solo hemos probado los primeros niveles del juego, por lo que estas son nuestras primeras impresiones, más que otra cosa. Es una preview en la que exploramos su base y poco más. De momento, eso sí, nos ha bastado para querer más. Nos ha dejado con ganas de ver hasta dónde puede llegar.
El día que DOOM se vistió de androide nació algo tan divertido como Metal Eden; preview del juego

Dicho esto, las reminiscencias con DOOM se construyen alrededor de su gameplay: es muy frenético y no da descanso alguno a los jugadores. La idea es no dejar de moverse en ningún momento, ya sea mientras corremos por las paredes para saltar a una plataforma, activamos brevemente el jetpack o cargamos al frente como una bestia desatada.
Lo cierto es que no se complica demasiado, pero intenta pulir sus mecánicas lo mejor posible. En otras palabras: la variedad no es muy alta, pero gracias a ello —al menos de buenas a primeras— ofrece una experiencia relativamente precisa dentro de lo que cabe. Recordemos que esto es poco más que una preview de sus primeros niveles y que el juego todavía tiene recorrido por delante.
La idea es no detenerse mientras abrimos fuego contra todo lo que se cruza en nuestro camino. Lo hace a través de una estética muy sci-fi, donde cada escenario parece sacado del laboratorio de una megacorporación malvada cuyo único objetivo es destruir el mundo. Tampoco es que me aleje demasiado, porque la trama se desarrolla en un mundo apocalíptico donde las máquinas tienen el control.
A tiros contra el universo

En Metal Eden te conviertes en una hiperunidad, un arma de guerra con voluntad propia, forjada para el combate y la infiltración. Tu misión te lleva a Moebius, una colosal ciudad orbital que alguna vez fue el último refugio de la humanidad, pero que ahora yace como una tumba mecánica.
Algo ha salido mal: sus habitantes han sido reducidos a meros datos encerrados en núcleos de energía, prisioneros de una red cibernética impenetrable. Rescatar esas conciencias significa desatar una guerra contra el cuerpo de defensa interno, una legión de máquinas que patrullan la ciudad como un organismo vivo, diseñado para erradicar cualquier anomalía… como tú.
A través de corredores y abismos, la batalla se convierte en un juego de velocidad y precisión. Cada salto es un respiro, cada impacto una elección entre la supervivencia y el sacrificio. Los ingenieros, creadores y carceleros de este mundo artificial, custodian la verdad detrás del Proyecto Edén, el misterio que sostiene el letargo de Moebius.
Bajo la ciudad, en las entrañas ardientes de Vulcan, aguardan respuestas y peligros aún mayores. Para sobrevivir, deberás dominar tu agilidad extrema, adaptarte al flujo del combate y convertirte en una fuerza imparable. Pero al final del camino, una pregunta persiste: ¿qué significa realmente salvar a la humanidad cuando ya no queda nada humano?
Y sé que esto es cosa mía, pero esta dinámica de un androide enfrentándose a hordas y hordas de robots me ha recordado, de una manera muy extraña, a Portal. Seguramente sea por el diseño de niveles más que por otra cosa, porque en realidad no tienen mucho que ver, pero me ha hecho pensar en él.
Una androide, mucha acción y un buen futuro por delante

Sea como fuere, lo que verdaderamente importa es que en Metal Eden tendremos que enfrentarnos a un ejército de robots con muy mala leche. Lo curioso es que ellos casi siempre vendrán a golpearnos cuerpo a cuerpo, pero nosotros somos más de plata y plomo.
Esto queda claro desde el principio, pues prácticamente no tendremos mecánicas de combate cuerpo a cuerpo. Todo se resume en barras de vida, barras de armadura y disparos. Muchos disparos. No sé si esto cambiará en el futuro o si desbloquearemos habilidades de combate cuerpo a cuerpo, pero, de buenas a primeras, no hay gran cosa.
El caso es que la premisa está clara: es un shooter en primera persona con ambientación sci-fi en el que el objetivo es atravesar escenarios a toda velocidad, abriendo fuego contra todo lo que se mueva sin dejar de moverse un solo segundo.
Es por esto que recuerda bastante a DOOM, pero reducirlo solo a eso sería injusto para sus creadores. Aunque han tomado la fórmula como referencia, considero que su obra tiene bastante personalidad. De momento, les auguro un buen futuro, pero eso solo el tiempo lo dirá.