¡Seguimos con el folclore japonés!
¡Hola, muy buenas! Recientemente, os hablé de algunos elementos referentes al folclore japonés y su relación con el anime y el manga. Por otro lado, en Halloween, destaqué a algunos de los yōkai más representativos. Hoy, sin embargo, me gustaría centrarme en algunas de las leyendas y mitos más importantes de la cultura nipona. Estas, de una forma u otra, han terminado influenciando a diversos animes y mangas. Ciertamente, decir que divinidades tales Susanō, Tsukuyomi o Amaterasu son parte de su folclore es… cuestionable, en cierto modo. Realmente, el término folclore puede interpretarse desde perspectivas varias y muy diferentes. Hoy, por lo tanto, he decidido adoptar una interpretación más amplia para así poder abarcar una mayor gama de elementos.
Mitología y el folclore japonés
Sin lugar a dudas, la mitología japonesa es una de las más complejas y extensas que uno se puede encontrar. Alberga, en su haber, diversas referencias. Por ejemplo, en referencia al panteón sintoísta se pueden encontrar más de 8.000.000 de kami («dioses» o «espíritus»). Por otro lado, también se pueden encontrar referencias de otras culturas, como la china. El budismo, análogamente, también tiene mucho que decir respecto al tema. Referencias procedentes de la mitología egipcia, nórdica e, incluso, griega —probablemente— también han llegado a influenciar a la mitología japonesa; sin embargo, son realmente complicadas de diferenciar.
De hecho, sería realmente sencillo dedicar un artículo a los diversos orígenes de la mitología japonesa. Esta, empero, no es mi intención. Mi objetivo, en este sentido, es ligar algunos elementos a los que podríamos denominar como folclóricos (mitos, creencias, etc.) al anime y el manga. Comenzaré por los que son, sin lugar a dudas, los más famosos y conocidos dentro de este nuestro querido mundo: Susanō, Tsukuyomi y Amaterasu.
Susanō (Susanowo)
Dentro del sintoísmo, es considerado como el dios del mar o las tormentas y las batallas. Está estrechamente relacionado con Amaterasu y Tsukuyomi, pues son hermanos. En el artículo anterior os hable de Yamata no Orochi, ¿recordáis? Bien, pues en diversos escritos se narra de como Susanō engañó a la serpiente, la emborrachó y, finalmente, la asesinó. En el proceso, obtuvo la espada Kusanagi, ¿os suena de algo?
Ciertamente, el origen de Susanō recuerda a la mitología griega. Este nació de la nariz de su padre, Izanagi, recordando al hecho de que algunos de los hijos de Zeus nacieron de su propio cuerpo. Análogamente, muy destacado es su destierro: Inazagi, al repartir su reino entre sus hijos, le otorgó a Susanō el mar, el rayo y la tierra. Amaterasu recibió el Sol y el cielo, y Tsukuyomi la Luna y la noche. Susanō, sin embargo, no quedó conforme; el dios del mar se enfrentó a su hermana, Amaterasu, en un duelo. De hecho, para evitar ser herido, la desafió a crear nuevos dioses menores. La resolución del duelo, empero, enfureció a Susanō, que malogró las acciones de su hermana; se dejó llevar por la ira. Como consecuencia, fue desterrado.
En el anime y el manga
Susanō y Kusanagi son, sin lugar a dudas, dos de los mitos más empleados en el anime y el manga. Naruto, tal y como sucedía con los animales, es uno de los más destacados en este terreno. Susanowo también hace acto de presencia en Akame ga Kill! (Susanoo) o Mobile Suit Gundam 00 (GNX-Y901TW Susanowo). Kusanagi, por su lado, es el segundo nombre de numerosos personajes (Mamoru Kusanagi, de Blue Seed; Motoko Kusanagi, de Ghost in the Shell) y aparece como espada en otras tantas series (Naruto, Ikkitousen).
También ha sido empleado, en numerosas ocasiones, en el mundo del videojuego y la literatura.
Amaterasu
Amaterasu o, más bien, Amaterasu Ō-Mikami es una divinidad sintoísta. Es la diosa del Sol y el cielo, y se cuenta que es antepasada de la Familia Imperial de Japón. Al igual que Susanō, Amatersau nació de una parte de su padre. En este caso, empero, su origen queda ligado al ojo izquierdo de Izanagi. De hecho, es una de las divinidades sintoístas de mayor importancia, pues se considera que es el origen de la luz.
La historia más conocida de Amaterasu queda ligada al enfrentamiento con su hermano. La diosa, asustada por las acciones de Susanō, se escondió en una cueva; el mundo quedó sumido en la oscuridad hasta que lograron que saliera. El motivo por el cual se asustó —otras fuentes indican que, en realidad, se enfadó, y de ahí su marcha— fue por la muerte de su caballo, asesinado por Susanō. Lograron que saliese de su escondite empleando dos de los tres objetos que hoy componen los Tres tesoros imperiales de Japón. Análogamente, en el proceso los dioses simularon celebrar una fiesta. Por otro lado, una de las leyendas más famosas de Japón es la relación de la diosa con la Familia Imperial. Asimismo, Amatersau carece de iconografía propia. De hecho, es por ello que queda ligada al espejo (tesoro imperial) Yata no Kagami.
En el anime y el manga
Al igual que ligamos Kusanagi a Susanō, también podríamos hacerlo con Amaterasu. La diosa, tras la ofensa de su hermano, recibió como regalo el acero que el dios del mar obtuvo de Yamata no Orochi. La figura de Amaterasu Ō-Mikami queda, nuevamente, resalta por uno de los animes más destacados en tema de folclore: Naruto. Ciertamente, la obra de Kishimoto es especialmente prominente por abarcar tantos aspectos de la tradición japonesa sin ser una serie dedicada, realmente, a la misma. Una de las referencias más destacadas, pese a no ser de anime o manga, es la del videojuego Ōkami, pues narra las aventuras de la susodicha diosa. Podemos destacar, por otro lado, la presencia de personajes que comparten nombre con la diosa: Izumo: Takeki Tsurugi no Senki, Nekogami Yaoyorozu o 666 Satan (Amaterasu Miko), por ejemplo.
Tesoros Imperiales de Japón: la espada, la joya y el espejo
Breve mención merecen estos tres, pues forman parte de una tradición especialmente importante en Japón. Estos tres tesoros son: la espada Kusanagi, el collar de joyas Yasakani no Magatama y el espejo Yata no Kagami. Están muy relacionados con Susanō y su enfrentamiento con Amaterasu. Esta, tras el enfrentamiento, se asustó tanto que se escondió del mundo. De esta forma, el planeta se quedó sin luz, pues a esta le pertenecían el Sol y el cielo. Susanō, para pedirle perdón, le entregó su espada. Ama no Uzume, por otro lado, fue la responsable que de Amateratsu saliese de la cueva en la que se escondió usando, en el proceso, el espejo y las joyas.
Este mito está presente en un gran número de series de anime y manga. Yu Yu Hakusho, Detective Conan o Sailor Moon (algunos de los talismanes empleados derivan de los tesoros imperiales) son, tan solo, algunos de los posibles ejemplos.
Tsukuyomi
Tsukuyomi es, probablemente, quien menos ha trascendido en en el anime y el manga. El dios de la Luna y la noche es hijo de Izanagi, y hermano de Susanō y Amaterasu. Su origen está estrechamente ligado a Amaterasu pues, mientras que ella surgió del ojo izquierdo de Izanagi, él lo hizo del derecho. Otras leyendas colocan su origen en un espejo que Izanagi sostuvo, pero el origen más aceptado es el mencionado anteriormente.
Tsukuyomi convivió tranquilamente con el resto de los dioses hasta que, un día, asesinó a Uke Mochi, la diosa de la comida. El dios de la Luna era un ser colérico y agresivo, y esto no hizo más que reafirmar su carácter. En consecuencia, Amaterasu juró que jamás volvería a ver a su hermano, pues se negaba a perdonarle. De hecho, esta es una explicación de por qué el Sol y la Luna nunca se encuentran: Amaterasu siempre elude a Tsukuyomi, quien trata de volver a ver a su hermana. El problema de esta historia es que, en no pocas ocasiones, ha sido ligada a Susanō; el mito de la muerte de Uke Mochi —y otras tantas relacionadas hasta cierto punto— ha sido protagonizado por ambos. Ciertamente, es necesario resaltar la existencia de diversas coincidencias entre ambos dioses, y la existencia de versiones varias de un —hipotético— único mito. El resultado, en todo caso, desembocaba en la ira y el enfado de Amaterasu.
En el anime y el manga
Tsukuyomi es, probablemente, quien menos referencias posee en el anime y el manga. Es cierto, sin embargo, que los tres dioses sintoístas han sido representados y homenajeados en multitud de series. Al tratarse de folclore extranjero —en mi caso— resulta algo complejo destacar determinadas referencias. Asimismo, podría citar numerosos guiños hechos no solo a Tsukuyomi, sino a los tres hermanos, mas seria una tarea ardo complicada y extensa. Mi objetivo, en estos artículos, ha sido el de trazar un esbozo sencillo y ligero, pues no era mi intención el crear un documento denso, largo y, en resumidas cuentas, aburrido. Me he centrado, principalmente, en las referencias más claras y destacas. Tsukuyomi, en ese aspecto, es quien se ve más desfavorecido.
Sin embargo, Naruto vuelve a hacer acto de presencia, y creo que las referencias son más que claras. Podríamos destacar, por otro lado, animes que han decidido importar el nombre de la deidad a su título. Por ejemplo: Tsukuyomi: Moon Phase. Existen, por otro lado, series manga cuyo título es, simplemente, Tsukuyomi. Akatsuki, serie por la cual siento una especial predilección, es una de las pocas series relativamente conocidas que podría destacar en un sentido menos directo. Esta serie, que centra gran parte de sus esfuerzos en el folclore, hace numerosas referencias a estos tres dioses, y a otros tantos, no solo mediante menciones directas, sino en base a referencias históricas y simbólicas. La Luna, en este aspecto, es quien juega uno de los papeles más importantes.
Fin de la segunda parte
Me gustaría terminar destacando la figura de Izanami e Inazagi, estrechamente relacionados con el mito de la creación y fuertemente representados en el anime y el manga (Naruto, Shaman King, Evangelion, Magi, Monster Strike…). Ambas deidades han sido ampliamente representadas en ambos formatos, mas he creído más adecuado hablar de los tres anteriores por su mayor… fama, por así decirlo. Ciertamente, Izanami e Inazagi han gozado, en realidad, de una mayor importancia, pues su presencia, aunque sea en nombre, es una característica muy destacada de un gran número de series de animación. Estamos hablando, probablemente, de las dos figuras más importantes del sintoísmo, por lo que no es extraño que su presencia sea tan destacada.