El pasado viernes 25 llegó a nuestras pantallas El silencio de la ciudad blanca, la nueva cinta de Daniel Calparsoro. Nosotros ya la hemos visto y en esta entrada te dejamos nuestras impresiones.
El silencio de la ciudad blanca; a medio gas
Reincidencia. Es la palabra que define a los asesinos en serie, su capacidad de cometer una y otra vez actos atroces. De hecho, en reiteradas ocasiones, sólo actúan guiados por patrones, por pequeñas directrices que transforman lo abstracto en algo mucho más personal. El perfil del psicokiller es un rol de difícil estudio.
Casi parece mentira que Daniel Calparsoro haya sido quien esté detrás de El silencio de la ciudad blanca (2019). El que fuera director de la notable -y altamente absorbente- Cien años de perdón (Daniel Calparsoro, 2016) repite aquí con un thriller mucho menos estimulante a la par que estéril.
Precisamente es su falta de garra lo que hace de la cinta un thriller con buenas intenciones pero con una pésima ejecución. Puede además que esas buenas intenciones vengan únicamente relacionadas con el material de la novela creada por Eva García y no por la (inexistente) lucidez para traerlo a la gran pantalla.
Un thriller falto de tensión
Si hay algo que no soporto de un thriller es que no sepa transmitir tensión. Este es un film que revela demasiado pronto todas sus cartas, perdiendo interés desde el principio y que trata de recuperarlo a medida que avanza la trama a través de fallidos golpes de efecto. Una auténtica lástima pues, como digo, el material de base -aunque desconocido para mí- apuntaba maneras.
Puede que otro de los grandes problemas de El silencio de la ciudad blanca (Daniel Calparsoro, 2019) sea su alarmante falta de empaque. Todo lo que se muestra en pantalla se siente forzado; desde los supuestos momentos de tensión con distintos planteamientos habituales en el género (persecuciones, los escenarios del crimen, etc.) hasta las poco acertadas interpretaciones.
Y es que aunque Calparsoro se ha rodeado de algunos de los grandes rostros de la industria nacional (Javier Rey, Belén Cuesta, Aura Garrido, Pedro Casablanc y tantos otros), las relaciones entre personajes son absolutamente infructuosas. Desde luego los intérpretes no deberían recordar esta cinta con especial cariño.
Veredicto
El silencio de la ciudad blanca es un thriller desangelado. Incapaz de crear un producto sólido, Calparsoro construye un relato donde la historia es tan poco solvente como lo es su capacidad para crear tensión. Una película con buenas intenciones pero que sucumbe ante su inoperancia emocional.
