Seguramente la mayoría tenemos uno o varios videojuegos que han marcado nuestra vida y han afianzado nuestro amor por esta industria. Si Terranigma es aquel que en la niñez me llevó a un viaje épico e impensable para un crío de apenas 8 años, Persona 4 Golden es el título que rompió mis esquemas y me marcó como ser humano en mi edad adulta.
Si bien es cierto que conocía la saga de oídas, nunca me había metido en ella y, cuando lo hice, reconozco que fue un poquito a ciegas, sin saber muy bien que me iba a encontrar. La verdad, echando la vista atrás, agradezco mucho haber tenido la suerte de descubrir Persona 4 Golden de esta forma, porque su historia, sus personajes, la forma en la que plasma la importancia de “los vínculos sociales” en nuestra vida y un sinfín de cosas más, despertaron algo muy bonito dentro de mí.
Puede que os parezca que me estoy poniendo muy intenso y que esto no habla demasiado del juego en sí, pero nada más lejos de la realidad. Esta es la primera y mayor virtud que os puedo contar de Persona 4 Golden: porque toca temas muy íntimos y porque se centra mucho en lo personal, tiene un magnetismo y una identidad únicas que su secuela, siendo mucho mejor videojuego, no consigue transmitir.
Análisis de Persona 4 Golden | Resolviendo asesinatos y haciendo amigos, ahora en nuestro idioma
Me siento profundamente feliz de escribir este análisis y de saber que, mucha gente que en su momento no se atrevió a disfrutar de esta maravilla por la barrera del idioma, va a poder conocer las aventuras del equipo de investigación de Inaba. Como todas las entregas de la saga, Persona 4 Golden cuenta con una trama principal que se va desarrollando de forma lineal, pero que toca muchos otros temas por el camino.
Ya que muchos y muchas posiblemente os metáis aquí tras haber pasado por Persona 5, es posible que os llame la atención el cambio en el tono de su narrativa. En la aventura de los Ladrones Fantasma, todo es muy “cool”. Por supuesto se tocan temas delicados, pero en la cuarta entrega, hablamos de que a los 30 minutos de juego una persona aparece asesinada colgada boca abajo de un poste.
Esto ya nos coloca en un contexto muy turbio desde el comienzo y además, muy interesante. Los misteriosos sucesos que ocurren en la zona rural de Inaba son llevados con maestría, manteniéndonos enganchados a los mandos y con la constante pregunta que nos hacemos ante cualquier slasher, ¿quién será el asesino?
Un videojuego que nos lleva a la reflexión y a enfrentarnos al peor enemigo: nosotros mismos.
Aunque donde realmente brilla Persona 4 Golden es en el tratamiento de sus personajes, en el mensaje que subyace detrás de cada enfrentamiento final, en como nos pone frente a un espejo, como nos invita a aceptarnos a nosotros mismos. Se trata de un ejercicio maravilloso, capaz de remover cosas en nuestras entrañas y donde, seguramente, la mayoría encontremos algún punto en el que sentirnos muy identificados. Este es de lejos, el aspecto más potente de esta entrega y ahora, gracias a la perfecta traducción al castellano con la que llega el título, no hay excusas para jugarlo.
Una remasterización correcta donde el paso de los años se nota, pero aguanta
Lo diré claramente: sí, Persona 4 Golden aguanta el paso de los años. Obviamente haber disfrutado de las aventuras de Joker le pasa factura. No puedo negar que he echado de menos la fluidez de los combates e interfaz de la quinta entrega, sus mazmorras o la soberbia voz de Lyn acompañándome en cada combate. Aún así, esta entrega aguanta el tipo, en parte gracias a que la estructura jugable de la saga en las secciones de vida cotidiana no envejecen tanto.
No es posible decir lo mismo de las mazmorras. Aquí nos encontramos con una estructura mucho más arcaica de dungeon crawler, en la que tendremos que ir avanzando plantas que cambian de forma aleatoria cada vez que pasamos por ellas. Eso sí, el combate sigue funcionando igual de bien, requiriendo un buen uso de la habitación de terciopelo para fusionar nuestras personas y sacando así el máximo provecho de sus fortalezas y debilidades.
Mejoras de resolución, fotogramas por segundo y…poco más.
Esta remasterización llega a resoluciones de hasta 4k (al menos en Series X, donde lo hemos jugado), aunque al ser un juego de 2012, tampoco es que sea tan importante, y 60 fotogramas por segundo. Esto último sí que siempre es de agradecer, aportando mucha más fluidez a la hora de movernos por la ciudad o las mazmorras.
El resto de aspectos no se han tocado demasiado, más allá de añadir una función de guardado rápido, no esperéis mucho más de esta versión que no estuviera en la original. No es que le haga falta en realidad, pero tampoco hubiese estado de más sustituir alguna melodía con versiones extendidas que se publicaron después del lanzamiento original, como “Reach out to the truth” por ejemplo.
Análisis de Persona 4 Golden: conclusiones
Persona 4 Golden es una obra única, con una personalidad (sí, juego de palabras) que no consiguen tener muchos videojuegos, ni siquiera dentro de la propia franquicia. Es un título que sabe tocar temas con los que sentirnos identificados y de llevarnos a la reflexión. Un videojuego con una narrativa muy interesante y potente que es capaz de cargar con el peso de una jugabilidad que, si bien no ha envejecido del todo mal, no puede esconder tener 15 años a sus espaldas (la versión original se lanzó en 2008 para PS2).
Si no lo habéis jugado, ahora que está en español, es el momento perfecto. Y si lo jugasteis en su día como yo, ¡maldita sea!, volved a jugarlo y recordad porqué Persona 4 Golden, pese a ser objetivamente inferior como videojuego a la quinta entrega, dejó un tesoro en vuestros corazones que Joker y sus Ladrones Fantasma no son capaces de robar.
- La trama principal: oscura, interesante, bien llevada…
- El mensaje que subyace en los personajes y sus trasfondos.
- La ambientación, la banda sonora…Inaba en general.
- En español y a 60 fps.
- ¡Everyday young life June-su!
- Jugablemente, sin estar mal, se notan los años en algunos aspectos.
- Se podría haber añadido más contenido nuevo a esta versión o haber mejorado la música con versiones extendidas o mejoradas.
