Tras cuatro largos años de espera, Final Fantasy VII Rebirth ya está a la venta, y en FreakEliteX hemos trabajado como nunca en su análisis. Y es que estamos ante una de las entregas más completas y largas de la saga, que asegura ciento de horas de diversión y mucha intriga.
Una evolución clara y sincera en todos los sentidos de su antecesor, mejorando lo presente, y culminando con uno de los momentos más esperados por los fans de la entrega original. Un viaje donde no solo descubriremos los confines de un mundo que pide ser explorado, sino que también descubriremos una gran trama.
Cerca de un centenar de minijuegos, un sistema de combate evolucionado y mejorado, mucha exploración y un apartado gráfico deslumbrante son solo algunos de los elementos de los que tenemos que hablar, y mucho.
El viaje por Gaia comienza | Análisis de Final Fantasy VII Rebirth
Rebirth toma el relevo a la anterior entrega, donde los supervivientes de Avalancha anda siguiéndole la pista a Séfirot, que busca destruir el mundo. En su periplo, recorrerán gran parte del planeta Gaia, donde además, vivirán ciento de aventuras para llegar a su objetivo, en la Capital Olvidada.
Una trama, que lejos de perder la crudeza de la anterior entrega, sigue mostrando momentos muy duros, capaces de enternecernos y emocionarnos en los momentos más tensos, pero mejorando la visión de sus protagonistas. Y es que esta aventura es mucho más larga que la anterior, lo que ofrece una serie de ventajas.
La primordial de ellas, es que profundiza mucho más en la trama de los personajes, tanto de los recién llegados al grupo como de los veteranos. Los oscuros secretos de su pasado, así como los motivos que los llevaron a Avalancha serán desvelados entre otras incógnitas que nos tendrán contantemente conectados a la pantalla.
Si bien es cierto, el juego cuenta con algunos altibajos argumentales, no podíamos pedirle más a una trama que puede durarnos 50 horas si vamos a saco, y más de 100 si disfrutamos de todo lo que nos ofrece, que no es poco.
Un mundo cargado de posibilidades, a cada cual más divertida
El juego cuenta con una estructura muy clara, escenarios de mundo abierto interconectados por ciudades y mazmorras lineales. Algo poco visto hasta la fecha en este tipo de juegos y que ha supuesto todo un acierto.
De esta forma, cercena de un golpe la monotonía de un mundo abierto a la par que el aburrimiento de los escenarios lineales. Todo un acierto, pues contamos con media docena de escenarios abiertos, cargados de posibilidades.
Además, estos representan muy bien el bioma del juego original, que es bastante escenario, y aunque cada escenario de mundo abierto es bastante amplio, no da la sensación de que existan dos iguales.
Respecto a los escenarios cerrados -mazmorras y similares-, son tan completos como en el original, contando con pequeños puzles. Pese a no haber evolucionado tanto, respectan su esencia y nos gustan, por lo que no tenemos ninguna queja al respecto. Gracias a la combinación de ambos, el juego podría durar mil horas más y no nos aburriríamos en absoluto.
Respecto a las tareas que este mundo ofrece, tenemos grandes variantes, desde los encargos que ya vimos en la primera entrega. En esta ocasión, con ellos podemos profundizar más en la trama y motivación interna de cada personaje, permitiéndonos estrechar lazos con ellos.
En este aspecto, también sentimos una evolución, pues son bastante más coherentes y útiles, su trama es también más atractiva. No nos mandarán a cambiar filtros del grifo otra vez… o al menos no sin un motivo más objetivo.
Cacerías, investigaciones, coliseos, invocaciones, combates virtuales, ¡tiene de todo!
A los encargos, hay que sumarle las docenas de horas que le dedicaremos a descifrar las entrañas de cada escenario. Hay una buena variedad de tareas opcionales, pero no nos malinterpretéis, todo entra en su justa medida.
Por cada uno de estos escenarios encontraremos al menos cuatro tareas de cada vertiente, y todas ellas se pueden completar muy rápidamente. Al fin de cuentas, estas tareas existen por el afán de completar y alargar su duración, pero su verdadera intencionalidad es que exploremos al máximo cada mapa.
Por otra parte, estas muchas veces se combinan con algún minijuego, como las batallas de Fuerte Condor, el salto de la rana, o las tareas de chocobo. Una variedad inmensa de minijuegos, muy entretenida, pero no demasiado profundos, lo cual es ideal porque resultan de una duración moderada, que no requiere demasiado aprendizaje y nos permiten pasar rápidamente a otra cosa.
Si hay otros minijuegos mucho más elaborados y que si llevarán un buen número de horas, como las carreras de chocobo de Gold Saucer -que resultan espectaculares y un duro competidor de Mario Kart– o la Sangre de la Reina, un completo juego de cartas tan adictivo o más como el Triple Triad.
En definitiva, Rebirth no es solo completo en lo argumental y el desarrollo de su mundo, también en sus tareas secundarias. Divertidas, amenas, completas y sobre todo adictivas, a poco que nos guste completar los juegos al máximo, nos vamos a sentir encantados con la idea de dedicarle un buen número de horas.
Tal es así que quienes busquen hacerse con el platino podrían dedicarle cerca de 150 horas de juego, poca broma porque se nos pasarán casi volando.
Un combate cargado de posibilidades, todas ellas espectaculares
Como os contábamos al inicio, el sistema de combate también ha evolucionado para esta entrega, y de varias maneras. Por una parte, ofrece más posibilidades al incluir más materias y objetos, lo que se traduce en más estrategias y variedad.
Pero es que a esto hay que sumarle la incorporación de tres personajes jugables más, cada uno con sus peculiaridades y mecánicas únicas. De esta forma, formar un grupo de tres personajes jugables se convierte en una ardua batalla, porque tenemos siete para elegir, y todos son divertidísimos de controlar.
Entre las nuevas incorporaciones, quizás nos quedamos con Cait Sith, el más variado y completo, necesitaremos un buen número de batallas controlándole para dominar todo lo que ofrece. Eso sí, os advertimos que también es de los personajes más rotos que hay, y usarlo facilita la vida en muchos aspectos.
A lo ya descrito, hay que sumarle que también existen mecánicas nuevas, como los ataques sincronizados. Para poder ejecutar a estos, tenemos que consumir segmentos de la barra de BTC con cada personaje, lo que nos obliga a ser más variados y cambiarlos en combate, aunque hacerlo merece la pena por lo que puede ofrecer.
La variedad de enemigos también ha aumentado de manera significativa, y no hablamos únicamente de variantes. También vuelven algunos enemigos ya vistos en la primera entrega, pero cada uno cuenta con una manera distinta de causarles fatiga, por lo que hay que enfocar diferentes estrategias en cada combate.
Los jefes de cada zona también son espectaculares y desafiantes, en algunas ocasiones supondrán un reto incluso yendo bien preparados.
En definitiva, no es solo una evolución, es mucho más completo y apasionante, pese a que el juego a duplicado su duración, no nos aburriremos nunca.
Técnicamente podría ser su peor baza, y aún así impresiona
Hablando en plata, gráficamente no ha cambiado respecto a la anterior entrega, algo que no solo demuestra poca evolución en cuatro años, sino en el cambio de generación de consolas. Si bien es cierto, crear un mundo tan amplio es costoso y no se le puede dedicar tanto tiempo, aún así consigue impresionarnos en ciertos aspectos.
Hablamos de la iluminación, por ejemplo, que adquiere el carisma de las entregas más recientes de la saga. Esta, da un aspecto más realista, en especial en los escenarios abiertos y de día, todo un espectáculo.
En la parte negativa, algunas texturas parecen sacadas de hace varias generaciones, al igual que el rendimiento, que a veces palidece. Realmente no creamos que sea falta de potencia en la consola, sino más bien una mala optimización, algo que no sabemos si la compañía solucionará pasado un tiempo.
De todas formas, la primera entrega si sacaba a relucir el potencial de PlayStation 4, por lo que en parte, comprendemos que la evolución no sea tan obvia como en otros apartados.
Donde si nos hemos quedado profundamente maravillados es en la banda sonora, mucho más completa, incluso cada minijuego cuenta con su tema. En total, más de un centenar de temas, a cada cual más épico y espectacular. Sin duda un buen acompañante de los momentos más tensos en batalla y dramáticos en pantalla, y una de sus principales características.
Por otra parte, contamos con voces en japonés e inglés, ambos doblajes son tremendamente acertados en cada personaje. No podemos deciros cual elegir, depende sobre gustos, pero si lanzar una ligera pista. Y es que la traducción del texto está realizado sobre la versión japonesa, por lo que los diálogos mostrados en pantalla, difieren en gran medida del doblaje inglés.
Conclusiones finales | Análisis Final Fantasy VII Rebirth
Final Fantasy VII Rebirth ha resultado ser más de lo que esperábamos. Aún tras tantas decenas de horas, nos sorprende como logra complacer en muchos sentidos las expectativas de los fans más clásicos de la saga, que ya no creíamos posible. Pero es que además evoluciona en todos los sentidos lo que vimos hace ya cuatro años, por lo que es imposible no maravillarse con él.
Un sistema de combate complejo, pero divertido y cargado de acción, con varias opciones de desarrollo además. Un mundo precioso y completo por descubrir, tareas secundarias mejoradas y complacientes… y sobre todo un sin fin de emociones en el desarrollo de la trama.
Si alguna vez has sido fan de la saga, aunque sea una sola entrega de ellas, debes probar este juego, porque sin duda va tener elementos que te van a encantar.
- La evolución que supone en prácticamente todos sus apartados.
- Los nuevos personajes jugables y el desarrollo de los antiguos, son un vicio.
- La resolución y avance de la trama, digna de un cine.
- Gráficamente se queda bastante corto.
- Algunos minijuegos son obligatorios y rompen el ritmo de la aventura.
