Tiempo ha, os conté que Dead Island 2 me había encantado y que, pese a sus carencias, era un gran juego. Ciertamente, aquella impresión se sigue manteniendo con el paso del tiempo, aunque también es verdad que el género zombie siempre me ha fascinado. Sin más, disfruto muchísimo de este tipo de paradigmas postapocalípticos, por lo que no era raro que me acabase convenciendo. Con esto en mente, con el análisis de Dead Island 2: Haus como gran protagonista, cabría preguntarse si han logrado mantener este sentimiento con su primer DLC.
La respuesta, a grandes rasgos, es sí. Siendo muy parco, si te gustó el juego original, su primer contenido descargable de pago (incluido en la edición deluxe) también lo hará. A fin de cuentas, es más de lo mismo, tanto para lo bueno como para lo malo. Así pues, puedo decir —sin miedo a equivocarme— que funciona bastante bien porque respeta las bases de Dead Island 2. Al mismo tiempo, puedo decir que peca de ser poco ambicioso, ya que no suma tantas novedades como nos habría gustado.
Análisis de Dead Island 2 HAUS
De hecho, si tuviese que encontrarle algún defecto, sería este, mas debo decir que yo he terminado bastante satisfecho. Le podría haber pedido más, por supuesto, pero no creo que esté mal. Ahora bien, debemos tener en cuenta que la duración de esta expansión es de unas tres horas y que, durante ese proceso, tendremos acceso a ocho nuevas habilidades y armas. Destaca, en ese sentido, la ballesta, puesto que esta no estaba disponible en el juego base.
Por supuesto, habrá algunos nuevos modelos de nuestras herramientas de matar preferidas, mas el eje del DLC no es este. Tampoco ampliar en exceso el elenco de enemigos disponibles. Si bien es cierto que suma varios bosses, la cantidad de nuevos mobs es relativamente reducida. Por lo tanto, no podemos decir que HAUS sea una expansión especialmente innovadora. Más bien todo lo contrario. Es continuista, mas no se debe malentender.
Aunque haya dicho que se le puede pedir más y que no aporta tantas cosas nuevas, es un DLC que —en líneas generales— es muy disfrutable. Especialmente porque nos ofrece más de lo mismo, siendo, en este caso, algo positivo. A título personal, disfruté muchísimo del gameplay aunque para muchos fuese simple. Para mí era bueno precisamente por eso, y es por esto mismo que HAUS me ha gustado.
Una secta repleta de millonarios descerebrados
Sobre todo porque me ha permitido reconectar con la saga de manera muy rápida, sencilla y directa. Aunque llevaba meses sin desatar el caos en el continente americano, me ha costado muy poco sentir de nuevo la tensión y la emoción del juego original. Personalmente, pienso que esto es una virtud, ya que potencia la sinergia y coherencia entre DLC y juego original. Siendo parco, da igual si lo juegas todo del tirón o en tiempos diferentes, pues te resultará excepcionalmente fácil conectar con la historia de cualquiera de las maneras.
Sobre esta, podemos decir que también mantiene la esencia, aunque le da una vuelta de hoja muy interesante. ¿Cómo? Pues a través de un culto obsesionado con la inmortalidad. En determinado momento, se activará una nueva misión secundaria completamente inédita que nos conducirá a la sede de la secta, desvelando un nuevo emplazamiento que —temáticamente hablando— es una locura.
Visualmente impresionante, nos transporta a un mundo completamente nuevo sin salir de la ciudad gracias al genio creativo de un atajo de locos que no tienen otra cosa mejor que hacer que liarla todavía más en mitad de un apocalipsis zombi. Cargado de ciertas ambivalencias morales y algunas incongruencias narrativas, nos ofrece una nueva subtrama bastante interesante. Eso sí, como es tan cortita, no se desarrolla tanto como nos gustaría.
Conclusiones
Como resultado final, lo que obtenemos es un DLC que mantiene bastante bien la compostura cuando lo comparamos con el juego original. Inevitablemente inferior, nos ofrece una alternativa divertida que mantiene muy bien la locura y el macarrismo de Dead Island 2. Y aunque pueda parecer que ese «inferior» es algo malo, no lo es, puesto que, en realidad, no se podía eludir esta singularidad si tenemos en cuenta lo buena que es la experiencia base como tal.
Aunque está algo falto de idas en el ámbito mecánico, sigue siendo divertido. En general, diría que su gran valor es extender algo más la experiencia si te quedaste con ganas de más, porque eso lo hace bastante bien. Los diálogos siguen siendo bastante divertidos, no se anda con tonterías y goza de buen ritmo. Sí, es bastante parco, pero también es muy intenso. No se termina de desarrollar tanto como nos gustaría, y eso es una pena, pero no tiene mal nivel.
Si me preguntáis a mí, personalmente, os diré que merece la pena dentro del marco del juego general, pues complementa muy bien lo que vimos allá en su momento. Si lo miramos de manera más independiente, pierde fuelle, ya que es incapaz de ir más allá. Pese a ello, cumple con su máxima premisa: divertir. En ese sentido, se mantiene en línea con Dead Island 2.
- Es divertido y dinámico. Va al grano y tiene mucho ritmo.
- Visualmente, es una pasada y la ambientación es muy potente.
- Mantiene la esencia original y mantiene la dinámica del juego original.
- Forma parte de la edición deluxe.
- Es parco de contenido. Dura poco más de tres horas y no hay tantas novedades.
