Hace un año, se lanzaba en PC System Shock Remake, la revisión de un clásico que ahora aterriza en consolas de sobremesa y os dejamos el análisis. Estamos ante un juego de acción con elementos de rol inspirado en el futuro cyberpunk de 1994, estando considerado una obra de culto.
Y es que 30 años han dado para cambiar muchos elementos del juego, mientras que otros no tanto, al igual que la jugabilidad, que también ha sido adaptada. Sin embargo, hay elementos que no han perdido ni el encanto ni los problemas de antaño, y aunque este podría ser su principal fallo, hay que reconocer que también lo hace más atractivo.
Como veis, tenemos mucho de que hablar respecto a este título de la vieja escuela, que nos llega de la mano de Nightdive Studios. Prepararos para un remake que lejos de parecer únicamente anticuado, también es de lo más fascinante.
Análisis de System Shock Remake
Nos metemos de lleno en la piel del mejor hacker del mundo, que tras hackear a una megacorporación es encarcelado. Así pues, pasa a trabajar en la Estación especial de la Ciudadela. Sin embargo, cuando despierta, la IA SHODAN se ha hecho con el lugar, creando robots asesinos y transformando a todos en biomutantes.
Como veis, la historia es anticuada para el año en el que nos encontramos, pero sin duda bastante convencional para los 90. De este modo, la trama queda ligera y llena de clichés para la época, que a su vez sirven de recordatorio para los que buscan una historia más llena de recuerdos que de nuevos recursos.
Aunque al margen de su breve trama, lo más nos ha gustado es como cuenta la historia y su lore los registros de audio y textos que encontramos. Algo que sin duda recuerda en gran medida a Bioshock (hablamos del mismo creador).
Fases laberínticas y llenas de rompecabezas
El juego está compuesto por 9 niveles, estos son muy laberínticos y claustrofóbicos, al tener una estructura muy cerrada. Al margen de esto, no, no usa una estructura complicada, y una vez que nos familiaricemos con uno, controlaremos el resto. Además, guarda cierto parecido con los metroidvania, al tener que volver sobre nuestros pasos para buscar pistas o claves perdidas. Al igual que su mapa, que se irá dibujando a medida que vamos explorando, aunque no termina de ser muy fiable.
Buscar códigos, desvíos, llaves, en definitiva, detalles que nos obligará a guardar capturas y/o tomar nota en varias ocasiones. Una estrategia que hacía años que no veíamos en un videojuego. En definitiva, se presta poco a la acción, y en más de una ocasión tendremos que pararnos y pensar en como proceder, porque inevitablemente, nos vamos a perder. De este modo, el juego también nos exige que tengamos buena memoria, dejando además que no es un juego para quienes busquen una acción más focalizada.
Sin duda puede gustar a quien busque algo poco convencional, pero debéis saber que su jugabilidad se mantiene fiel a la época. De hecho, habrá situaciones que resolveremos a base de darnos de bruces y explorar de nuevo encontrando cosas que dejamos por alto. Una vez más, deja claro que no es para todo el mundo, pero si resulta muy satisfactorio cuando conseguimos avanzar.
Modificaciones en el sistema de combate que se quedan a medio gas
Además de llaves, registros y demás, también encontraremos recursos, armas e implantes cibernéticos. Eso sí, debemos tener cuidado al explorar cada instancia, pues SHODA ha colocado numerosas trampas. Si bien es cierto, habría quedado más fino al introducir más mejoras en el combate, no ha resultado tan lineal como cabría esperar. En total nos ha llevado unas 20 horas, pero de haber contado con una estructura más guiada, habría sido bastante menos.
Por ejemplo, el inventario tiene una estructura muy parecida a la del maletín de Resident Evil 4, solo que nunca sabemos que utilidad puede tener cualquiera de los muchos objetos que podemos recoger. Respecto a los combates en sí, el juego cuenta con grandes mejoras respecto al original. Ahora la variedad de armas es más extensa, y cada enemigo cuenta con una debilidad en concreta, por lo que tendremos que probar que arma se ajusta más a cada situación.
El juego cuenta también con cierto sistema de sigilo, que como cabría esperar nos ayudaría a acabar rápidamente con los enemigos y ahorrar munición. El problema es que este es bastante errático, y en situaciones en las que no deberíamos ser descubiertos, acabaremos siendo los sorprendidos. Quizás sea uno de los apartados en los que, pese a contar con mejoras, sigue sintiéndose algo anticuado. Lo mismo pasa con la IA enemiga, que además de ser inexistente, sus movimientos son bastante ortopédicos, y no porque sean robots.
Los combates cuentan además con alguna sorpresita más, como una especie de combate en el hiperespacio, una especie de bullet hell tridimensional. Este es bastante simple en un inicio, recordando a la fórmula de los 90, pero que poco a poco va introduciendo nuevos elementos tales como enemigos y armas que lo van haciendo más entretenido.
Técnicamente, mantiene la esencia del original y cumple como remake
El apartado visual es un híbrido en varios aspectos, que mezclan mejores texturas y diseños con el estilo pixel-art de la época. De este modo, encontramos texturas muy trabajadas en los escenarios, y otras totalmente pixeladas pero que mantienen el encanto del original. Y es que lejos de ser un descuido en el trabajo, está totalmente hecho adrede, aumentando la atmósfera noventera que tiene el título.
Por supuesto, también cuenta con elementos de un buen remake, como una iluminación y sombreado muy trabajados. Esto hace un alto contraste con el resto del juego aunque echamos de menos algo más de esmero en elementos como los enemigos.
En cuanto a rendimiento, tiene un desempeño bastante correcto en PlayStation 5, donde lo hemos analizado, donde no hemos notado caídas de FPS ni bugs durante las 20 horas que hemos jugado. El juego cuenta con textos en español pero voces en inglés, algo que rompe con la inmersión y que le perjudica en gran medida al ser un FPS. No hablamos de un género en el que podamos estar continuamente leyendo textos y eso estropea la jugabilidad.
Conclusiones finales, análisis de System Shock Remake
System Shock es uno de esos títulos que no todo el mundo puede disfrutar, y que además requiere que pongamos mucho de nuestra parte. Eso sí, una vez rota las barreras de la época, es muy disfrutable y una experiencia que mezcla elementos de varios géneros con gran acierto.
A nivel gráfico ha sido una revelación por como ha sabido mezclar elementos retro con algunos más actuales y verdaderamente bien trabajados. Aunque echamos de menos inclusión de voces en español.
Una verdadera ovación a los juegos de los 90, que si bien podría haber pulido ciertos elementos irregulares como la IA enemiga, ha sabido encandilarnos y atraparnos. Eso sí, esperamos que os guste perderos y quebraros la cabeza, el juego también va de eso.
- Los elementos modernos de su apartado gráfico con los pixelados
- Respeta la esencia de los 90 y te atrapa con su historia.
- Mezcla elementos de varios géneros, algunos con bastante acierto.
- La IA enemiga es inexistente y muy ortopédica.
- Hace falta elementos que lo hagan más intuitivo.
- La falta de voces en español para ser un shooter.
 que por fin está disponible en consolas y rindiendo homenaje a los 90.){kind=link}