
Siempre me han gustado mucho los simuladores y, desde que empecé a sumar calendarios, empecé a cogerle el gusto a los simuladores. Es por esto mismo que, cuando descubrí que existía un juego que combinaba ambos conceptos junto a un diseño similar al de los clásicos LEGO, no pude resistir la tentación de probarlo. Fue así como descubrí Mini City: Mayhem.
Y sí, es muy posible que sea tal y como os lo estáis imaginando: un escenario dividido en cuadrículas sobre el que podemos ir colocando piezas que encajan casi a la perfección. Por supuesto, es un poco más complejo que esto, pero tampoco demasiado.
A grandes rasgos, en Mini City: Mayhem distinguimos los bloques según su color y su forma. Los hay amarillos, rojos y azules, pero no hay ninguna diferencia real entre ellos. Lo único importante es que, si los combinamos, obtendremos más puntos.
Eso y que los tejados encajarán mejor. Sí, he dicho tejados. Aunque os resulte extraño, Mayhem es un city builder en el que tendremos que diseñar una ciudad desde cero. Es por esto que combinar colores es importante.
Si mezclamos un bloque azul con uno amarillo, por ejemplo, podremos seguir construyendo, pero nuestro TOC nos dirá que eso no es lo correcto y la división entre ambos no será perfecta. Habrá como una línea roja entre ellos que nos indicará que no obtendremos tantos puntos.
Así es el relajante Mini City: Mayhem




No obstante, tampoco es que estos sean clave, por lo que es más una cuestión de satisfacción personal que una necesidad mecánica real. Todo sea dicho, no es tan fácil evitarlo, ya que los bloques pueden tener formas muy diferentes y solo podremos construir la base de un edificio cuando colinde con una carretera.
En otras palabras, hay algunas limitaciones que nos obligarán a vislumbrar la ciudad tanto a corto como a medio y largo plazo. Ahora bien, la dificultad depende mucho del modo de juego. Habrá algunos que nos exigirán construir lo más rápido posible, en otros tendremos opciones casi ilimitadas y en otros tendremos que ir poco a poco, con ciertas dificultades, pero sin prisas.
En estos, lo cierto es que se disfruta mucho y responde a la perfección a las directrices propias de los cozy games. Todo sea dicho, el terreno es limitado, por lo que, si quieres usar mapas algo más grandes, tendrás que ir completando escenarios mediante el modo Zen para abrir más ciudades.
Tal vez le habría sentado bien agregar algunas más, puesto que no hay demasiadas. Más allá de esto, y aunque sea un poco escueto, Mini City: Mayhem ofrece altas dosis de rejugabilidad, por lo que tampoco tengo mucha queja al respecto.
En general, es un videojuego bastante disfrutable, especialmente para quienes busquen una experiencia tranquila, relajada y que ponga a prueba sus habilidades arquitectónicas al más puro estilo LEGO.


- La combinación de construcción y estrategia ligera lo hace ideal para desconectar.
- Su estilo similar a LEGO es atractivo y fácil de entender.
- Ofrece distintos modos de juego, desde partidas rápidas hasta un modo Zen para jugar sin presiones.
- Aunque sea sencillo, invita a seguir experimentando con nuevas ciudades.
- Encajar los bloques correctamente y optimizar el espacio da una gran sensación de logro.

- Se siente algo limitado en cuanto a mapas y variedad.
- Algunas limitaciones, como solo edificar junto a carreteras, pueden resultar un poco frustrantes.
Hemos escrito este texto gracias a una clave gratuita de GamePress.