Analisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja

Os contamos que nos ha parecido Los Pitufos: Operación Vilhoja, un interesante plataformas que encantará a los más peques de la cosa.

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En ciertas ocasiones, por azares del destino, te terminas reencontrando con una de esas franquicias de tu infancia que, de una forma u otra, termina regresando a ti. Algo así es lo que me ha pasado con mi análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja, de Meridiem Games. Siendo sincero, ha sido una muy grata sorpresa. Esta peculiar —aunque muy corta— aventura plataformera es, sin lugar a dudas, una alegría para quienes crecimos con la peculiar obra del artista francés Peyo. ¿Os interesa? Genial, porque os contaré que me ha parecido no sin antes recordaros que su edición física ya está disponible tanto en Nintendo Switch como en PlayStation 4 y Xbox One. Y sí, es compatible con PlayStation 5 y Xbox One.

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja
Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja

A grandes rasgos, Los Pitufos: Operación Vilhoja es un juego claramente orientado a los más peques de la casa. No obstante, los más adultos también pueden llegar a disfrutar de sus características. Véase mi ejemplo. No es que haya sido uno de los títulos que han marcado mi 2021, pero me ha sorprendido de forma muy grata con una premisa sencilla, pero divertida, y un gameplay bastante bien construido. La cosa va de lo siguiente: Gargamel, el malvado hechicero humano, ha encontrado una nueva manera de hacer de las suyas. En esta ocasión ha recurrido a una extraña llamada Vilhoja (de ahí el nombre del juego) que tiene el don de corromper la flora del bosque.

Tras reunirse y dilucidar, los Pitufos se ponen manos a la obra para arreglar el entuerto. Papá Pitufo, el líder de la aldea, se reúne con los habitantes más destacados del lugar hasta que, finalmente, Manitas da con una solución. El artesano del pueblo idea y crea el Pitufumigador, un invento que nos permite purificar las semillas de la Vilhoja, también llamadas Viltrampas. Y es que estas, entre otras cosas, pueden mutar y crecer, capturando —inclusive— a los Pitufos. Es, como no podía ser de otra forma, un peligro presente y futuro para la aldea.

De esta guisa, a través de una narrativa más bien ligera y muy sencilla, la desarrolladora OSome Studio (vía Microids) engendra una historia que, perfectamente, podría formar parte del canon original de la serie. Repleta de referencias, y con la aparición de los personajes más icónicos de la saga, Los Pitufos: Operación Vilhoja nos sorprende con una trama muy amena y divertida. Es más, es a través de esta que comprendemos —aunque solo por su origen ya podríamos saberlo— que es un juego (sobre todo) para niños. No por nada, la narrativa se construye a través de un poemario muy resultón que resume los eventos acaecidos y/o nuestra siguiendo misión, así como mediante las conversaciones y soliloquios de los propios Pitufos.

Una aventura a la vieja usanza

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja

Una de las principales pegas de Los Pitufos: Operación Vilhoja es que es un juego relativamente corto. La historia principal nos puede tomar unas cinco horas a lo sumo, aunque la cosa cambia si aumentamos el nivel de dificultad —en ningún momento pretende ser un reto demasiado portentoso— y/o nos dedicamos a recoger todos y cada uno de los coleccionables. En ese caso podríamos hablar de una experiencia plataforma que se extiende, aproximadamente, hasta las quince horas de juego. No está mal. Tampoco es que lo necesite, todo sea dicho. Al final es un juego que va al quid de la cuestión sin medias tintas. No ofrece contenido vacuo. Prefiere ser corto e interesante antes que largo y vacío.

Lo hace bien, aunque os recuerdo —una vez más— que el público objetivo son los peques de la casa. No por ello debemos pensar que es un mal juego o que un adulto no lo pueda disfrutar. Al contrario. Mientras controlamos a Pitufina, Fortachón, Filósofo o Cocinero, podremos recorrer 5 escenarios diferentes divididos en sus respectivas zonas. Cada uno de estos escenarios, por cierto, está directamente conectado con uno de los 5 capítulos del juego. Es más, cada «mundo» se revela al superar el anterior, aunque todos forman parte del bosque. Luego podremos recorrerlos de nuevo, siendo esto un imprescindible si queremos recolectar todos los coleccionables.

Y ya os lo advierto: es muy bonito. La exploración, sin ser nada del otro mundo, es muy interactiva para con el mundo que nos rodea. Cada sección está hábilmente decorada con diversos enseres del bosque, siendo una de esas experiencias que, al final, te termina entrando por los ojos. El diseño, eso sí, es muy family friendly, y aunque tiene pequeñas cotas de violencia, estas no son nada del otro mundo. Es muy light, pero es ahí donde reside su encanto. Volviendo al tema que nos acontece, los escenarios son preciosos. Respiran vida, aunque hemos extrañado la presencia de otros seres vivos. Son muy verdes, y las zonas afectadas por la Vilhoja ofrecen un contraste muy hermoso a su modo.

Una caracterización de muy alta calidad

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja
Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja

Ahora bien, si hay algo que nos ha sorprendido por encima de casi cualquier otra cosa ha sido el maravilloso doblaje al español. Todos y cada uno de los diálogos han sido perfectamente transcritos al español por voz y por texto, lo que le da muchísima personalidad. Es fantástico. Y esta es, sin duda, una de sus mayores fortalezas. La personalidad. Los Pitufos: Operación Vilhoja es un juego con carisma. Tiene impacto. No te deja —hasta cierto punto— indiferente. Esto no sería posible si no dispusiese de una buena jugabilidad. Y aquí ya os lanzo una advertencia: no esperéis nada del otro mundo.

A fin de cuentas, el juego de OSome Studio apuesta, como ya he dicho con anterioridad, por un estilo más bien simple. La jugabilidad es igual. Hablamos, pues, de un plataformas que va desbloqueando mecánicas (planeo, golpe con salto, absorción y disparo de objetos, sprint, etc.) mientras avanzamos. Todo es muy progresivo; no quiere que nos sintamos oprimidos por unas mecánicas demasiado complejas. La curva de aprendizaje —y la de dificultad— son muy amenas. A los niños les encantará. Es por eso mismo que no podéis esperar nada del otro mundo.

La perspectiva de la cámara y el movimiento nos ha querido recordar a los primeros Ratchet & Clank, mientras que la premisa nos hizo pensar en Epic Mickey. Inclusive, mientras jugaba, el título Bugs Bunny: Perdido en el Tiempo me asaltó la memoria. Sea como fuere, Los Pitufos: Operación Vilhoja es la sutil combinación de un juego de plataformas con un grado de desafío medio-bajo y un título de exploración pseudo abierta con coleccionables que no podremos adquirir —no todos— hasta que dispongamos de todas las mecánicas posibles. Como último detalle, tiene un modo cooperativo en el que el segundo jugador podrá controlar un pequeño robot que puede ayudar al primer jugador lanzando semillas, purificando plantas, etc.

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja. Conclusiones

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja

Sin ser una bestia parda, Los Pitufos: Operación Vilhoja cumple con buena nota en casi todos los apartados. Le falta un poco de epicidad y apenas tira del hilo de Gargamel, pero cumple con los estándares de calidad. Es bonito y muy resultón, aunque hay algún que otro pequeño error en el apartado gráfico y el sonoro. La historia está bien construida, la narrativa es entretenida y el doblaje al castellano es una maravilla. Vamos, que es un buen plataformas que encantará a los más pequeños y golpeará con mucha fuerza a los que quieran su dosis de nostalgia en vena.

Análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja. Clave de juego para PlayStation 4 cedida por Meridiem Games.

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