
Un RPG modular que mezcla el arte oriental con el misticismo del universo Lovecraft. Os los contamos en nuestro análisis de Depersonalization.
Debo confesar que escribir el análisis de Depersonalization me ha costado. No es un juego fácil de definir, pues el estudio chino MeowNature ha sido capaz de hacer algo tan tópico como diferente. Y sí, ambas características se dan al mismo tiempo.
¿Y eso cómo es posible? Pues porque de buenas a primeras se presenta como un juego de rol que sigue la línea de grandes clásicos como Call of Cthulhu. Seguidamente, te encuentras con una estética de carácter anime que ya hemos visto en muchas ocasiones.
Como premisa, puede llamarte la atención, mas no es especialmente original. Tampoco su ejecución inicial. Sin embargo, es una mentira. En realidad, Depersonalization sí que te ofrece algo diferente, pues mezcla con mucha habilidad el concepto de terror occidental con el misticismo oriental.
En cierto modo, podría definirlo como un juego audaz que busca diferenciarse de los demás mediante ideas arriesgadas. No siempre acierta, pero lo intenta. Utiliza un sistema de narrativa modular con mecánicas basadas en dados y una atmósfera inquietante.
No es un combo que digamos muy habitual. Individualmente, no innova, pero su conjunto ofrece algo diferente. Ofrece una visión muy particular de la literatura lovecraftiana. Tiene gancho, atrapa y te deja con ganas de más. De hecho, entiendo a la perfección por qué tiene un 93% de reseñas positivas tras 5.000 valoraciones Steam.
Análisis de Depersonalization. Una narrativa que desafía lo convencional


De buenas a primeras, podemos decir que Depersonalization se define gracias a sus módulos narrativos independientes. En lugar de presentar una historia de carácter continuista, fragmenta sus tramas en historias más cortitas.
Esto tiene su lado y su lado bueno. Cuando una te engancha, es fascinante, pero se acaba demasiado rápido. También te deja con varios argumentos no tan buenos. A cambio, te ofrece una evolución narrativa en constante cambio.
No te da tiempo a aburrirte, porque cada aventura es diferente. Sobre todo cuando sumas la estructura modular al sistema de dados. No hay dos partidas iguales, ofreciendo un alto grado de rejugabilidad de principio a fin. Ahora bien, ¿de qué trata el juego?

A grandes rasgos, en Depersonalization haces las veces de un emisario enviado por el mismísimo Yog-Sothoth. Tu misión es reparar diferentes líneas temporales, dándole así sentido a su estructura modular y manteniendo cierto grado de cohesión entre todas sus historias.
El enfoque inicial es muy occidental, pues la literatura de Lovecraft es muy protagonista, pero la construcción y evolución de cada historia tiene un aire muy oriental. Y eso me gusta, porque logra sentirse familiar y diferente al mismo tiempo.
Esta fórmula es capaz de darle cohesión y misticismo, todo al mismo tiempo. Cada elección lleva a resultados únicos, a menudo con un tono fatalista. Lo único malo es que la localización al inglés presenta fallos importantes ocasionalmente, lo que le resta valor a la inmersión, y no tiene traducción al español.
La magia de los dados

Mecánicamente hablando, Depersonalization recuerda mucho a los TRPG clásicos. Los dados tienen una importancia capital tanto en la narrativa como en el resto de sistemas. Las investigaciones, la obtención de pistas, los combates contra los horrores de Cthulthu…
En todos hacen falta, y se miden según nuestros atributos en muchos casos. Gracias a la magia del rol, cada partida se siente diferente, y hasta los personajes más débiles en combate pueden llegar a sorprendente de maneras inesperadas.
Además, dispone de una gran rejugabilidad gracias a la aleatoriedad de los propios dados y las consecuencias de nuestras decisiones. Como el combate por turnos es bueno, da gusto explorar las variaciones. Es divertido. Tiene un estilo muy de JRPG flexible.

De hecho, no hace falta ni que combatas siempre. Puedes optar por el sigilo, la persuasi´`on o la intimidación. También puedes usar magia a costa de cordura, pudiendo hasta volverte loco. Es puro Cthulhu, pero con una estética oriental y un enfoque algo más ligero.
Sin embargo, la interfaz a veces no está a la altura. No es fácil de entender, lo que sumado a su compleja curva de aprendizaje… Es duro, sobre todo si no tienes experiencia en el género. Con el tiempo, eso sí, gana mucho. Exige paciencia.
Por otro lado, y cambiando un poco de tema antes de ir a la siguiente sección, me gustaría hablar de la Workshop. La comunidad ha creado algunos escenarios propios, lo que hace que gane vida incluso más allá de la experiencia original. Lo único malo es que su editor no es muy intuitivo, por lo que no es fácil crear mapas.
Un equilibrio inquietante


Por supuesto, estas nos son sus únicas virtudes. Uno de los aspectos más atractivos de Depersonalization es su apartado gráfico. Bien acompañado de primeros planos que parecen sacados de un sombrío cuento de hadas, escenarios y personajes tipo pixel-art y escenas narrativas algo más desarrolladas, conquista por los ojos.
Los escenarios, desde bibliotecas polvorientas hasta bosques embrujados, evocan lo extraño. No hay sustos fáciles. El horror se construye con detalles y colores apagados. La atmósfera lovecraftiana está muy lograda y maneja bien sus diferentes temas.
Es como mirar al abismo y que el abismo te devuelva la mirada. Te sientes pequeño, pero poderoso. Como resultado, Depersonalization teja buenas sensaciones. Sí, los fallos existen. La localización podría mejorar y a veces presenta fallos que rompen la inmersión. La interfaz no es del todo clara y no todos los módulos tienen el mismo nivel.
Pese a ello, cada partida me dejaba con ganas de más. Como fan de los juegos de rol, me dejó buen sabor de boca. Requiere paciencia, pero recompensa. Su ambición compensa sus tropiezos. Depersonalization es una anomalía en el mejor sentido. Combina mecánicas de TRPG, una narrativa lovecraftiana y una estética que mezcla lo retro con lo moderno.


- Es un juego con una estética única. Tiene mucha personalidad.
- El sistema de crafteo es entretenido y se siente menos monótono de lo habitual.
- Cuenta con un universo muy carismático y nunca sabes qué te encontrarás.
- Los diálogos, aunque a veces cortan el ritmo, son hilarantes y divertidos.
- El sistema de exploración libre.
- La forma en la que funciona el mundo e interactuamos con él.

- Los controles a veces se sienten algo torpes.
- Las misiones pueden ser complicadas seguir. A veces es confuso.
- La curva de entrada no es la más amable del mundo con jugadores menos avezados.
Hemos podido realizar el análisis de Depersonalization tras recibir una clave de prensa en Game Press. Hemos utilizado imágenes de Steam al considerar que eran más adecuadas para ilustrar el presente tema.