Cuando oímos hablar por primera vez de Asterigos: Curse of the Stars, fuimos muchos los que —inevitablemente— lo comparamos con Immortals Fenyx Rising. Ya fuera por diseño o concepto, nos acordamos de la obra de Ubisoft. Estábamos equivocados. Al menos en parte, ya que Acme Gamestudio ha demostrado que tiene mucha personalidad.
Y si bien es cierto que el desarrollo del mundo y el trasfondo general nos hacen pensar en la divertida aventura de Fenyx, esto no es más que un punto de inflexión inicial. Así pues, establecer una comparativa entre ambos no solo es injusto, sino que también sería desacertado. Por lo tanto, al igual que sucedió con Zelda: BOTW allá en su momento, Asterisgos se inspira en Immortals Fenyx Rising.
Toman un poco de aquí y de allá y luego le dan una vuelta de hoja. Toman su propio rumbo cogiendo referencias de ciertos clásicos, pero sin dejarse llevar por la nostalgia o el entusiasmo. Le dan su propio toque, engendrando una obra con esencia propia cuyo contenido es original, aunque con reminiscencias muy claras.
Análisis de Asterigos: Curse of the Stars | Una aventura de mitología original
Lo primero que podemos decir de Asterigos es que es un juego de acción y aventuras que construye su historia sobre un único emplazamiento: Aphes, una ciudad maldita —con mitos y leyendas propios— influenciada por distintas mitologías. Es más, nos recuerda a las iras de Zeus y Poseidón. ¿Por qué? Pues porque la urbe sufre las inclemencias de un castigo divino. Todo parece perdido. Tanto es así que hasta sus ciudadanos han perdido la esperanza. Ahí es cuando entramos nosotros… y Hilda.
Hilda llega a la ciudad con un objetivo: encontrar a su padre y su grupo. Estos partieron tiempo atrás para cumplir una misión, pero nadie sabe de ellos. Así pues, nos pondremos manos a la obra, pero más pronto que tarde nos veremos «obligados» a cooperar con las gentes del lugar. De otra forma, parece que nuestra tarea está abocada al fracaso, así que nos tocará echar una mano.
Como habréis podido comprobar, la premisa es bastante simple. Es lineal y un tanto tópica, creando una historia de superación sobre la perdida y las ganas de probarse a una misma. Hilda es una joven muy capaz que no ha tenido muchas oportunidades, pero que rebosa talento. Esto ya nos lo conocemos. Esto y el motor de la historia. Es por eso que no termina de sorprender. No innova demasiado y se construye sobre carriles que ya hemos visto en otras ocasiones.
Una historia tópica que, pese a todo, consigue engancharnos
Podríamos decir que este es su mayor defecto. De una u otra manera, Asterigos se perfila como una aventura de exploración e investigación. En consecuencia, el lore es muy importante, mas no consigue arrancar del todo. Tiene buenas ideas y asienta preceptos interesantes, pero no arriesga en exceso. Se conforma.
Al final nos deja una sensación agridulce, puesto que aunque nos ha gustado bastante el resultado, sabemos que podría haber sido más. Mucho más. Le falta algo de fuerza. Sin más, habríamos preferido que asumiesen algunos riesgos adicionales o que los personajes tuvieran un desarrollo más crónico. Debido a su duración (poco menos de 20 horas) les falta espacio. Esto lo notamos en líneas generales. Por el lado contrario, al ir un poco más al grano, no llega a ser tedioso.
Más bien lo contrario. Siendo tan «directo», logra atraparnos en su premisa. Y si bien es cierto que nunca nos rompe la cabeza, tiene ese pequeño toque de magia que nos hace seguir jugando. La falta de empaque y empatía la sustituye con un ritmo agraciado y una consecución de eventos bastante bien planteada. Sí, le falta riesgo, pero le sobra personalidad.
Y es que al final el concepto de «ciudad maldita» sigue siendo atractivo, se vea como se vea. No es la primera vez que lo vemos, pero sigue teniendo gancho. Sobre todo si tenemos en cuenta que, pese a que la historia es lineal, hay cierta toma de decisiones. Y no, no afectan al final, pero si a la percepción y relación de Hilda con otros personajes secundarios. Es algo que se agradece.
Asterigos: Curse of the Stars cumple con nuestras expectativas
En líneas generales podemos decir que Asterigos: Curse of the Stars cumple con nuestras expectativas; no rompe del todo, pero no se queda atrás. Sucede algo parecido con su exploración. Y como todo, pues tiene sus puntos positivos y sus puntos negativos. De buenas a primeras, eso sí, os advertimos: no esperéis indicadores. De ningún tipo.
Esto nos ha gustado, la verdad. Siendo un juego más pequeño que otros exponentes, aprovecha bien esa sensación de pérdida. Más aún en el contexto de una aventurera algo más novata. Por el otro, falla al integrar esos marcadores contextuales a través del escenario. Vemos bien que no aparezcan en la interfaz, pero tendrían que formar parte del entorno. Por ejemplo, mediante señales de madera, marcas en las piedras, etc.
Pero no aparecen (o no las hemos visto, que también puede ser). En cualquier caos, lo que esto provoca es que no aprendamos casi a orientarnos por el mapa y pasemos las primeras horas de juego intentando descubrir cómo podemos hacerlo. Cuesta y es complicado, pero se le acaba pillando el punto. Aprendemos a base de prueba y error.
Gracias a esto somos capaces de disfrutar de su precioso mapeado, pero también nos perdemos muchos detalles. Es extraño, pues es como desorientarse en mitad de un bosque de fantasía. Todo es precioso y te encanta, pero sigues estando perdido. Es una sensación contradictoria que, eso sí, acaba dejando un buen sabor de boca. En general, pues nos ha gustado, la verdad.
Análisis de Asterigos: Curse of the Stars | Una dirección artística notable
Sobre todo porque el paso del tiempo le sienta bien. Conforme nos mimetizamos con el ambiente, disfrutamos cada vez más de su apartado gráfico. Y es que sin ser una locura de última generación con una potencia brutal desmesurada, tiene mucho encanto. Muchísimo. El juego es realmente bonito. Da igual que se le salten las costuras con la expresividad facial de sus personajes o ciertas texturas sean algo planas. Es bonito. Y punto.
Más todavía cuando nos acordamos de que todo es invención propia. Notamos las influencias de otras mitologías, y algunas son muy obvias, pero siguen siendo originales. Eso le da un aire todavía más fantástico a todo. Nos sentimos como niños pequeños explorando un mundo de magia. Es como leer La Odisea por primera. O Percy Jackson. Da igual el ejemplo. Es el descubrimiento.
En cualquier caso, esto no sería posible sin una banda sonora a la altura. Por suerte, Asterigos: Curse of the Stars cuenta con un apartado sonoro notable. No pasará a la historia, pero cumple muy bien con su función. Acompaña a la perfección en todo momento y pasa desapercibido cuando toca. Además, el doblaje es igualmente potente. También los efectos de sonido.
Podemos decir que todo funciona con la suficiente entereza como para que la experiencia suba varios puntos pese a las dificultades de su narrativa. Es aquí donde creemos que el estudio sí que se decide a arriesgar un poco más, mostrando así su talento. Sin más, han logrado crear un juego muy llamativo, con carisma propio y una buena escenografía.
El combate, aunque tampoco innove, se crece
Todo esto, al final, queda un poco en segundo plano si no tienes algo más. Por suerte, Asterigos lo tiene. Es su combate. Aunque tampoco se sale de la norma, funciona realmente bien. Tanto es así que es lo que verdaderamente te termina enganchando. Sobre todo cuando uno tiene en cuenta su excelente curva de dificultad y sus diferentes niveles.
En general, pues nos presenta los preceptos básicos de este tipo de juegos. Tenemos varias armas diferentes, desde dagas hasta espadas y escudos pasando por lanzas, martillos, etc. No vamos cambiando las piezas, eso sí, sino que las upgradeamos mientras vamos definiendo nuestro estilo. Lo haremos usando cuatro botones diferentes de combate y algunos combos básicos que, sin ser nada del otro mundo, funcionan.
Podemos equiparnos dos armas de manera simultánea, así que los ataques se dividen en dos y dos. A estos les sumamos un sistema de cuatro técnicas especiales que podemos equipar en función de nuestros gustos, una serie de árboles de habilidades, un sistema de parámetros por niveles y puntos… y poco más. Simple y sencillo, pero con cierta profundidad. Fácil de utilizar y dominar, aunque con cierta propensión al error (el nuestro, no el del juego).
Todas suman de una manera u otra, ya sea mediante más daño, más resistencia o más salud. Pero también nos bajan estadísticas. Algunas opciones mejoran ciertos apartados de nuestro rendimiento en detrimento de otros, y viceversa. No somos dioses que lo hacen todo bien. Especializarnos en un ámbito puede hacernos fallar en otro. Toca calcular… y eso nos encanta.
Análisis de Asterigos: Curse of the Stars | Qué nos ha parecido
En conclusión, Asterigos: Curse of the Stars no es un juego perfecto, pero sí uno muy divertido. Falla en ciertos apartados de la narrativa y el guion no deja de ser algo tópico, pero dispone de un sistema de combate bien pulido y una dirección artística muy notable. Siendo el primer trabajo del estudio, el resultado final es más que notable.
Se nota la falta de presupuesto, siendo este uno de sus más graves problemas. Siendo sinceros, nos gustaría ver de qué son capaces con un margen superior, porque han demostrado muchísimo talento. En general, podemos hablar de un juego que funciona bien dentro de los dogmas de los juegos de acción y aventuras con toques roleros y ambientación mitológica.
Sin llegar a ser la panacea, ofrece un gameplay interesante y un mundo atractivo en el que, pese a los fallos más que evidentes que presenta, todo termina funcionando más o menos hasta ofrecernos un videojuego relativamente resultón. Como conclusión final, nos alegramos de haberlo probado, ya que ha sido interesante de probar.
- La dirección artística. Es un juego bonito.
- El sistema de combate. Sencillo, pero efectivo y divertido.
- La banda sonora. No pasará a la historia, pero cumple notablemente su función.
- El trasfondo. No termina de arrancar, pero tiene gancho.
- Narrativamente es flojito.
- La exploración necesita algo más de pulido.
- El mapeado a veces es errático.