
Mucho se ha hablado de Days Gone Remastered últimamente, elevando —una vez más, ya sea en análisis o en redes sociales— el debate sobre las remasterizaciones de Sony y PlayStation 5. ¿Son realmente necesarias o es demasiado pronto para ver de vuelta juegos con menos de 10 años de antigüedad?
Ya nos lo preguntamos con The Last of Us e, inclusive, con Horizon Zero Dawn, y en ambos casos el regusto fue más bien positivo. Pensando especialmente en aquellos usuarios que no habían probado el juego original, la sensación fue más bien grata.
En ambos casos consideramos que ambas remasterizaciones eran la mejor manera de iniciarse en la saga, y que podían tener su aquel para los fans más fervientes de una u otra si querían darle una vuelta a la historia.
Con Days Gone Remastered nos ha pasado algo parecido. Para empezar, porque —aunque esto ya estaba en el parche gratuito de PS5 que se lanzó tiempo atrás— ha llegado con los 60 FPS integrados en varios modos de juego.
Análisis de Days Gone Remastered

En otras palabras: puedes disfrutarlo de manera más fluida si no lo hiciste ya en su momento. Como es lógico, esta no es la única mejora del videojuego. Para empezar, ha traído consigo tres nuevas alternativas.
La primera de ellas es la Partida Rápida, que viene siendo algo así como un speed run oficial dentro de Days Gone. El objetivo es superar la historia principal en el mínimo tiempo posible, por lo que hay que economizar tiempo y recursos.
La otra variante trae consigo una dificultad superior, pues trae consigo la muerte permanente. Si caes en combate, perderás tu partida, y tendrás que empezar desde cero. Es la versión más exigente del juego hasta la fecha.
Ninguno de estos dos modos de juego es especialmente notable dentro de la remasterización, y por sí solas no justifican su existencia, pero son añadidos interesantes para quienes ya superasen el original y estén buscando un nuevo desafío.
Deacon está de vuelta

La tercera es, sin duda, la más interesante y a la que más horas le he echado. Se trata de Asalto a la Horda, un nodo de supervivencia en el que tendremos que enfrentarnos a enemigos sin parar. El objetivo es simple: sobrevive el máximo tiempo posible y obtén la puntuación más alta.
Podremos elegir un mapa, lanzarnos a la aventura e ir cosechando muertes para sumar puntos. A medida que avancemos, obtendremos recursos en forma de provisiones, así como modificadores negativos (para potenciar los puntos obtenidos) y positivos (para mejorar nuestro rendimiento, pero obteniendo menos puntos).
En resumen, podemos cambiar nuestra estrategia con estos, buscando un enfoque más o menos agresivo según nuestra habilidad y nuestro estilo. Es de lo más llamativo de la remasterización, así como una de las principales razones por la que os podría interesar.
Por supuesto, también se han actualizado los gráficos. Ahora las noches son más oscuras, por lo que la atmósfera del juego es más opresiva en líneas generales. Además, han incluido mejoras gráficas diversas, dándole un acabado algo más puntero.
¿Merece la pena la remasterización de Days Gone?

No es una locura, pero cuando comparas la versión original con la remasterizada, se hace bastante evidente en pocos segundos. En resumen: sí, se ve mejor. Análogamente, incluye varios modos de rendimiento/calidad adicionales junto a compatibilidad con el audio Tempest 3D.
En resumidas cuentas, no es la remasterización más profunda del mercado, y no tocan tanto como cabría esperar, pero el resultado final es bueno. Si te quedaste con ganas de más, el modo horda —junto con los otros dos modos y las mejoras gráficas— es justo lo que estabas buscando.


- Las mejoras gráficas.
- El modo horda.
- La iluminación: las noches más oscuras le sientan bien.
- Las nuevas dificultades invitan a la rejugabilidad.

- No es una remasterización tan ambiciosa.
- Se echan en falta algunas mejoras adicionales en la IA y de gráficos.