
No esperaba que mi primer análisis del año fuese Chained Echoes, pero lo cierto es que estoy encantado de arrancar 2023 con el que ha sido uno de los indies más sorprendentes e inesperados de 2022. Lanzado en diciembre del año pasado, logró superar las expectativas de no pocos jugadores a través de un espíritu muy clásico y una muy meritoria aparición en Xbox Game Pass.
Disponible en casi cualquier plataforma, ha llegado para recordarnos cuáles eran las virtudes de aquellos juegos con los que nos criamos. Cuan oda a la era de los 16 bits, Chained Echoes rinde culto a un tiempo pasado a través de un trabajo cargado de pasión y entusiasmo. Un trabajo, por cierto, que ha sido ejecutado por una única persona.
En efecto, Matthias Linda ha dedicado 7 años de su vida a desarrollar este videojuego después de haber obtenido la financiación suficiente en kickstarter. Lamentablemente, la localización al español no se obtuvo, aunque se quedó muy cerca. Las últimas declaraciones de Linda no auguran su traducción, pues es una inversión bastante fuerte que no tendría demasiado impacto —según prevé—.
Sucede lo mismo con el chino. Tal y como él mismo explica, aunque son dos de las lenguas más habladas del mundo, ni el mercado hispanohablante ni el chino son especialmente potentes cuando hablamos de videojuegos independientes. Nosotros cruzamos los dedos, pero mientras tanto nos conformamos con sus textos en inglés.
Análisis de Chained Echoes: amor por los clásicos
Volviendo, ahora sí, al tema que nos acontece, Chained Echoes es una carta de amor a los JRPG clásicos. No obstante, su creador no pretende reimaginarlos, sino que nos ofrece su visión particular sobre los mismos. En un encuadre fantástico en donde la magia y la ciencia ficción cobran vida mediante mechas y ataques especiales, Matthias Linda sorprende a propios y extraños.
A fin de cuentas, no es especialmente común apostar por una estética en 16 bits al más puro estilo Golden Sun con una temática medieval muy tipo Final Fantasy con influencias sci-fi de sagas como Xenogears. Esta particular mezcla contextual genera un videojuego único en donde la alta tecnología convive con el género de capa y espada más tradicional. Esta idiosincrasia podría parecer problemática, pero es justo lo contrario.
Matthias, desde el primer momento, demuestra una gran capacidad creativa. Desde el primer minuto sorprende con lo bien hilado que está el guion y lo bien que funciona la narrativa. En gran medida esto se debe a los personajes que protagonizan la historia. Aunque bebe de tópicos tales como el mercenario que busca la gloria o la princesa que quiere vivir aventuras fuera del castillo, escribe y diseña sus personalidades tremendamente bien.
Consecuentemente, el primer gran acierto del juego es saber plantear un argumento interesante con unos personajes llamativos, un guion atractivo y una narrativa fluida como trasfondo. La conjunción de todos estos elementos, junto con ese aire clasista, nos terminan dejando una experiencia colosal e imperdible para los amantes del JRPG clásico.
Un gran argumento con algunos «peros»

Y al igual que sucedió con Golden Sun, aunque este último lo hizo en varios videojuegos y en Chained Echoes lo hacemos en uno solo y en mucho menos tiempo, conoceremos a nuestros personajes mediante historias aparentemente independientes que se desarrollarán en diferentes escenarios. Poco a poco, sus caminos se entrecruzarán hasta acabar formando un improvisado grupo de viaje.
Por desgracia, esto provoca que las primeras horas de juego sean algo complejos. Cuesta pillarle el truco, y aunque nos gusta su ritmo narrativo, es igual de cierto que puede ser algo complejo aunar tanta información en tan poco tiempo. Como el juego nos presenta personajes tan dispares en un universo completamente inédito, cuesta hacerse a la idea.
Esto se solventa de manera muy efectiva conforme avanza la trama y descubrimos nuevos elementos, pero una cosa no quita la otra. Arranca de forma abrupta, corrige al ampliar el lore y, finalmente, se viene arriba cuando unifica una trama belicista entre tres reinos a través de un único grupo con un objetivo común, pero diferentes perspectivas.
Análisis de Chained Echoes: el perfect pixelart y los 16 bits como idiosincrasia

Sea como fuere, de nada sirve una gran historia si esta no está acompañada de un apartado igualmente gráfico igualmente destacable y/o de una buena jugabilidad. Por suerte, Chained Echoes cumple con nota en ambos apartados. En lo que respecta a la dirección artística, la obra de Matthias nos ha dejado con la boca abierta. Sin más, cuesta creer que este juego lo haya hecho una sola persona.
Para empezar, el perfect pixelart del que hace acopio durante su desarrollo es simplemente precioso. Bien acompañado de una paleta de colores más que adecuada y unos diseños tremendamente originales, Chained Echoes entra por los ojos desde el primer minuto. Al menos si te gustan este estilo de videojuegos. Si ese es el caso, hablamos de un videojuego desarrollado con mucho mimo y cariño.
Esto lo podemos ver en las animaciones, por ejemplo, ya que están tan bien trabajadas como la propia escenografía o los personajes. Es más, valoramos muy positivamente el acabado de estos dos últimos apartados, siendo el primero el que más nos ha llamado la atención; los escenarios son simplemente geniales. Por el lado contrario, el diseño de algunos monstruos y enemigos no termina de despuntar.
La música bebe de los clásicos

Si por un lado tenemos bosses con un acabado brillante, otros tantos flojean bastante. Hablamos, sobre todo, de enemigos secundarios, la mayoría iniciales, que no pueden responder al carisma del resto de elementos artísticos. Y aunque esto no es un verdadero problema, llama la atención cuando el resto de diseños son tan buenos. En cualquier caso, hablamos de un videojuego muy potente, audiovisualmente hablando.
De hecho, también podemos hablar bastante positivamente de la banda sonora. Si bien es cierto que esta no destaca tanto como el apartado gráfico, nos ofrece remanencias del pasado. Nos recuerda a otros grandes clásicos JRPG de los primeros años de la industria, ofreciendo un sutil aroma a nostalgia que no muchos terminarán de captar debido al auge de los tiempos.
Eso sí, tampoco podemos hablar de un apartado sonoro excepcional. Chained Echoes no ha escatimado en el apartado auditivo, pero no tiene el mismo nivel que la visual. Las canciones que suenan mientras jugamos están bien y los efectos de sonido están conseguidos. Es más, tienen buena nota, pero se queda ligeramente por detrás. Pese a ellos, también lo valoramos positivamente.
Análisis de Chained Echoes: jugabilidad clásica

Para hablar de Chained Echoes y su jugabilidad es inevitable citar al JRPG clásico y el sistema de combates por turnos tradicional. En ese sentido, no podemos decir que el juego sea una revolución, aunque tampoco lo pretende. A su modo, es una suerte de reimaginación sin demasiadas licencias de los TTB (traditional turn-based)
Consecuentemente, no podemos esperar ningún tipo de novedad especialmente llamativa en ese sentido. No obstante, sí que dispone de algunas ideas propias bastante interesantes que sirven para ofrecer algo ‘distinto’ a lo habitual. A grandes rasgos, pues, podemos hablar de un sistema de combate que pretende emular a los grandes clásicos de la era de los 16 bits con un par de pinceladas propias.
Overdrive

La más importante de todas es el overdrive. Este es un sistema bastante simple mediante el cual podemos obtener ventajas (o desventajas) en combate según nuestras acciones. En la parte superior del escenario de combate, en el lado izquierdo, aparece una barra de tres colores.
Habrá un marcador que se mueva entre estas tres barras, siendo la verde y la roja las más importantes. ¿Por qué? Pues porque mientras estemos en la verde, activaremos el overdrive, una suerte de buffo que potencia nuestro daño y nuestra resistencia. Si pasamos al lado rojo, sucede justo lo contrario.
Para controlarlo tendremos que utilizar diferentes tipos de habilidades. Habrá un recuadro y toda habilidad que tenga un símbolo diferente al de ese recuadro (que va cambiando) aumentará la barra y nos acercará al lado rojo. Las habilidades que tengan el mismo tipo que las del recuadro, bajarán el nivel de overdrive, alejándonos de la barra roja. Simple, pero efectivo. Le da un toque extra.
Sistema de habilidades y niveles

La otra gran novedad es que no tendremos niveles al uso, sino que aumentaremos nuestras características al obtener una serie de puntos especiales. Con estos podremos desbloquear o mejorar nuestras habilidades. Al hacerlo, algunas de ellas aumentarán nuestros parámetros básicos, tales como la vida o el tp (puntos que usamos para realizar técnicas y magias en combate).
A su manera, es una forma de respetar el sistema de tradicional, pero dándole una pequeña vuelta de tuerca para ofrecer algo ligeramente diferente. Junto con el overdrive, es una de las principales novedades de un juego que ha sabido medir muy bien la curva de dificultad al tiempo en que diseñaba un sistema de combate básico, pero entretenido.
Además, podremos pelear tanto a pie como utilizando armaduras de combate, pero de eso no os hablaremos, pues sería estropearos la historia.
Exploración

Para terminar, la exploración. Chained Echoes es un juego dividido en mapas interconectados los unos con los otros en donde la exploración es parcialmente libre. Sin demasiadas áreas secretas, invita a explorar sus muy diversas zonas gracias a su precioso apartado gráfico. No obstante, es un JRPG algo parco en lo que se refiere a sus escenarios principales, sean ciudades o mazmorras.
Al menos las primeras, aunque esto es algo lógico si tenemos en cuenta que es un juego indie desarrollado por una única persona. Sea como fuere, es un detalle que no podemos obviar. Lo bueno es que, aunque bebe de los 16 bits, la movilidad es bastante rápida. Sumado a que recuperamos toda nuestra salud y puntos de técnicas al final de cada combate, pues hablamos de un JRPG con un buen ritmo.
Análisis de Chained Echoes: conclusiones

Chained Echoes ha sido una sorpresa muy grata. Para nosotros, es uno de los indies más destacados de 2022 pese a que no ha tenido tiempo de sonar demasiado debido a que se lanzó en diciembre. En líneas generales, aunque no termine de romperlo en ningún momento, está tremendamente bien planteado. Vamos, que nos ha gustado mucho y no nos arrepentimos para nada de haber invertido no menos de 30 horas entre una cosa y otra.
Le cuesta arrancar y los primeros compases son duros, pues nos da demasiada información, pero una vez te atrapa, no te suelta. Esto, junto con la falta de una traducción al español que parece que no llegará nunca, son sus dos principales defectos. Utiliza un inglés más bien sencillo, pero hay expresiones y fragmentos que seguramente te hagan tirar de diccionario si no te manejas con soltura con la lengua de Shakespeare.
Por lo demás, Chained Echoes nos ha convencido mucho; narrativa, guion, personajes, sistema de combates y progresión, diseño, banda sonora, etc. son todos apartados que, de una u otra manera, cumplen con buena nota. Los hay mejores y los hay peores, está claro, pero se sobrepone a casi cualquier situación con bastante solvencia.


- El apartado gráfico es genial.
- Los combates funcionan realmente bien.
- La narrativa y el guion están a la altura.
- Dispone de personajes con carisma, una premisa interesante y una buena evolución.

- No tiene traducción española.
- Le cuesta arrancar; las primeras horas de juego son algo densas.