Indie y español. Solo ya por eso Abathor captó nuestra atención. No es la primera vez que, huyendo de la colapsada y en ocasiones repetida escena de los triple A son muchos los lanzamientos que nos decepcionan. Y lo hacen sobretodo en un aspecto que ha de ser clave en todo videojuego, el entretenimiento. Y por ello, muchas veces recurrimos a la escena indie para volver a descubrir esas sensaciones olvidadas. Acompañadme en este análisis y os contaré que me ha parecido Abathor, una nueva joya indie desarrollada en nuestro país.
- Tal vez os interese: su edición física saldrá el 27 de septiembre gracias a Tesura Games.
Abathor se lanzó el pasado 25 de julio en PC y consolas tanto de actual generación como de la anterior. Desarrollado por el estudio español Pow Pixel Games y editado por la también española JanduSoft, el juego nos propone viajar 30 años atrás en el tiempo y revivir esa época en las que buscábamos desesperadamente otra moneda más de 25 pesetas para seguir la partida. En efecto, el aire retro y la sensación a recreativa de los 90 es lo más característico de este juego. ¿Será eso suficiente?
Análisis de Abathor | Una historia elaborada
A nivel de historia, el juego nos pone en el eje de la misma a la Atlántida, una civilización de leyenda de la que todos hemos escuchado o leído en múltiples obras literarias o audiovisuales. En su afán de conquistar nuevos territorios, el destino quiso que los dioses se cansaran de esa situación y provocó la llegada de infinidad de monstruos y criaturas del infierno para aniquilar a la civilización. Pero será tarea de 4 aguerridos héroes cerrar las puertas de Abathor y restaurar el orden de la civilización atlante.
La trama se sigue con interés y sirve de nexo de unión entre las distintas fases jugables que recorreremos. Es obvio que la historia está mucho más elaborada que la que veíamos en las recreativas de los 90, y es un hecho a destacar y apreciar, puesto que seguramente el que venga a Abathor no lo haga por su historia, sino que busque una jugabilidad arcade pura y dura. Aun así, el esfuerzo por querer transmitir una trama digna por parte del estudio es encomiable.
Jugabilidad arcade y adictiva
En lo puramente jugable, el juego es lo que se ve en las pantallas adjuntas a este análisis. Estamos ante un arcade en 2D con desplazamiento lateral al que se le añade un ligero componente roguelite. Antes de iniciar nuestra andadura, deberemos escoger entre uno de los 4 combatientes, cada uno de ellos con habilidades distintas y un estilo de juego algo diferente. Pero en esencia, los 4 contarán con un poder y una esquiva, así como estadísticas diferentes. El “melme” de cada personaje serán los poderes, que serán distintos a cada personaje y será lo que aporte la diferencia real entre uno y otro.
En lo personal, y aunque probé otros, me decanté por el bárbaro Crantor. Siento predilección siempre por empezar por este tipo de jugadores brutos y es mi opción preferida en otros juegos como Diablo 4. Espada en mano, desembarcamos y lo que nos espera en lo jugable son más de 50 niveles que dan para unas 5 horas. Eso sí, dependiendo de la dificultad escogida, tema del que hablaremos después.
En las 10 zonas con las que cuenta el juego, asistiremos a un gran diseño de niveles en el que, como en los juegos de los años 90, primarán las plataformas y la acción. A pesar de su apariencia, el diseño de los niveles me ha parecido sensacional y muy elaborados, teniendo surtido para todos los jugadores y todas las situaciones. Además, ayuda y mucho la variedad de niveles que tendremos, puesto que no todos ellos consistirán en llegar al otro extremo y ya. No. Tendremos escenarios que nos proponen otro tipo de retos y he de decir que son muy divertidos.
Análisis de Abathor: más profundo de lo que parece
En cuanto a la progresión del personaje, mientras exploramos el escenario, encontraremos cofres de distintos colores que pueden tener oricalco, el equivalente a una moneda para comprar mejoras al demonio errante que actúa como tienda. También podremos encontrar objetos. Éstos podrán sólo equiparse una a la vez y cada personaje recibirá los suyos, aunque habrá excepciones ya que algunos objetos serán comunes entre ellos y tendrán un número limitado de usos. La comida será otro ítem que encontraremos y ésta restaurará más o menos vida dependiendo de si es más o menos grande.
Y como no podía ser menos, no faltarán las fases en las que tendremos que luchar en épicas batallas contra bosses inmensos. Será aquí cuando más se vea que éste es un juego hecho para jugarlo en compañía. Aunque no lo he podido hacer y he jugado toda la aventura en solitario, creo que Abathor se disfruta más en su modo multijugador. Sobretodo debido a su dificultad.
Una dificultad a tener en cuenta si juegas solo
Abathor tiene 3 modos de dificultad: Aventura (99 créditos y una ayuda extra para finalizar el juego); Heroico (5 créditos y con dificultad ascendiente) y Valentía, que se desbloquea al finalizar el modo heroico (5 créditos y permite visualizar el final verdadero al ser completado). En todos los casos, si te quedas sin créditos no significa que debas empezar el juego desde el inicio, sino que volverás al primer nivel de la zona en que te encuentres.
Aunque a muchos jugadores quizás esta fórmula les resulte algo arcaica, a mí me ha parecido correcta. Lo que quizás haya sido algo más discutible es como el juego incorpora su mecánica roguelite. En caso de muerte, perderemos las mejoras y empezaremos con una cantidad de oricalco arbitraria según la zona en la que estemos. Será entonces cuando deberemos buscar otra vez al comerciante para adquirir estas mejoras. Lo negativo es que en ocasiones deberemos esperar hasta el segundo nivel de la zona para conseguirlo.
Esto añade, en mi opinión, un esfuerzo extra que puede echar atrás a muchos jugadores. Pero dependerá aquí del grado de cada uno de compromiso con el juego y con su dificultad, que he de decir que no será un paseo de rosas.
Análisis de Abathor: conclusiones
En cuanto a su rendimiento, es obvio que al ver el tipo de gráficos que utiliza el juego se puede ejecutar en casi cualquier PC actual. De hecho, aunque el juego aún no tiene la etiqueta de “verificado” en Steam, el título es totalmente compatible con Steam Deck, donde se ha desarrollado toda mi partida. Además, al haber poca carga gráfica, no hace falta limitar el TDP y la batería nos dará para más de 4 horas.
En definitiva, Abathor y su tremendo pixel-art nos retrotraen a la época dorada de las recreativas y cumple con lo que se propone: entretener. Una jugabilidad simple pero adictiva, que arruinaría tu bolsillo si de una arcade se tratara. Disfrutándose mejor en compañía, Abathor es otra muestra más de un producto español indie de calidad que hay que tener en cuenta y del que sabría muy mal que se perdiera en el océano de lanzamientos que tenemos cada semana.
- Su jugabilidad: directa y adictiva.
- Su estilo pixel-art.
- Una dificultad elevada si lo juegas solo.
- El toque roguelite puede no gustar a todos.