En la década de los 70, un grupo de viajeros, exploradores y soldados de lo más dispares –entre los que se encuentra el capitán James Conrad (Tom Hiddleston, La cumbre escarlata) y una fotoperiodista (Brie Larson, La habitación) que quiere preservar la naturaleza – viajan a una isla inhabitada en el Pacífico Sur. Allí encuentran algo sorprendente que hará que cada uno reaccione de una manera distinta ante el descubrimiento.
Jordan Vogt-Roberts (The Kings of Summer) dirige esta nueva película sobre el gigantesco gorila, que cuenta con un guion de John Gatins (Mil palabras). Completan el elenco Samuel L. Jackson (El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares), John Goodman (Calle Cloverfield 10), Toby Kebbell (Un monstruo viene a verme), John C. Reilly (Langosta) y Jason Mitchell (Straight Outta Compton).
Inspirada en Kong: King of Skull Island, novela creada e ilustrada por Joe DeVito y escrita por Brad Strickland y John Michlig que está considerada como el derivado autorizado y oficial del King Kong de 1933. Se centra en el trasfondo de la Isla Calavera (Skull Island) y la forma en que el emblemático gorila gigante Kong se convirtió, tras luchar y vencer a todo tipo de criaturas, en su Rey indiscutible.
No estamos contando la historia de la bella y la bestia. La original es un clásico, la versión de los 70 es genial por lo que es, y la de Peter Jackson es una gran revisión del film de 1933.
Por el tamaño del cráneo, puedes comprobar que las cosas en esta isla son mucho más grandes de lo que el público está acostumbrado. Nuestro Kong es, con diferencia, el más grande que has visto en pantalla. Y eso se traduce en un montón de cosas en la isla.
Lo que más me interesó fue, en este mundo que vivimos de inquietud social y civil, donde todo se derrumba a nuestro alrededor, y donde la tecnología y los hechos toman el control… cómo de grande necesita ser esta criatura, para que, cuando estés delante de él y levantes la mirada, la única cosa que pase por tu mente sea: Eso es un Dios.
El Kong de Peter Jackson media aproximadamente 7,62 metros. El Kong de 1933 se elevaba entre los 7,62 y 15,24 metros, quiero decir que era 15 metros más alto cuando estaba sobre el Empire State Building. ¡Varia su tamaño drásticamente!, y el Kong de los ’70 estaba entre esas medidas.
Dijo Jordan.
