Cuando era un crío, me tiré tardes enteras viciando a Patapon. Era 2007 y por aquel entonces PlayStation tenía su propia portátil. Mucho ha llovido desde entonces, pero el gusto por la saga no ha muerto. Es más, no solo volví a ella cuando llegó a PS Plus, sino que, además, lo volví a jugar con su lanzamiento.
No obstante, a veces el cuerpo te pide cambio. La nostalgia está muy bien, pero la novedad siempre tiene su aquel. Sobre todo cuando está tan bien pensada como Ratatan. Hoy día podría parecer una mera copia de la obra original de Pyramid. Nada más lejos de la verdad.
Original, divertido y con mucho carisma, Ratatan es una obra musical con tanta personalidad como ritmo. Desarrollado por TVT Co. Ltd. y Ratata Arts, se publicó el pasado 18 de septiembre como acceso anticipado y es justo lo que esperábamos de él.
En efecto, le tenía ganas. Bastantes ganas. Había oído hablar de él, le tenía el ojo echado y no me ha decepcionado para nada. Y aunque está claro que todavía le queda trabajo por delante y algunas cositas que mejorar, el resultado ha sido indudablemente bueno.
Análisis de Ratatan: un roguelike de puro ritmo




Dicho esto, ¿qué es Ratatan? De buenas a primeras, se define como un roguelike rítmico de desplazamiento lateral que nos convierte en el director de una peculiar orquesta de guerreros. Al son de nuestra música, tendremos que comandar a una escuadra mientras cumplimos toda clase de simpáticas misiones.
Lo interesante es que mantiene la fórmula original del ya conocido Patapon, pero con un enfoque más agresivo en lo que respecta a la dificultad. Con varios niveles bastante bien medidos, hace del fracaso un nuevo mundo. Cada derrota nos hará mejorar, pues iremos obteniendo recursos.
Lo hace con mucho tino, puesto que el gameplay es tan sencillo como adictivo. Y digo sencillo por la forma en la que se plantea, pues aunque aprender a jugar es realmente fácil, dominarlo no lo es tanto. Salvo que tengas el oído muy fino y te mantengas siempre concentrado, es fácil dar con una nota errada, liarla durante un par de segundos y acabar peor de lo que esperabas.

Ratatan nos sitúa en la isla de Rataport, un lugar en el que los soñadores (nosotros y los personajes que podemos manejar) dirigen a unos pequeños seres llamados Cobuns. Nuestro objetivo es guiarlos en una especie de peregrinaje que les permitirá reencontrarse con su diosa.
Siendo realista, narrativamente le perdí la pista bastante pronto, puesto que no es —ni mucho menos— el foco principal. Es una especie de excusa, o hilo conductor bastante ligerito, con el que justificar todas y cada una de nuestras aventuras.
Una aventura musical
La idea no es sorprendernos con un guion bien cargado de sorpresas. Sin más, nos brinda un contexto más bien sencillo con el que construir una historia no especialmente grandilocuente. Es secundaria, pero tiene un encanto sutil que te hace querer ir siempre a más.


No obstante, lo que de verdad te hace querer seguir jugando es el gran carisma tanto de sus personajes como de los escenarios. Bien acompañado de una banda sonora tan buena como pegadiza —y menos mal, porque de otra forma el juego no merecería la pena—, Ratatan es una oda a la alegría, la originalidad y la libertad.
Cada canción, cada escenario, cada NPC y cada personaje tienen una personalidad tremendas, sobre todo cuando lo juntas todo. Tienen muchísimo encanto y te sacan sonrisas con una facilidad tremenda. Es más, sin darme cuenta me vi dando golpecitos sobre el suelo al son de la música mientras tarareaba junto a ellos.
En cualquier caso, la música es más que un compañero: es una protagonista. Ante un sistema de muerte que realmente no dice mucho, es esta junto a su divertido gameplay la que lo sostiene todo. ¿Y cómo funciona? Es es algo así como un híbrido de juego rítmico con otro de acción lateral en el que tienes que controlar a un pequeño escuadrón.


Mediante comandos ejecutados al son de la música, le da un toque táctico a los tipos juegos de ritmo musical. Funciona muy bien. Si conoces Patapon, se parece mucho, pero con mucho más hincapié en la personalización y habilidades de nuestro personaje.
Un héroe con mucho ritmo para dirigirlos a todos
Hay varios héroes con sus propias capacidades, por lo que la estrategia y la táctica pueden variar según nuestra elección. Así pues, Ratatan es más que pulsar botones al compás del ritmo para ordenar ataques, avances, embestidas o defensas.
Controlar manualmente a nuestras unidades mientras personalizamos nuestro equipo y decidimos la estrategia es clave. Así pues, es ritmo y táctica, todo en uno, lo cual puede resultar algo confuso de buenas a primeras. El tutorial no está tan bien integrado como cabría esperar, pues a veces las secuencias de botones no responden tal y como creemos.


Me costó entender bien lo que tenía que hacer pese a su simpleza. No obstante, una vez entendí bien todo, fue fácil proseguir con mi aventura. Algo muy importante si tenemos en cuenta que cada bioma puede presentar viantes que nos hagan replantear nuestra forma de proceder.
Cada escenario tiene sus peculiaridades de terreno, así como distintos enemigos. Y si bien es cierto que la variedad no es tan alta, es un bonito añadido que le da bastante personalidad. Sobre todo porque te obliga a adaptarte, evolucionar y mejorar constantemente.
De hecho, a veces te pide tanto, o te solicita algo tan concreto que no terminas de pillarle el punto. Puede ser ligeramente frustrante por momentos, especialmente cuando estamos en fases con una dificultad más elevada. En lo que respecta a la progresión, hay varios aspectos interesantes.
Herencia rítmica con toques innovadores

La vertiente roguelike se materializa en bifurcaciones al cierre de salas, con opciones entre tesoros, incidentes o choques contra pares. Esta arquitectura, reminiscentes de Hades, elimina de un plumazo la sensación de que siempre ocurre lo mismo. Al menos en parte, ya que a medida que progresas, esa sensación se recrudece.
Es un añadido que ahora se me antoja como indispensable junto a las alternativas de ritmo que nos van presentando poco a poco. No obstante, a veces el azar pesa demasiado, provocando que algunas runs se sientas destinadas al fracaso incluso a mitad de camino.
Si tienes mala suerte y las opciones que vas desbloqueando no te encajan del todo, puedes perder la armonía incluso antes de comenzar. Por desgracia, es algo bastante habitual en los roguelike de estas características. Pese a ello, en general funciona bastante bien y la sensación de juego es generalmente agradable.

Bien pertrechado con un sistema de juego bastante depurado en donde el lag es prácticamente cero, Ratatan hace muchísimas cosas bien y se siente más que un simple sucesor espiritual. No quiere ser Patapon 2.0. Quiere ser Ratatan y no solo lo consigue, sino que se lo agradezco.
Va por buen camino. Necesita pulir bastantes detalles, como una interfaz algo más clara o un selector de niveles. Un sistema para aleatorizar la aparición de los mundos y su orden también le sentaría francamente genial, la verdad.
Análisis de Ratatan: conclusiones
En cualquier caso, Ratatan es un acceso anticipado que te deja con un regusto muy positivo. Tiene que mejorar a largo plazo el factor repetición, pues al final sientes que estás haciendo lo mismo una y otra vez de manera demasiado potente.

Además, la curva de aprendizaje es un poco más pronunciada de lo que debería y que siempre se siga el mismo orden de niveles no termina de encajarme. Pese a ello, lo repito: es una experiencia muy positiva que te deja con ganas de más.
Siendo un acceso anticipado, no solo le auguro un buen futuro a nivel de jugabilidad, sino que siento que ya está en un buen estado. Pese a no estar terminado, su presentación es sólida, sobria y de calidad. Derrocha personalidad, es simplemente precioso y a nivel de ritmo es una locura.
Engancha y es muy agradable tanto a la vista como al oído. Personalmente, me gusta este ligero toque a RPG o juego táctico que tiene. Te pide farmear un poquito sin exagerar y sientes progresión en tus ejércitos y personajes. Da gusto jugarlo y sí, lo recomiendo si te gustan los juegos de estrategia y ritmo con un toque de roguelike.


- La combinación de roguelike con una aventura musical y cierto deje táctico le sienta muy bien.
- El diseño de los personajes, enemigos y escenarios.
- El sistema de juego. Pulsar los botones al son del ritmo es muy placentero.
- Es un juego con mucho carisma en todos los sentidos.
- Sabemos que mejorará, ya que es un acceso anticipado.

- La curva de aprendizaje es algo compleja de sobrellevar.
- A veces tus personajes no responden como quieres sin entender bien el motivo.
- Se puede hacer algo repetitivo.