Poco a poco, Kagome e Inusyasha van aceptando sus sentimientos y, aunque no lo han reconocido en voz alta, ambos son perfectamente conscientes de lo que sienten el uno por el otro. Por desgracia, aunque su relación empieza a dejarnos cosas muy bonitas, otras no lo son tantas. Los celos, las inseguridades y las malas respuestas —especialmente del híbrido, aunque ella también tiene cosas— son una constante, tal y como podréis ver en nuestra reseña de InuYasha n.º 8.
Posiblemente, este sea uno de los mayores defectos de Rumiko Takahashi. De una manera u otra, romantiza algunos manerismos inadecuados porque, en cierto modo, expresan sus sentimientos. Por desgracia, está claro que esta no es la manera adecuada de hacer las cosas. Y aunque está claro que su relación es mucho más compleja y que no debemos quedarnos con lo malo, no es algo que podamos ignorar.
Pese a ello, no podemos decir que la construcción de estos dos personajes sea negativa. Que tenga defectos no significa que sea mala, ya que lo cierto es que el resultado final es agradable. Muchos de nosotros nos criamos con ellos y los miramos con cariño y nostalgia, mas debemos entender que estas obras con tanto tiempo pueden tener sus virtudes y sus defectos.
Esto es precisamente lo que ocurre con InuYasha. Sea como fuere, si me preguntáis a mí, personalmente os diré que, aun con esas, sigue mereciendo mucho la pena. Considero que el dueto formado por Inuyasha y Kagome tiene sus más y sus menos, pero que —al final— ofrece más de lo primero que lo segundo. Es bonita y tiene grandes momentos, como los de este octavo tomo.
Reseña del manga InuYasha n.º 8 | Portada, sinopsis y edición
Inuyasha, Kagome y los demás dejan atrás a Sesshômaru y se encuentran con el que parece ser un nuevo enemigo, Kôga, el líder del Clan de los Lobos Endemoniados. Mientras luchan contra una jauría de lobos, Kôga aprovecha y secuestra a Kagome para que lo ayude a encontrar los fragmentos de la Joya, ¡y porque se ha enamorado de ella! Inuyasha no duda en ir a rescatarla y en enfrentarse a él. Pero mientras tanto, desde las sombras, Naraku cuenta con dos compañeras misteriosas que pondrán al grupo contra las cuerdas…
Colección | InuYasha vol. 8 de 30 |
Autoría | Rumiko Takahashi |
Género | Acción, aventura, romance, fantasía, isekai, isekai invertido |
Formato | Rústica sin solapas con s/cub. |
Tamaño y páginas | 21 x 14,8 cm con 360 páginas en b/n |
Precio | 16,95 € |
Maquetación | Planeta Cómic |
Traducción | Marc Bernabé y Verònica Calafell (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 22/11/2023 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Ahora bien, ¿cómo sigue la edición? Aunque podamos decir que la historia siga progresando adecuadamente, ¿está Planeta Cómic a la altura de las circunstancias? La respuesta es sí, pero con varios peros. En general, está bien, pero hay detalles que nos están fastidiando la experiencia. Algunos tomos vienen con errores de impresión serios tales como, por ejemplo, zonas en las que aparecen «manchas» blancas o palabras con el orden alterado.
Aceptando nuestros sentimientos
Dicho esto, y hablando nuevamente sobre el contenido del manga, podemos decir que este octavo tomo es uno de los más notables (junto con los últimos compases del anterior) es cómo evolucionan Inuyasha y Kagome como pareja. Aunque oficialmente no son pareja ni se han besado, cada vez piensan más el uno en el otro y sus interacciones tienen un aroma cada vez más romántico. Su tiempo juntos, más allá de ciertas discusiones, es más tierno que nunca y, en general, no pueden dejar de pensar en el uno en el otro.
Vease, por ejemplo, el momento en que aparece Koga. Para quienes no lo conozcan, es el líder de una manada de lobos demoníacos. En cierto momento, conoce al grupo y decide secuestrar a Kagome por su capacidad para encontrar los fragmentos de la piedra. Al conocerla, y tras intercambiar un tiempo juntos, se enamora de ella, lo que desata los celos de Inuyasha. Kagome, aunque halagada, no le corresponde, pero cuando está a punto de morir asesinado por el híbrido canido, le detiene.
Le explica que no es tan malo como parece (mentira, asesinó a una aldea entera para dar de comer a sus lobos, niños incluidos). Dejando a un lado que la comprensión del bien y el mal de la joven es desastrosa en esta situación, Rumiko destaca los celos de Inuyasha por encima de otra cosa. Fruto de su inseguridad, duda de que haya pasado algo, lo que desata las iras de Kagome. Esta regresa a su mundo, lo que inicia un nuevo drama amoroso entre ellos.
Personajes que empiezan a evolucionar
Sin embargo, en esta ocasión Inuyasha parece algo más dispuesto a disculparse. No lo hace, pero observamos cierto progreso en él. Aunque le cuesta, parece que poco a poco está aprendiendo a dejar de lado su orgullo. Es por esto mismo que, aunque hay cierta toxicidad en su relación, podemos tener ‘esperanzas’ de cara al futuro. Curiosamente, esto lo ven las amigas de Kagome. Cuando le dicen que le abandone, pues no es buena persona, no solo duda, sino que es incapaz de decir «no» cuando le preguntan si se ha enamorado de él.
Aquí el problema es que Inuyasha no sabe cómo gestionar esta situación, pues está muy encerrado en el concepto de que mostrar tus sentimientos es debilidad. Por suerte, la presencia de kagome le hace mucho bien y, poco a poco, va creciendo como persona. Curiosamente, en el otro lado de la balanza tenemos a su hermano Sesshōmaru. Ahora que tiene la Colmillo Vital en sus manos, tiene nuevas herramientas.
Y aunque dice ser un demonio malvado, cuando conoce a una niña que le trata con mucho cariño, ternura y cercanía, y descubre que ha sido asesinada por los lobos de Koga, usa su nueva espada para evitar que los mensajeros del más allá se lleven su alma y reviva. Por primera vez, demuestra su humanidad, siendo este su primer acercamiento a la humanidad. Por supuesto, lo esconde y dice que solo quiere probar sus nuevos poderes, pero todos sabemos que es mentira.
Reseña del manga InuYasha n.º 8 | Conclusiones
Por supuesto, esta evolución que vemos en tantos personajes no es algo tan nuevo, pero sí mucho más evidente. Es más, gran parte del octavo volumen —más allá de las secuencias de acción, combates y revelaciones sobre Naraku— se centra en esta situación. Es por esto mismo que podemos esperar que la cosa siga mejorando. De hecho, no recuerdo muy bien cómo continuaban las cosas en ese sentido, así que también espero que esa ‘toxicidad’ que he creído ver se irá difumando.
Por lo demás, puedo decir que InuYasha sigue siendo ese gran clásico capaz de enamorar a propios y extraños gracias a su gran narrativa y su elenco de personajes. Todos tienen mucho carisma, desde Inuyasha hasta Kagome, pasando por Sesshōmaru, Sango, Miroku o Naraku. Todos, a su manera, son capaces de aportar mucho a una historia que no deja de crecer. Lo mejor de todo es que, aunque está claro que la acción se centra casi por completo en nuestra pareja principal, hay tiempo para todo.
En general, pues, la gran virtud de este InuYasha es que es capaz de entender en todo momento. Es divertida, sin más, y eso es algo que no podemos ignorar. Goza de un gran ritmo y su autora, directa como ella sola en muchos temas, siempre nos deja algo de lo que hablar durante un par de semanas. Es muy buena en su trabajo y eso es innegable.
- Sigue siendo un clásico entre clásicos. Es historia del manga.
- Los personajes son muy únicos y su concepto de isekai es refrescante.
- La edición es de gran calidad y el dibujo, aunque antiguo, tiene mucho encanto.
- La evolución de los personajes principales, secundarios y antagonistas.
- Sigue abusando de ciertas conveniencias de guion.
- Diversos personajes tienen actitudes algo tóxicas.