Si nos habéis seguido los últimos años, sabréis que tengo por costumbre analizar los juegos de Supermassive Games. Su idea de juego a través de la toma de decisiones me parece atractiva, así como su ambientación slasher/de terror. Sin embargo, lo que empezó siendo una bonita relación ha acabado siendo un globo desinflado que, entrega tras entrega, se aleja de mí.
Quedé encantada con Until Dawn y Man of Medan y, por contra, Little Hope y House of Ashes hicieron que perdiera un poco el interés. Interés que con la publicación de The Quarry junto con 2K, revivió un poco. Eso me lleva a The Devil in Me, la última entrega de The Dark Pictures Anthology, a falta del lanzamiento inminente de Switchback VR. Por ello, ahora que la siguiente entrega da un salto a las PSVR2 en forma de juego por raíles, me gustaría reflexionar sobre el camino del estudio.
Análisis de The Devil in Me
Hasta la fecha, la trayectoria de Supermassive se puede considerar irregular. El lanzamiento de juego por año es un ritmo que rara vez ofrece buenos resultados y, aun así, cabe decir que tampoco nos encontramos ante desastres. Sin embargo, si tenemos en cuenta que en un juego de decisiones sueltas el mando y que no hay forma de matar a los personajes, ahí hay algo que mejorar.
Si Until Dawn destacaba por volver a la esencia de los clásicos de terror de la década de los noventa y Man of Medan por plantear una historia atípica basada en Ghost Ship, Little Hope, el cual prometía ser más ambicioso, pecaba del mismo jumpscare constantemente. Así, en House of Ashes vimos un salto gráfico, pero un fallo importante en la toma de decisiones.
A mí parecer, tiene una historia poco interesante. Después, un The Quarry nos dejó ver que, con un poco de cariño, el estudio es capaz de hacer grandes obras y elaboradas.Consecuentemente, llego hasta The Devil in Me algo escéptica. Las últimas entregas de la saga no han conseguido motivarme, pero quiero ver qué me depara esta aventura. Por suerte, un prólogo impactante y directo me hace recuperar un poco la ilusión.
The Devil in Me basa su premisa en la figura del asesino en serie Henry H. Holmes. Esto nos hace regresar a esa esencia slasher del principio, alejándose de lo paranormal. Y en ese sentido, es que es lo que se le da bien al estudio hacer. Tienen la esencia de este tipo de terror calada y eso hace que nos aventuremos en una historia en la que un asesino nos persigue de forma fatídica y veamos que, a lo mejor, hay oportunidad de escapar. Además, mi parte favorita son todas las referencias a Saw, las cuales aportan todavía más brutalidad.
¿Quién vive, quién muere…?
A nivel jugable, es cierto que en esta entrega seguimos en la misma tónica de siempre. Pequeñas dosis de exploración, obtención de documentos, presagios y pequeños puzles. En este caso, cada personaje tiene unas facultades que, en el caso de morir, pueden cambiar futuros acontecimientos. Los controles nunca han sido uno de los puntos fuertes de estas entregas y, pese a no poder decir que son precisamente cómodos, por lo menos funcionan algo más fluidos.
De nuevo, encontramos las mismas mecánicas como aguantar la respiración, los quicktime events o la elección de diálogos. A la hora de la toma de decisiones, que es el pilar fundamental, lo cierto es que considero que las costuras se disimulan mejor. Es cierto que hay algunas muy pequeñas, sin relevancia casi, y otras que con tan sólo un fallo puede traer la muerte.
Sin embargo, cuando echas la vista atrás hacia esas decisiones te das cuenta de que el fallo que has cometido tiene sentido y que el resultado es válido. Con respecto a los personajes, tal y como me pasaba en otras entregas, sigo sintiendo que están hechos para que caigan mal, incluso para que tengas ganas de matarlos a todos. De hecho, percibo siempre el mismo arquetipo de personaje o situaciones muy similares, pero son lo suficientemente carismáticos para, al menos, darles una oportunidad.
Conclusiones
En definitiva, The Devil in me no es un juego perfecto. Quedan muchos elementos, sobre todo narrativos, en el aire. A nivel jugable es más de lo de siempre, pero con un poco más de medida. En el caso de perder demasiados personajes, las partes finales se puede hacer demasiado largas, pero en general, funciona. Yo siempre recomiendo jugar a estas aventuras en compañía, ya sea local u online.
Este título no supera las 10 horas de duración y suelen ser bastante amenas. En cuanto al estudio, no me cabe duda del gran talento que reside en él. Me queda claro que los problemas que se pueden dar en sus títulos se deben a una falta de tiempo para pulir las entregas. Sin embargo, en cuanto a la cantidad de referencias al cine, los plotwist o la creación de historias, saben lo que hacen.
Lo único que me apena es notar el agotamiento y el ritmo que lleva, seguramente para mantenerse a flote. Dicho esto, espero con ganas su siguiente entrega, aunque sea para PSVR2, ya que con Until Dawn ya hicieron algunas incursiones en el medio. A Supermassive le ha poseído el demonio, en el mejor de los sentidos.
- El regreso al género slasher le sienta muy bien.
- Hay varias y muy buenas referencias.
- Sigue en su salsa, por lo que destaca en lo suyo.
- La fórmula está algo estancada.